Capítulo VII

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Capítulo VII

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Capítulo VII

Big One

Steve se alejó un par de pasos de la pizarra de corcho, observando las fotografías y los esquemas con ojo crítico. Cruzó los brazos sobre el pecho, mientras sus ojos se deslizaban por los rostros, los lugares y las fechas. Allí estaban expuestos los exámenes de laboratorio de Natasha, los nombres de los técnicos, de los médicos, de los responsables de la seguridad del equipo. La espía había usado un plumón rojo para escribir Midnight Sun sobre los esquemas con letras grandes y desiguales debido a la debilidad que la atacaba en cuanto se ponía de pie. Los hematomas en sus piernas tampoco ayudaban mucho, pero, había sido necesario. Steve le había hecho el amor muy despacio, intentando no lastimarla, no aplastarla con su peso, no ahogarla. Por alguna razón, sus cuidados la hacían sentir diferente, como si algo hubiese cambiado entre los dos.

Se sentía bien, pero, no tenía tiempo para pensar en eso. Su cuerpo era una bomba de tiempo y debían encontrar el plan perfecto, el plan que los llevaría a su venganza antes de que la bomba estallara. Steve, por su parte, estaba furioso. Una furia ciega, fría, implacable cosquilleaba debajo de su piel y lo empujaba a salir a buscar a cada una de las personas que lo miraban desde la pared, pero, se obligaba a contenerse. Sabía que debían ser inteligentes y usar todo lo que tuvieran a su favor para dar el golpe antes de que alguien siquiera sospechara que algo estaba pasando. "El que golpea primero, puede golpear dos veces", solía decir uno de sus instructores del Campamento Lehigh y él lo había aprendido muy bien. Sólo tenía que prepararse y no perder el factor sorpresa.

─ ¿Es todo lo que tenemos? ─ preguntó, ladeando el rostro mientras su mente saltaba de un punto a otro, intentando descubrir la trama que los había llevado hasta ese punto.

─ Por ahora, sí─ afirmó Natasha, quién, desde la cama, escribía lentamente en una libreta sus apreciaciones─ Deberíamos comenzar por el personal de laboratorio. Ellos son los que han tenido acceso a nuestros exámenes, los que manipulan los resultados...

Steve se lo pensó un momento. Atacar a los técnicos del laboratorio llamaría demasiado la atención y, probablemente, no sabrían mucho. Personas como ellos solían obedecer órdenes sin cuestionarse demasiado el porqué lo hacían. Perseguirlos o extorsionarlos, no sería más que una pérdida de tiempo. En cambio, si se dirigía directamente a las mentes detrás de aquella locura... su celular vibró en su bolsillo y lo extrajo con gesto ausente, desbloqueándolo para leer el mensaje que llenó la pantalla. Al ver el contenido, no pudo evitar sonreír. Era tan satisfactorio cuando la vida le ponía todo en bandeja de plata...

─ ¿Para qué perseguir pececitos si podemos ir por el grande de inmediato? ─ dijo, volteándose hacia ella y Natasha, que notó la tensión en sus hombros y su sonrisa demasiado brillante pasó saliva, nerviosa de pronto.

Midnight SunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora