༄
En esta noche, al estar tendidos observando el cielo, hay muchas más estrellas de lo normal, más mí atención se ha quedado perdida entre tus hermosos ojos.
No tienes que decir nada. No, tú nunca dices nada y eso es lo que hace tan especial el estar contigo: tu silencio.
El silencio que guardaste cuando te dije un hola por primera vez, el silencio que hacías cuando necesitaba tu opinión, el silencio tan grato en el que nos sumergimos al mirarnos, el silencio de nuestros saludos, encuentros y el silencio en el silencio mismo.
Silencio, silencio, silencio, silencio. Tal vez demasiado...
¡No! Nunca sera demasiado para mí y si tengo que soportar una vida en silencio lo haré solo si estás a mi lado con una sonrisa.
– Es hermoso... ¿No?
Continuas observando el cielo mientras se reflejan el trillón de estrellas entre el tono ámbar de tus ojos.
– ¿Sabes? Quiero preguntarte algo.
Volteas delicadamente para mirarme a los ojos y no puedo evitar sonrojarme ante tu fría mirada y rostro pulido sin ninguna imperfección o mueca, más sé qué tu mirada me expresa todo.
– He estado mucho tiempo pensando en esto, y la verdad es que no puedo seguir ocultandolo. No sé quién eres, no sé porque o como ha aparecido en mi vida una mujer tan fascinante, hermosa e indescifrable. Eres todo lo que nunca busque pero siempre quise en mi vida... Yo te...—No me has dejado terminar ya que pusiste un dedo delicadamente sobre mis labios. Nos miramos a los ojos, tú no has quitado tu expresión de tranquilidad y tu fría mirada que aún no puedo descifrar.
Ya no podría tener las mejillas mas rojas y mis ojos no podrían estar más abiertos. Dejas rozar tu debo entre mis labios para llevarlo con suavidad a mi barbilla y luego tomar mi cuello con ambas manos, no dejas de observarme con esa mirada que te caracteriza y rozas mis labios con los tuyos.
Un millón de emociones, sensaciones y sabores pasan por todas partes mientras mis sentidos se agudizan. No cierro los ojos hasta que ya han pasado unos segundos, no dudo en tomar tu cintura mientras aun estamos tendidos en esa manta una noche de invierno estrellado. Mis ojos dejan escapar un par de lágrimas y luego de unos segundos nos separamos. Una sensación de vacío me invade al dejarte y esos cinco centímetros que me distancian de tu rostro parecen millones que años luz para mi mente retorcida, pero todo eso se acaba en unos segundos, que para mí fueron horas, cuando por fin veo una expresión de tu rostro que al principio creí que era mi imaginación.
Pero no, ahí estabas, brindándome una hermosa sonrisa como ninguna otra que haya visto jamás. Intento decir algo pero la voz no me sale. ¡No, maldita sea. No es por los nervios!
Te veo confundido y tu me regalas una sonrisa cargada de amargura. Te sientas con las piernas cruzadas en la manta y a continuación te imito con rapidez. Intento decir algo pero no puedo hablar. ¡Dios! ¿qué me sucede?
– Lo lamento...– me dices con la voz más dulce que pude haber escuchado. Me miras y me sonríes con tus ojos anegados en el llanto. Yo no supe como reaccionar, trate de decirte algo pero de nueva cuenta la voz no me salió. Me desespero con facilidad y te observo con inquietud. – ¡Gracias!– Gritas y me abrazas con fuerza mientras tus sollozos rompen el intenso silencio que alguna vez creaste. – Gracias... Por favor perdóname, yo... Te amo.– todo eso pareció tranquilizarme y hasta lograr que me olvidara de que no podía expresarme a través del habla. Te alejaste lentamente, me miraste en silencio una ultima vez y me diste un último beso, rápido, fugaz. Te levantaste y corriste lejos de mi, fundiendote con la oscura neblina de la noche para nunca regresar...
Trate mil veces de gritar para llamarte de alguna forma, para contestar ese te amo que nunca pude decirte y nunca te diré porque, luego de mucho intentar, me di cuenta de que era mi turno de guardar silencio.
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Alma inestable
Random¿Alguna vez te has atrevido a adentrarte en la mente de otra persona? Saber sus miedos, sus secretos más oscuros, anhelos y como estos pueden ser destruidos. A través de la literatura podemos dejar pequeñas pistas para comprender la complejidad de n...
