Prólogo

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Xingqiu jugaba en la sala del primer piso con su carro de juguete. Para tener 8 años era un niño bastante calmado a la hora de jugar.

Su padre, como sabía que Xingqiu no se lastimaría las rodillas o rompería un jarrón, subió a su oficina que se ubicaba en el piso de arriba, dejando solo a Xingqiu jugando con sus carritos.

El timbre sonó, pero Xingqiu se levantó y gritó "yo voy" para que su padre no se desocupara de su trabajo. Su padre sabía que Xingqiu era muy inteligente y no le abriría a gente sospechosa, pero Justo ese día ellos esperaban a un socio de trabajo, así que su padre se levantó de su escritorio para recibir a su invitado, pero en cuanto se alineó en las escaleras, escuchó como Xingqiu trataba de gritar a través de la mano de alguien y como arañaba la madera de la puerta tratando de sujetarse.

Su padre de inmediato corrió escaleras abajo gritando su nombre. El secuestrador soltó a Xingqiu, haciendo que cayera de cara al suelo, rompiéndole la nariz, por lo que su padre no pudo correr tras el secuestrador que ya se había dado a la fuga por atenderlo.

-Xingqiu, ¿estas bien? Oh mi niño... - su padre se lamentó abrazándolo lo más cuidadosamente posible mientras su corazón se hacía trizas al escucharlo llorar del dolor.

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Xingqiu se había recuperado rápido de la nariz, pero su padre había sido dañado permanentemente. La paranoia lo consumía, y dejó todo de lado para poder proteger a su hijo

Nadie pondrá un dedo encima de ti

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