ESPECIAL DE NAVIDAD (capitulo 10)

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Este capítulo forma parte de los eventos de esta historia.

-Ya se que diras que este lugar no es algo que esperabas -me dijo Freya cuando llegamos al lugar.

-Un almacén con bastante espacio... -comentaria observando el lugar con una mueca de aprobación-. Me gusta.

-¿Sabes que fecha es verdad? -Me pregunto.

-Veinticuatro de diciembre ¿Por qué? -le respondí.

-¿Que nunca celebrabas navidad? ¿Ni cuando eras bebé? -me pregunto empezó a caminar hacia el portón del almacén.

-Nunca le encontré significado a esa celebración -le dije con un leve levantamiento de hombros-. Hablame de todas las tradiciones de la isla y te las diré todas.

-¡Vamos! Dime qué siquiera recibiste algún regalo -me dijo abriendo el portón del almacén.

-Pues recibí un cepillo de dientes -le dije con simpleza-. No contábamos con tanto dinero, siempre nos alcanzaba para comer y hacer alguna que otra cosa, las cosas como juguetes eran una locura en los precios, yo solo tenía una muñeca de trapo que era de mamá Made.

El almacén era sin duda muy grande, cerca de una pared habían unas escaleras de metal que daban hacia unas puertas que estaban arriba, aunque en el fondo había un cuarto que tenía un amplio ventanal que parecía ser la oficina principal, donde iniciaban las escaleras habían un cuarto aparte que era separado por unas ventanas que le servían de pared.

-Este año será diferente ya lo verás -me dijo antes de correr hacia el cuarto de de las ventanas-. ¡Ven idiota! ¡Ven a ver!

-Ahí voy.

¡Dios!

Me dirigí al cuarto, no eran tan grande pero si tenía su comodidad, un sofá cama que se veía bastante cómodo y acogedor, delante del sofá había un aparador bajo con un televisor encima, de lado del aparador estaba un mini refrigerador con algunas bolsas de frituras encima, detrás de todo eso, estaba una estufa empotrada en mesones de madera y cerámica de porcelana un poco deteriorado al igual que las encimeras de arriba ya que algunas les faltaban puertas.

La verdad no era una gran mansión o un palacio hecho de mármol puro. Pero para mí, era un gran castillo.

-¿Que te parece? ¿Te gusta? -me pregunto Freya dando una vuelta de 360 grados alrededor de todo con una sonrisa de niña pequeña-. Tanto espacio para una sola persona es mucho, ahora estamos las dos... juntas.

-Para estar contigo no requiero tener un gran castillo -le respondí con los brazos abiertos para abrazarla-. ¡Ven acá mi negra!

Ella solo salto hacia mí y me abrazo fuertemente.

-No soy negra, soy canela tentación -me respondió en medio del abrazo.

Escuché como su estómago rugió.

-¿Hambre o embarazo? -le pregunté rompiendo el abrazo.

Ella me dió un leve empujón y me vio con disgusto.

-Mi última vez fue a los seis cuando...

-¡SI-LEN-CIO! ¡Vamos a preparar algo! -le grite para que dejara de decir esas cosas-. ¿Algo bueno para cocinar?

-Hay unas bolsas en el refrigerador, busca en una de esas y veras. -me dijo señalando el mini refrigerador.

Camine hasta el refrigerador, revise las bolsas de papitas que estaban arriba, luego abrí la puertita del mismo para revisar lo que había.

Cerveza, leche caducada, pepinillos, más cerveza, un sándwich mohoso, ¡galletas!

Saque la bolsa de galletas con rapidez y la lance al sofá.

Camile Encanto De TiburónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora