CAPÍTULO 3 (parte 2)

15 5 3
                                    

[...]

-¡Carajo! -grite despertandome agitada.

Desde ese día las pesadillas con mi madre empezaban a atormentarme.

Tras despertarme así me golpeé una de las costillas que tenía lastimada.

-¡¿Como diablos llegue a la cama si antes de dormirme estaba en el sofá?!

Pregunta existencial que todos tenemos ¿No?

Baje de la cama para sentír en mis pies el frío del piso, caminé hasta la puerta para salir en busca de Luz.

-¿Luz?, ¿Luz estás aquí? -preguntaba en cada rincón de la casa.

Mientras daba mi paseo por la casa para encontrar a Luz veía cada una de las fotografías que adornaban la pared azul. Me interesé mucho en una, era una fotografía de un hombre y dos niñas una de ellas se veía mayor a la otra aunque la mayor tenía los cabellos castaño mientras que la otra tenía lo cabellos oscuros, ambas niñas sonreían y vestían ropa de hipismo, tenían los cabellos sueltos y revueltos, el hombre las abrazaba a ambas, era un hombre de expresiones duras pero con mirada serena diferencia de las niñas que sus expresiones eran de mirada inocente, en la mirada de los tres había una sola cosa: Felicidad.

-Esa foto fue tomada tres horas antes de que muriera mi madre -escuche la voz de Luz en mis espaldas. Me di vuelta para verla y cargaba varias bolsas negras en las manos-. ¿Me ayudas?

Caminé hasta donde ella estaba, tome una de las bolsas y empecé a caminar hasta la cocina.

-¿Que fue lo que le pasó a tú mamá, Luz? -pregunté una vez que llegamos a la cocina.

-Es un poco complicado hablar sobre eso -me explico-. Nunca lograron identificar el cuerpo de mi madre, solo dijeron que murió dentro del vehículo de el hermano de mi padre, el cuál presuntamente era su amante -hizo una pausa para poner las bolsas sobre la mesa-. En realidad quedé desvastada por la muerte de mi madre pero no me eché a morir como Laura.

-No entiendo nada -musite-. ¿Estás diciendo que la pérdida de tu madre no causó dolor?

-Camile, mi madre era más apegada a Laura, mientras que a mí me rechazaba como si yo tuviera alguna enfermedad contagiosa...

-Y desde entonces te apegastes más a tú papá y aprendiste a ser la persona que eres ahora -complete como si supiera sobre el tema.

-Llevamos un día de conocernos y ya me estás dando miedo -dijo con tono divertido.

-Soy una niña, pero siempre fui diferente a las demás -comenté.

-¿Que quieres comer hoy? -pregunto.

-La chef aquí eres tú, y yo no soy quien para decir que comer y que no -respondí con simpleza-. Aunque pensadolo bien, quisiera comer algo dulce.

-Pues en una de las bolsas de ahí hay galletas -dijo y señaló una pequeña bolsa negra.

-¡¿Galletas?! -solte de la emoción y literalmente me lance sobre la bolsa y empecé a tirar todo su contenido a los lados para ver si hallaba lo que me encantaba.

Si alguno de ustedes quiere ver cómo vuelvo a ser esa niña de antes o a ser una cavernícola, busquen esas galletas que tanto adoró, ya le imagino que deben saber... ¡Las famosas galletas de canela y cocoo!

Después de buscar en toda la bolsa encontré el preciado paquete de galletas ¡Y justamente eran mis adoradas galletas de canela y coco!

-¡Sonrie a la cámara! -dijo Luz. Voltee de inmediato.

Camile Encanto De TiburónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora