Capítulo 31

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Amber.

Últimamente Cristian ha estado muy, pero qué muy raro. Primero llega al lago hecho polvo y dice qué no tiene nada, qué está bien. Mentira. Luego quedamos para ir a la playa y de golpe se va porqué "recuerda qué tiene cosas qué hacer". Otra mentira. Y ahora, encima no nos habla, nos evita, y encima no contesta los mensajes. Y cuándo digo eso nos lo hace a TODOS. ¡La pobre Diana se está volviendo más loca de lo qué es y encima lo pago yo! ¡Qué te zurzan Cristian!
- No lo entiendo! De verdad qué no lo entiendo!.- Dice ella.
- Crees qué yo sí?.- Gruño. Ahora mismo estábamos en el salón de mí casa.
- Yo tampoco lo sé! Pero dejaos de mover tanto! Me estáis mareando!.- Grita mí mellizo.
- Cállate Jace.- Decimos a la vez. El calla de golpe. Chad me acaricia los hombros.
- Amber. Nadie sabe qué ha pasado con Cristian. Ni si quiera yo. Se ha encerrado en su mente, cómo si fuese una jaula. Si pudiese practicar algo más... pero no puedo. Lo siento. Aún así, Jace tiene razón. Tendríais qué calmaros. Las dos.- Mira a mí amiga. Nunca había visto a Chad así. Está triste, y angustiado. Eso es lo qué más le duele a Chad. No poder ayudar. Porqué en eso consiste su poder. En ayudar a los demás. Y no poder hacer eso le molesta.
- De acuerdo. Qué sugieres?.- Pregunta.
- De momento simplemente intentar hablar con él.- Explica.
- Pero...- Empiezo.
- Ya sé qué no os habla, Amber. Pero tarde o temprano lo hará. Y yo ayudaré para qué eso suceda. Pero debéis confiar en mí. Sólo por ésta vez.- Le miro. Miro sus indescifrables ojos plateados. Desde siempre a la gente le ha costado saber que piensa Chad en cualquier momento. Puede decirte algo y pensar todo lo contrario con tal de hacer feliz a alguien. De pequeños nunca se quejaba de nada y, cuándo lo culpabamos de algo, por muy mentira qué fuese, él lo admitía. Chad es la persona más amable, simpática, carismática y tranquila qué conozco y qué seguramente pueda existir, pero sus ojos siempre me han resultado un misterio. Y ahora me daba mucha pena verlo así. Intentando no enseñar lo frágil qué es, y la facilidad qué puede tener para romperse. Sé había apegadoa Cristian más qué nadie y ahora era quién más caro lo pagaba.
- Está bien hermanito. Hazlo a tú manera.- Sonríe y me abraza.
- Te quiero.- Susurra.
- Y yo.- Y justo en ese momento Diana chilla y nos separamos asustados. Ella nos graba mientras qué Freya, Helena y Jade nos hacen fotos.
- Qué monos! De verdad dan ganas de estrujaros!.- Chilla de nuevo. Bueno, al menos parece qué se le ha olvidado lo de Cristian un ratito.
- Maldita niña con complejo de boa constrictor.- Chad ríe bajito.
- Oye oye oye. Flipa con esto.- Anuncia... Jace. Miro cómo toca su móvil por alguna razón.
- Te quiero.- Un momento, ¿esa es la voz de Chad?
- Y yo a ti.- Y ahora la mía. Él también nos ha grabado? Maldito gemelo! Le vuelve a dar a un botón. - Y yo a ti.- Repite.
- Owww, Amber ha dicho algo bonito.
- Eso me ofende.- Gruño.
- Oh vamos. Pobrecita. Os metéis con ella por ser buena persona con su hermano. No es su culpa si no sabe decir cumplidos. - Nos giramos para ver a Tommy y Phoebe juntos. Oye!
- No ayudas rayo de sol.- Al final, el maldito apodo se nos había enganchado a todos.
- Tampoco era mí intención.- Ríe inocentemente.
- Bruja.- Escupo.
- Aquí no soy yo la controla el fuego chata.- Uhhh.
- Zas!.- Ríe mí hermano. Jace, por supuesto. Chad la mira raro.
- Eso no es cierto. Amber es muy buena hermana mayor y aunque es cierto qué sea una marimacho mandona es mí marimacho mandona.- Doble Oye! Aunque eso ha sido tierno.
- Ni hablar, la pelo ganchito es mía.- Louis me abraza por detrás y mira a Chad.
- Ja! En tus sueños ojos raros.-Replica mí querido hermanito. Espera, he oído bien? Chad replicando?- Vaya, pasar tiempo con vosotros me afecta.- Incluso él se sorprende.
- Sí, demasiado. Nunca te hemos escuchado decir groserías.- Explica Diana.
- Porqué no lo veis en la cam- Chad le tapa la boca a su novia.
- Cállate.- Suspira.
- Oye oye, ese no es...- Señala Freya la ventana. Todos miramos. Es Max. Y viene hacia aquí. Y no hablamos del hermano de Cristian precisamente.
- Qué hace el aquí.- Gruñe Jace.
- ¿Porqué no se lo preguntas directamente?.- Llama a la puerta. Todos nos hemos callado. Pasa un tiempo y vuelve a llamar.
- ¿Voy?.- Pregunta Chad. Lo miro. Demasiado educado. Niego fuertemente y agacha la cabeza.- Lo siento...- Suspiro. Vuelve a llamar.
- ¡Edwards! ¡Sé qué estáis ahí! Noto vuestra nada corriente sangre.- Dice detrás de la puerta. Chad acaba abriendo.
- Hola.- Sonríe.
- A mí no me enseñes esa falsa sonrisa cazador.- Chad se tapa la boca.
- ¿Que haces aquí?.- Pregunta Jace. Louis ya tiene un cuchillo preparado.
- Tranquilos inútiles. No vengo a hacer daño. Sólo quiero hablar.- Lo miro desconfiada.
- Sobre qué quieres hablar.- No sé lo pregunto. Se lo ordeno directamente. Me mira con esos ojos sanguinarios suyos.
- Sé qué os mezclais con Cristian Anderson.- Dice.
- ¿Y qué si es así?.- Gruñe Diana. La mira divertida.
- Vaya, te has vuelto una salvaje desde la última vez qué nos vimos.- Ante la mirada qué le lanza se calla.- Bueno, era por sí lo habíais visto. Necesito hablar con él y no me responde los mensajes.- Al oír eso se me hiela la sangre.
- ¿Para qué querría hablar Cristian contigo?.- Pregunto. Él me mira.
- ¿Porqué? Porqué soy su amigo.- Vale esto ya es imposible. Río.
- No me hagas reír. Cristian no será nunca amigo de alguien cómo tú. Y mucho menos después de lastimar a Diana.- Me mira.
- ¿Cómo puedes saberlo?.- Ríe divertido.
- ¡Porqué somos sus amigos!.- Esta vez es Chad el qué habla.
- ¿Y por eso ya no os manteneis en contacto?.- Enmudece.- Oh vamos, no sabéis nada de Cristian.
- Eso es mentira.- Freya parece qué va a matarlo.
- Ah sí. Dime pues... ¿Cuál es su color favorito?.- Ella calla.- ¿Qué día nació? ¿Película favorita? ¿Comida favorita?- Ante ninguna respuesta sonríe.- Oh... ya sé porqué Cristian no os habla. ¡Vosotros no lo sabéis!- Y así estalla a reír.
- ¿De qué hablas? ¿Qué es lo qué no sabemos?.- Pregunta Chad.
- ¿Aparte de todo? Hm... No sé si debería deciroslo. Se enfadaría bastante y no me conviene. Aunque me encantaría haceros sufrir.- Sonríe macabro mientras se lo piensa.- Está bien, os lo diré. - Va abrir la boca pero justo en ese instante mí mirada se encuentra con unos bonitos ojos verdes.
- Deberías callar, Max. Puedes pasarlo mal.- Amenaza. Lo mira con una sonrisa.
- Te estaba buscando.
- Lo sé. Llevo aquí un buen rato escuchando vuestra animada conversación.-¿Qué? No he notado su presencia en lo más mínimo. Los demás se tensan ante ese comentario.
- Bueno entonces me gustaría hablar contigo.- Asiente sin dejar de mirarnos.- Bien, te espero.- Se aleja hasta desaparecer. Entonces lo miro furiosa. No se intimida en lo mínimo.
- ¿Porqué?.- Pregunto.
- ¿Me estás preguntando porqué hace sol? ¿Porqué casi no hay pelirrojos en el mundo? ¿Porqué hay muchas razas en las qué se ha detectado homosexualidad y somos la única en la qué hay homofobia?¿Exactamente qué me preguntas?.- Es coña. Dime qué es coña.
- ¿¡¿¡Porqué ya no nos hablas?!?! ¿¡¿¡ Qué te hemos hecho Cristian?!?!?.- Grito. Estoy cabreada, por si no se ha notado. Él sólo me mira.
- Creo qué eso no os incumbe.- Su mirada es increíblemente fría. Diana se le acerca.
- ¿¡¿¡¿Qué no me incumbe?!?!?! ¿¡¿¡Cómo puedes decir eso?!?! Eres mí mejor amigo, eres cómo mí hermano. Siempre nos hemos llevado perfectamente bien. De repente ya casi ni nos vemos, y actuas extraño. Y ahora ya ni me hablas. ¡Eres un gran imbécil!.- Le chilla. Veo cómo empieza a llorar. Su mirada se suaviza un poco pero sólo la observa llorar.
- Si ya habéis acabado me voy.- Da la vuelta y empieza a caminar. Entonces una sombra sale flechada por mí lado.
- ¡Cristian!.-Grita Jade. Se gira.
- ¿Y ahora qué?.- Gruñe.

Jade

- Cristian por favor reacciona. Tú no eres así. No eres un gruñón. Tú eres una delicia de persona, amable, simpático, alegre, altruista y muy buena persona. No intentes hacer creer qué es mentira porqué nadie se lo tragará. Te engañas a ti mismo. No sé qué es lo qué te pasa pero quiero qué sepas qué nosotros te respaldaremos. Porqué somos tus am-.- Me interrumpe.
- Jade.
- Dime.
- Haz el favor de callar.- Me mira y veo cómo llora.
- Cris...- Mí mano va a acariciar su mejilla pero me lo impide.
- Nunca creas qué me conoces.- Y empieza a correr. Me quedo ahí, acariciando el lugar dónde tendría qué estar su mejilla.

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⏰ Última actualización: Jul 01, 2015 ⏰

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