Dakota siguió a la Directora Mills hasta su oficina y cuando entraron ahí, Dakota solo se sentó, esperó a que la directora entrara y cerrara la puerta, para luego sentarse en su silla detrás de su escritorio... ella ya conocía la rutina a la perfección.—Sea lo que sea que le hayan dicho, yo no lo hice —protestó Dakota antes de que Nora pudiera decir palabra alguna—. Seré traviesa y bromista, pero jamás una vándala —finalizó la pelinegra, reclinándose más al respaldar de la silla y cruzándose de brazos. Honestamente, se sentía molesta de que creyeran que ella haría tal cosa... o sea, si era algo que podría hacer, pero jamás lo haría tan mal como para ser atrapada de inmediato.
—Señorita Dawson, no se a que se refiere, la llamaba por la cantidad de faltas que ha tenido el día de hoy, prácticamente no ha asistido a ninguna de sus clases, ¿puedo saber el motivo? —preguntó Nora con una mirada inquisitoria, inclinándose y poniendo ambas manos sobre su escritorio.
—Yo estaba en las audiciones para las porristas, ya sabe —Dakota alzó sus brazos y empezó a hacer los típicos movimientos de las porristas, sacando así una sonrisa por parte de la Directora Mills—. Estuve ahí y eso...
—¿Estuviste ahí toda la mañana?, porque hasta donde sé las audiciones terminaron a las diez de la mañana —Nora se levantó de su silla para rodear el escritorio y ponerse de pie a un lado de donde estaba Dakota—. Sabes, no voy a castigarte por faltar a clases, creo que ya tienes suficiente castigo con el que te había puesto anteriormente. Sin embargo, esto no se puede repetir nuevamente, Dakota, decepcionarías mucho a tu padre si pierdes el año. Deberías aprender un poco más de tu hermano y ser como él —la pelinegra volteó a ver a la directora con ojos de odio, si había algo que odiaba (a pesar de que amaba a su hermano) era que la compararan con él.
—Usted no me conoce —espetó poniéndose de pie—. Y no se atreva a pedirme que sea más como mi hermano, él está en lo suyo y yo en lo mío y así hemos estado bien durante mucho tiempo.
No pudieron continuar con la discusión porque en la puerta de la oficina se escuchó un repiqueteo y Nora pidió que entrara la persona o personas que estuvieran ahí, en eso Emma y la entrenadora Spade entraron hechas una furia.
—¡Ahí está la culpable de que mi equipo no tenga sus uniformes! —señaló Spade a Dakota.
—¡Si pensabas que escabullirte en la oficina de la directora te iba a salvar, estabas muy equivocada! —sentenció Emma.
—¿Qué está pasando?, ¿por qué dices que el equipo no tiene uniformes? —preguntó Nora mirando a la entrenadora Spade.
Justo en ese momento la puerta de la oficina se volvió a abrir dejando pasar a Daniel, Amaia y Abigail, definitivamente en esa oficina entraban todos como Pedro por su casa. Nora les dio una mirada en forma de regaño, más no dijo nada del que hubieran entrado a su oficina sin tan siquiera tocar la puerta.
—Lo qué pasa, Nora, es que esta niña —la entrenadora señaló a Dakota—. Irrumpió en el vestuario de las chicas y destrozó todos sus uniformes.
—¡Ya le expliqué a su estúpida capitana que yo no tuve nada que ver con eso! —gritó la pelinegra.
—¡Y yo ya te dije que tres de las chicas te vieron salir de ahí! —rebatió Emma.
—¡Eso es mentira, jamás me metería a los vestuarios de las porristas! —Dakota miró a su hermano como pidiendo ayuda, pero este aún estaba en estado catatonico, no fue hasta que Abigail le dio un pequeño golpe en la cabeza que prestó atención a lo que sucedía y miró a su hermana.
—Disculpen, porque no intentamos calmarnos un poco aquí —dijo Amaia, al ver cómo estaban los ánimos de todos—. Creo que deberíamos escuchar lo que Dakota tiene para decir antes de sacar una conclusión precipitada.
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The Prank Book (LGTB COMPLETA)
RomanceAmaia Johnson pensó que su último año en el Saint Jakob School iba a ser tranquilo, que podría seguir con sus estudios y su vida normal junto a sus amigas Emma Montgomery y Abigail García. Con lo que Amaia no contaba era que con la llegada de Dakota...