๑
Creo entender el poder que tienen mis sentimientos, y el entregarlos a manos de otras personas es un arma que no puedo tener la certeza de si será utilizada en mi contra
Estoy sintiendo demasiado, siento que no siento nada y siento como todo se vuelve tan caótico en mi mente, siento el olor del café recién hecho, siento el hambre en mi estómago y siento tus labios en mi mejilla, solo son recuerdos fugaces porque al abrir los ojos solo me encuentro nuevamente con el vacío.
Quiero seguir durmiendo, quiero seguir en un estado de inconsciencia, no quiero enfrentar lo que me atormenta cada que mis párpados se separan; una cruel condena.
No estoy desesperada, el tiempo se me hace tan irrelevante y luego solo siento como corre cuál arena entre mis dedos, dejando un vacío. Vacío, sí. Solo eso siento.
Suspiro, y percibo un olor metálico, ya no está el café y eso me perturba, igual sigo sintiendo la calidez de tu cuerpo, pero cada vez se disipa y siento que te pierdo.
Siento el vacío, acurrucada bajo a una sabana, incapaz de poder soltar tu mano aunque no esté.
Caricias inexistentes juegan con mi mente, realmente no sé si manipularme sea suficiente para alejar lo que me atormenta, aquello que yo misma he causado.
¿Cómo fue que llegué a esto? Me he perdido a mi misma entre sentimientos, por confiarlos a alguien más ahora estoy vacía por dentro.
No sé cuánto más pueda permanecer así, pero empiezo a ver colores, rojo, azul, ¿Morado, gris? Más al poco tiempo sé que son de la realidad, no puedo controlar aquellas luces, así que, o he terminado de perder la cabeza, o realmente hay algo que, si abro los ojos, podré saber porque se refleja.
Mis pensamientos no se callan, estoy atada a ellos, aferrada a buscar entre ellos un susurro de alguna de tus palabras. ¿Qué fue lo último que te escuché decir? Todo ha sido tan confuso que ya no puedo recordarlo, parece que fue hace tantos años, pero fué solo hace unos días, ¿O hace solo unos instantes?
Pero puedo escuchar tu voz repetir mi nombre y me aferro a ello. "Eidé" gritaste cuando me conociste, se volvió una costumbre que lo hicieras en cada oportunidad que tenías.
Puede que ya me esté callando, puede que ya mi cabeza quiera quedar en silencio, pero ahora escucho un zumbido, un murmullo o quizás un aullido, ¿será acaso esta mi muerte? Quisiera saberlo, quisiera que fuera contigo, ahora es imposible. Ojalá pudiera haberlo cumplido.
No son, zumbidos, murmullos o ladridos, son sirenas lo que he oído, no aquellas que cantan y enamoran marinos, si no aquellas que logran despertar tus sentidos.
He abierto los ojos por primera vez en tanto tiempo, no sé cuánto ha pasado, eso dalo por hecho. Solo veo oscuridad, vacío; un gran vacío.
Me quitó la sábana y logro percibir con todos mis sentidos aquellos olores que agobiaban mi cabeza.
El café esparcido por el piso, volteo y veo sangre salpicada por doquier. No quería asumirlo, volteo a la cama y el llanto se vuelve uno conmigo, tu mano sigue aferrada a la mía a pesar de tan cruel agonía, estás completamente desfigurado, acabado, demacrado. Creo que está de más decir que has muerto a mi lado, quisiera recordar como fue que ha pasado, más no logro recordar nada más que yo siempre te he amado.
Fueron solo segundos, más se sintió como una eternidad cuando la puerta de la habitación alguien pudo derribar, yo solo estaba en shock cuando al voltear para mirar, sentí al lado contrario de dónde estaba tu cuerpo una navaja contra mi pulgar.
ESTÁS LEYENDO
Alma inestable
De Todo¿Alguna vez te has atrevido a adentrarte en la mente de otra persona? Saber sus miedos, sus secretos más oscuros, anhelos y como estos pueden ser destruidos. A través de la literatura podemos dejar pequeñas pistas para comprender la complejidad de n...
