Si Amaia pensó que iba a tener un último año escolar tranquilo, definitivamente estaba muy equivocada. Principalmente, porque la hermana melliza de su nuevo amigo era una problemática de lo peor.—¿Por qué debería hacerlo?, además, ¿cómo puedo estar segura de que no fuiste tú la que arruinó los uniformes de las porristas? —preguntó Amaia dubitativa.
—Bueno, eres amiga de mi hermano, esa debería ser una razón suficiente para que me ayudes. Y sobre lo otro, si la directora Mills me dejo ir sin un castigo, ¿no crees que es por algo?. —Amaia se quedó reflexionando en lo dicho por Dakota, en cierta parte tenía razón, si su tía había dejado salir a la pelinegra sin un castigo era porque creía en su inocencia. Sin embargo, había algo que no la convencía del todo y es que ellas ni siquiera eran amigas—. ¿Entonces, me ayudarás?
—No sé si sea prudente que te ayude, Dakota. Tu misma lo has dicho en varias ocasiones, ni siquiera somos amigas —respondió Amaia mientras se recostaba en la pared y cruzaba los brazos.
—Sé que no somos amigas —dijo Dakota mientras se iba acercando lentamente a la castaña hasta llegar a arrinconarla, estando sumamente cerca la una de la otra—. Y nunca lo seremos. Pero eso no significa que no me puedas ayudar —ninguna entendía porqué, pero al estar tan cerca sentían un impulso de besarse que no sabían si podrían contener—. A eso le podemos sumar que no querrás ver a tu tonta amiga porrista enojada, al contrario, la querrás ver feliz y yo te puedo ayudar con eso si logramos atrapar a Jackson —mientras más hablaba Dakota, más se fijaba en los carnosos labios de Amaia y en sus ojos color café, al mismo tiempo Amaia hacia lo mismo. Estaban a un solo paso de besarse y hubiera sido así... pero a veces el destino no quiere tales cosas.
—Amaia, tus amigos me dijeron que estabas... —un chico larguirucho y delgado había entrado al salón, pero detuvo su verborrea al ver cómo estaban las dos chicas—. ¿Interrumpo algo? —preguntó con una sonrisa morbosa.
Amaia empujó sutilmente a Dakota y esta solamente elevó su ceja y la miró pícaramente.
—No te preocupes, Harry, no interrumpes nada. ¿Necesitas algo? —preguntó Amaia.
—De hecho, si y me alegro de haberte encontrado aquí —respondió el chico—. Sabes que pronto tendremos las audiciones para la obra, ¿cierto? —preguntó y Amaia asintió mientras Dakota miraba la interacción—. Los chicos y yo hemos estado hablando, queremos que tú seas la protagonista, además, eres perfecta para ello.
—¿La protagonista?, ¿están seguros? —preguntó Amaia asombrada ante tal propuesta.
—Cosas curiosas y tú, Dulzura, mírate... hasta protagonista de una obra serás, ¿de qué tratará?, ¿de cómo ser una nerd? —se burló Dakota y Amaia volteó los ojos.
—De hecho, este año haremos "El Fantasma de la Ópera" —respondió Harry—. Tú nos vendrías bien para la obra también. ¿No quieres unirte?
—No gracias, antes muerta que unirme a una de esas ñoñadas —contestó Dakota con una mueca de disgusto.
—Está bien. Entonces, Amaia ¿vas a decir que si? —inquirió Harry con una mirada suplicante.
—Está bien, lo haré —respondió la castaña con una sonrisa.
—Bueno, ahora que aceptaste me voy —dijo señalando la puerta—. Por cierto, recuérdale a tu amigo traer la ropa que lleva puesta mañana, adiós, Amaia, adiós, chica linda —se despidió finalmente para caminar hasta la puerta y salir del salón.
—Parece que alguien tiene un crush contigo —se burló Amaia al ver la cara de Dakota.
—Chica linda —bufo la pelinegra—. Da igual, ni siquiera es mi tipo... le faltan senos —comentó con burla—. Bien, ahora que se fue, ¿me ayudaras?
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The Prank Book (LGTB COMPLETA)
RomansaAmaia Johnson pensó que su último año en el Saint Jakob School iba a ser tranquilo, que podría seguir con sus estudios y su vida normal junto a sus amigas Emma Montgomery y Abigail García. Con lo que Amaia no contaba era que con la llegada de Dakota...