Hijos de la Luna

Capítulo VI

Jimin, Tae y JK, a como les apodaban, aún estaban en entrenamiento para afinar sus habilidades. JK - quien era el menor - tenía un problema en particular para controlar su super fuerza y solía destrozar las cosas de su habitación o los juegos del parque. Escuchar sus anécdotas te hacia preocuparte por tu propia experiencia, pero a la vez te resultaban hilarantes.

Después de conversar por un buen rato, decidiste despedirte de ellos, pues tenías que volver a casa temprano. De inmediato, Namjoon se ofreció a acompañarte hasta tu casa. Al principio te resististe, pero él insistió, y no había forma de convencer a un alfa de dimitir de una idea.

Los chicos se despidieron y tú empezaste a caminar con RM hacia la salida de la comuna.

T/n: ¿Y en qué vamos? No me digas que vas a cargarme y correr super rápido como ayer.

Él rio ante tu comentario.

Namjoon: No te preocupes, tengo un medio de transporte más adecuado.

T/n: ¿Sí? ¿Dónde está tu auto?

Namjoon: Dije que era un transporte, pero no dije que era un auto.

Él se detuvo frente a una casa que, seguramente era donde él vivía; pasó hacia el patio trasero y luego salió montando una bicicleta. Tú te reíste de inmediato.

Namjoon: Oye, no te rías. No sabes lo genial que se siente andar en bici.

Te disculpaste por la risa y le aseguraste que no te estabas burlando. Él te hizo un gesto para que te sentaras en la pequeña parrilla de atrás, y una vez que lo hiciste, empezó la marcha.

Tu casa quedaba algo lejos, y ya que no podía usar sus habilidades para aumentar la velocidad, el viaje duraría al menos media hora.

Tú te sostenías de su torso y podías sentir la solidez de su musculatura debajo de su camisa. Sin poder evitarlo, recostaste tu rostro sobre él despacio; podías sentir la vibración de su voz a través de su espalda y los fuertes latidos de su corazón. Toda la situación causaba una emoción que recorría tu cuerpo de forma inexplicable.

Namjoon iba tratando de encontrar un tema de conversación, mientras pedaleaba, para que el viaje no fuera incómodo para ti; sin embargo, notó que apenas respondías lo que te preguntaba o comentaba. Se sobresaltó un poco al sentir cómo recostabas tu cabeza en su espalda mientras te abrazabas fuertemente a su abdomen.

Él rio un tanto nervioso pues extrañamente aquello le producía una sensación placentera, pero poco a poco sentía como se incrementaba su calor corporal al estar en contacto contigo. Él aclaró su garganta y trató de enfocarse en el camino, sin embargo, le resultaba muy difícil concentrarse en otra cosa que no fueras tú; tu aroma invadía sus receptores olfatorios provocando reacciones autónomas en su cuerpo.

El viaje pareció más largo de lo esperado, pero finalmente llegaron a tu casa. Te bajaste de la bicicleta – aunque apesarada – y le agradeciste por el aventón.

Ambos se quedaron un momento en silencio, viéndose el uno al otro. La mirada intensa de RM te provocaba un cosquilleo en la boca del estómago. De nuevo apartaste la mirada al sentir cómo la sangre subía a tus mejillas. Él sonrió.

T/n: Nos vemos mañana.

Namjoon: Seguro. Que descanses.

Entraste a tu casa y corriste hacia la ventana para verlo a escondidas. Él continuaba frente a la puerta en completa contemplación. Finalmente se marchó luego de un par de minutos.

Al día siguiente, los chicos te llevaron de nuevo a casa de Ahnjong para que recibieras la infusión. Esta vez, Jimin, Tae y JK te esperaban ahí para seguir conversando y bromeando. Era notorio que esos siete chicos volvían loca a aquella pobre anciana.