The Prank Book (LGTB COMPLETA)

24- ¡Dakota Patricia Dawson!

Varios días habían pasado desde que Emma, Abigaíl y Daniel, descubrieron que Dakota y Amaia no estaban peleadas, sino que habían fingido todo para que tanto Mercedes como Jackson creyeran que después de todo su plan para separarlas había funcionado y que habían logrado que Dakota estuviera "destruida" emocionalmente.

Para mantener las apariencias, Dakota y Amaia decidieron seguir actuando como si estuvieran aún peleadas y los demás ayudaban con ello, aunque les costaba bastante, ya que no les gustaba ver a sus dos amigas de esa forma, pero aun así las ayudaban y todo volvía a la normalidad cuando se juntaban en la casa de los mellizos Dawson para pasar el rato, tal y como estaban haciendo ahora.

—Sé que es una pregunta tonta, pero, ¿con quién irán al baile? —preguntó Abigaíl a sus amigos mientras estaban sentados en el sofá de la sala de juegos viendo una película, bueno, todos menos Amaia que había salido con Mercedes para hacerle pensar a la chica que aún había una oportunidad de estar juntas, por supuesto, todo esto era solo parte del plan.

—Pues... Daniel me lo pidió ayer —respondió Emma mirando al recién mencionado para acto seguido inclinarse y darle un beso por sorpresa—. Y debo admitir que fue muy romántico —recalcó haciendo que Daniel se sonrojara tanto por el beso como por lo que su novia había dicho.

—Bue-bueno... se hace lo que se puede —tartamudeo el chico en respuesta.

—Bueno, yo se lo pedí a Agatha y accedió a ir conmigo solo si yo la acompañaba al de ella —comento la pequeña latina a sus amigos para luego volver a ver a Dakota, la cual estaba pensativa—. Oye, Dakota —llamó Abigaíl sacudiendo su mano en frente del rostro de la bromista para que esta reaccionara—. ¿Ya le pediste a Amaia que fuera contigo al baile? —preguntó y Dakota la miró nerviosa.

—Bueno... es que yo... —intentó responder, pero la vergüenza le ganaba.

—¡Dakota Patricia Dawson! —exclamó Emma—. ¿¡Cómo es eso de que no le has pedido a Amaia ir al baile contigo!?

—¡Emma, no grites! —pidió Dakota—. De lo contrario, medio Alabama te va a escuchar —se quejó para luego tomar un respiro—. No se lo he pedido, no porque no quiera, sino porque con todo este lío con Jackson y Mercedes no he podido... además, si les soy sincera no sé ni cómo hacerlo y me causa pánico que me diga que no —se sinceró—. ¡Y no me llamo Patricia, ni siquiera tengo un segundo nombre!

—No sé por qué eso se me hace familiar —comentó Daniel pensativo—. Pero volviendo al tema, hermana, sabes que es imposible que Amaia te diga que no, después de todo ella está contigo.

—Dakota, Daniel tiene razón, sin embargo, debes hacer algo muy significativo para invitarla —sugirió Emma a su cuñada.

—Es cierto, después de todo ambas se besuquean hasta el cansancio cuando están aquí... y quién sabe qué otra cosa hacen —agregó Abigaíl con el fin de molestar a su amiga, cosa que logró porque esta se sonrojó de inmediato.

—No digas esas cosas, Abi, no hemos hecho nada más allá de besarnos y así será hasta que ambas estemos listas —declaró, después de todo, tanto ella como su hermano habían prometido desde hace mucho a que iban a esperar hasta que llegará la persona correcta y estuvieran por completo seguros de que era esa persona con quien iban a estar para siempre, ya que no querían que les pasará lo mismo que le pasó a su papá—. Y respondiendo a tu sugerencia, Porrista Descerebrada, ¿qué se supone que podría hacer que sea lo suficientemente sorprendente según tú? —inquirió Dakota.

—Para empezar, deberías dejar de decirme "Porrista Descerebrada" si quieres que te diga la idea que tengo —amenazó Emma con aires de suficiencia.

—No sé por qué te pones a sugerir cosas que no van a suceder... pero, ¿qué más? —preguntó Dakota burlándose por lo que había dicho su cuñada.