¡Y volvemos al presente!
Volvemos a la época del trabajo honrado.
Después de las grandes cargas de carcajadas entre Freya y está hermosa servidora. La comida se nos podría enfriar y créanme, no quieren comerse esa baba gris que muchas aquí llaman avena o tomarse la dichosa Sopa de tomate de la Tía Mina -apodo que le puse a la cocinera que fábrica ese veneno-, esa sopa era el propio dolor gastro-intesti-anal.
-¿Aún te quedan galletas? -me pregunto Freya mientras esperábamos que nos dieran nuestra comida-. Prefiero comerme una que comer eso --señaló la charola de una de las chicas que estaba al lado de nosotras.
-Creo que me queda la mitad de una caja -aclaré mientras avanzaba y me entregaron la sopa de tomate-. Gracias Tía Mina. Estoy esperando a que Luz me envíe más. Creo que se le paso o su hermana le cortó el envio de paquetes por un tiempo.
-¿Fideos o camarones? -pregunto una de las cocineras con un tono burlón y tan irritante que a cualquiera podría hacer enfadar.
-Quiero a tu madre en tanga -respondí con una sonrisa burlona y una mirada desafiante.
La mujer soltó una pequeña risa y vertió la baba gris que según muchas era avena -al menos eso nos hacían creer, la avena le añadían engrudo en una pequeña cantidad, lo descubrí tres meses después de llegar a este paraíso- luego que sirvió la avena, caminé al otro lado y me dieron un pan y una leche de cartón. Agradecí y luego nos fuimos a una mesa cercana.
Comí el pan y me bebí la leche de cartón, la avena la tire a la basura y la sopa de tomate se la di a Martina la cual es la sobrina de Tía Mina la alias: EH. Luego me fui a La sala de juegos, quería ver qué locura se le ocurría a Freya o ver si el grupo de Dayana y el de Carolina se volvían a enfrentar por alguna estupidez de las suyas, las razones para pelear eran de lo más ridículas, que si Gabi bebía agua del grifo de Carolina o que si Fabiola tocaba el balón de Dayana y bla, bla, bla y más bla.
Por mi parte yo me sentaba a peinar a las chicas del grupo que formamos Freya y yo, o me ponía a hacer lo mismo con chicas de otro grupo -las cuales me pedían que lo hiciera-, todo a cambio de algunos favores o más comida de lo normal, luego de terminar de peinarlas me iba a la biblioteca y estudiaba un poco de todo luego volvía a La Sala De Juegos de vez en cuando me iba a otra parte a estudiar debido a las peleas o el ruido que hacían todas.
Me senté en el piso y recargue mi espalda en la pared, estaba leyendo un grueso y gran libro de anatomía humana que contenía algunas prácticas médicas, me centre en el libro y me adentre en la parte de las arterias y como tratarlas por si algún accidente.
-¡Oye Shark! -escuché una voz que me hizo fruncir el entrecejo y fijé mi vista al lugar de donde provenía la voz, era Terry, la chica del grupo de Dayana-. Piensa rápido -me arrojo un balón en la cara. El golpe me hizo pegar bruscamente la cabeza de la pared.
Todas en el patio veian la escena por lo que estallaron en carcajadas.
Ese fue el detonante para que mi ira estallara como una bomba.
-¿Me lo pasas? -pregunto Terry entre risas.
-Déjame y la pongo a beber del retrete -me dijo Freya que se había puesto a mi lado.
-Quédate quieta -respondí-. Yo me encargo de todo -ella sonrió porque sabía que iba hacer y se sentó en el lugar en el que yo estaba.
Terry era el típico caso de la chica fuerte, obesa y de mirada intimidante que todos les temen o mejor dicho: La Bully. Lo que ella ignoraba era que con la persona que se metió -osea yo- es una de las que puso a temblar a más de una del grupo de Carolina y esa fue la razón por la cual casi nadie se mete conmigo.
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Camile Encanto De Tiburón
ParanormalSIPNOSIS: Una Isla con un gran misterio. Una chica con su vida destruída. El odio a una persona que cada día crecía más y más. Solo una cosa se interpondrá entre Camile y su destino. Él... ¿Logrará conseguir lo que quiere sin que nadie salga lastima...