O d i o I r r a c i o n a l

32 7 0
                                    

Es infinito el sentimiento de odio que siento en este momento.

Talvez te preguntes porqué, y la respuesta es incoherente, simplemente porque te amo, mucho más de lo que quiero o debería.

Estoy cansada, afligida, viviendo día a día una mentira dónde se supone ya no existes y dónde soy feliz sin ti, pero al mismo tiempo que sonrío una grieta se ensancha con rapidez en mi pecho.

Aún no he logrado superar todos mis problemas, aún hay muchas cosas que me atormentan, no tengo un trabajo estable, mi familia no me quiere cerca, no tengo una buena autoestima, no he mejorado en nada a pesar de que te prometí que lo haría, pero ya nada de eso importa, ¿sabes? Porque a partir de hoy todos mis problemas los resolveré y empezaré por el que tengo contigo, ya que es el que más me importa.

Te odio porque no puedo culparte de nada.

Tú no me has robado el corazón, yo decidí arrancarlo de mi pecho una vez más, quizás la última pensé en ese entonces, para lanzarlo a ti, cayó a tus pies, y aunque al inicio no sabías exactamente que hacer con el, lo tomaste entre tus manos, desempolvaste y pusiste junto al tuyo, solo un momento, para luego regresarlo a su lugar.

Yo insistí, yo estuve ahí, yo fui la que con paciencia, cariño y amor incondicional poco a poco me fui ganando el tuyo.

Pero también fui yo la que después de tantos meses a tu lado decidió alejarse para arreglar problemas que no tenían porque afectar nuestro amor y todo lo que habíamos vivido, también fui yo la que al volver pensó que todo sería igual que antes, también fui yo la que tomó la decisión de distanciarnos nuevamente, pero esta vez no para volver, porque pensé sería lo mejor para ambos.

Tu no hiciste nada para que yo te odiara, y por eso precisamente mi corazón grita de impotencia aunque mi cabeza quiso tomarlo con indiferencia y sonrisas forzadas.

Odio que no me hayas dado motivos para odiarte.

Y así Marissa cortó el correo de voz que sería enviado a Ángel para después terminar de atar la cuerda en el techo de esa solitaria habitación de hotel, para así poner fin a todos los problemas que la agobiaban y a su odio irracional dirigido al amor de su vida.

Alma inestableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora