The Prank Book (LGTB COMPLETA)

3- La Porrista

Habían pasado dos días de la broma hecha por Dakota a Jackson y sus amigos, no tardaron mucho en darse cuenta de que los sándwiches cremosos eran por parte de ella, ya que la chica había dejado una linda nota en cada uno de los sándwiches asegurándoles a todos, pero principalmente a Jackson que si se metían con su hermano, Abigail o Amaia (esta última incluida porque sabía que el idiota se la pasaba molestándola, pero no porque fuera su amiga), lo de los sándwiches les parecería un juego de niños. Por supuesto Dakota recibió su castigo por parte de la Directora Mills, dos semanas de detención le aseguraban a Dakota tiempo para pensar después de clases en nuevas bromas mientras usaba su E-Cigarette de sabor a manzana. Por parte de su padre también había recibido un castigo por el mismo periodo de tiempo en el que tendría detención, David le había quitado las llaves de su auto y ahora tenía a Daniel de chofer, honestamente no era como si eso le molestará.

Ahora se encontraban en la parte de los lockers hablando con Abigail, en ese corto periodo de tiempo la chica se había convertido en una buena amiga para ambos mellizos e incluso Dakota la consideraba su amiga en ese momento, lo cual era curioso porque en palabras de ella misma "no tenía amigas".

—¿A todos los profesores de su antigua escuela?, ¿en serio? —preguntó Abigail sorprendida mientras acomodaba algunas cosas en su mochila.

—Si, y todos se alegraron cuando por fin nos fuimos de la escuela, honestamente no podían creer lo diferentes que éramos el uno del otro, mientras que yo sobresalía, Dakota pasaba castigada durante todo el curso lectivo —respondió Daniel con una risilla.

—En mi defensa puedo decir que se lo merecían —dijo Dakota mientras veía de lejos a una chica morena de cabello negro—. Y ahí está la cuarta de la semana.

—Dakota... —la regañó Daniel, dos a la semana era tolerable para el pelinegro, ¿pero cuatro?, eso ya era pasarse.

—No digas nada, la verdad es que está muy guapa y no hay que perder las oportunidades que te da la vida, como solía decir la señora que nos cuidaba cuando éramos niños "si la vida te da limones, haz limonada" —respondió Dakota para luego volver a mirar hacia donde estaba la chica, lanzarle un guiño y un saludo con su mano, por lo que la chica solo se sonrojó y se fue de ahí.

—Aún no sé cómo haces para conseguir tantas chicas en tan poco tiempo —comentó Abigail—. Yo no puedo conseguir ni chicas, ni chicos—finalizó con un puchero.

—Es un don, mi pequeña Abi, pero sin duda alguna te ayudaré a conseguirlo, para finales de este año vas a tener un novio o una novia y todo será gracias a mis magníficos consejos —ofreció Dakota mientras palmeaba el hombro de la pequeña latina y esta le daba una sonrisa en agradecimiento.

—¡Miren, ahí viene Amaia! —señaló Daniel y tanto Dakota como Abigail voltearon a ver. Dakota sentía algo muy raro en ella cada vez que veía a la castaña, no sabía que era, pero honestamente no quería descubrirlo.

—Hola —saludó Amaia en cuanto llegó a donde estaban los mellizos y Abigail, mientras que la pequeña latina y el pelinegro la saludaron con una sonrisa, Dakota solo le asintió con la cabeza.

—¿Por qué llegaste tan tarde? —preguntó curiosamente Abigail, la pequeña latina era una curiosa (y chismosa) empedernida.

—Vine con Emma, sabes que la mayoría del tiempo la pobre tiene un problema con la puntualidad —contestó Amaia—. Más después de pasar las vacaciones en Europa, dice que aún tiene jet lag —dijo riendo mientras abría su casillero para sacar los cuadernos de sus próximas clases.

—¿Cuándo volvió? —inquirió Abigail, mientras que los dos mellizos se veían de reojo sin entender de quien hablaban.

—Ayer en la noche, por eso se retrasó tanto, se le pegaron las cobijas. Aunque debió haber llegado hace una semana, pero según me explicó sus papás querían pasar más tiempo con ella —respondió la castaña, mientras cerraba su casillero y caminaban los cuatro hacia sus clases—. Ahora que volvió por fin podrán hacer las pruebas de... —pero Dakota interrumpió la explicación de Amaia.