Capítulo IX

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Capítulo IX

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Capítulo IX

─ Necesito una respuesta, Stark─ exigió la concejal, de pie frente a la larga mesa de reuniones del complejo de los Vengadores─ Natasha Romanoff está desaparecida y el capitán Rogers está fuera de sí, enloquecido. Ha pasado una semana y aún no logran descubrir nada... ¡necesito saber quién está atacando a nuestros agentes y lo necesito YA! ─ exigió, golpeando la mesa con ambas manos.

─ Concejal Hawley... le aseguro que estoy tan preocupado como usted. Los agentes de los que usted habla no sólo son eso para nosotros. Son nuestros amigos... Su bienestar me interesa tanto o más que a usted─ la mujer torció el gesto y se sentó, lentamente, sin apartar sus ojos fríos de los castaños del ingeniero.

─ Cierto, son sus amigos. Y aún así, no dudó en diseñar y desarrollar una manera de acabar con todos ellos, ¿no?

─ Eso no fue... eran asuntos de seguridad...─ se excusó Stark, apartando la mirada, avergonzado. Pero, de inmediato se recompuso y enfrentó a la mujer con la frente en alto─ Seguridad por la que usted estaba tan preocupada como el resto del consejo, si mal no recuerdo, ¿no es así, concejal?

─ Por favor, no es momento de jugar a las culpabilidades─ pidió Helen, intentando llamar a la calma a los dos─ Lo importante aquí es que tenemos que hacer algo. Dos de los siete sujetos han sido activados. ¿quién dice que no activarán los otros de un momento a otro?

─ Los sujetos tienen nombre, Helen─ le recordó Tony y Helen suspiró pesado.

─ Lo sé, Tony. Natasha estaba muy mal cuando desapareció... si no la encontramos pronto, su diagnóstico sólo empeorará. Sin el tratamiento adecuado, su pronóstico de tres meses podría reducirse considerablemente... de hecho, a estas alturas, bien podría estar muerta─ razonó y el ingeniero se puso de pie, comenzando a pasearse por la habitación con el corazón en los pies y las lágrimas picando en sus ojos.

Aún recordaba la primera vez que vio a Natasha. La impresión que dejó en él nunca se pudo borrar, por más que aprendió a controlarla y con el tiempo su relación se volvió en algo puramente platónico. Le parecía ver aquella mirada profunda y misteriosa, insondable... si bien estaba comisionada para vigilarlo, aún así ella dejó caer sus defensas y fue genuinamente amable con él, genuinamente considerada. Todos los que la conocían sabían que la mujer era como una casa de espejos, siempre mostrando una cara diferente, siempre escondida detrás de una máscara, pero, la máscara caía irremediablemente cuando su enorme corazón quedaba al descubierto.

Era la espía, sí. Era la asesina, sí. Era la agente implacable; completamente. Pero, también era la amiga, la compañera, la confidente, la madre gallina de su grupo. Siempre tenía una palabra de aliento disfrazada de sarcasmo, un consejo envuelto en bromas pesadas. Cuando accedió a aquel proyecto, lo hizo creyendo que nunca, jamás, llegaría el día en el que debiera usarse. Y ahora, de pronto, los protocolos se habían activado misteriosamente y sus amigos estaban cayendo como moscas... ¿quién sería el siguiente? ¿Bruce, su compañero de laboratorio y amigo entrañable? ¿Peter, poco más que un niño, tan lleno de vida y sueños? ¿Wanda, su hermano? ¿Bucky? Cualquiera de ellos podía ser el próximo y no estaba dispuesto a que eso volviera a pasar.

Midnight SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora