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Quinto llamado sin respuesta alguna. La desesperación cada vez haciéndose presente. Su mirada iba de su celular a sus alrededores, buscando aquella cabellera rubia tan reconocible para él por en medio de la naturaleza, los arboles, las personas y todos, porque él solo quería encontrarlo. Solo eso.

Suspiró pesadamente y el ruido de las de puertas corredizas del hospital correrse hizo que se girará sobre sus talones, viendo al pelinegro bajar las escaleras a pasos apresurados para llegar hasta él.

Se acercó con el celular en mano, apretándolo con fuerza debido a la angustia.

— ¿Géminis sabe algo? —Preguntó ni bien tuvo lo suficiente cerca al pelinegro. Éste, apenado, negó.

— Géminis solo dijo lo que ya sabemos, que Libra le dijo que iba a tomar aire. Mas no especifico si donde o si se iba —Contestó Virgo, en un susurro.

Leo soltó un grito furioso lleno de rabia y angustia mientras que volvía a darse la vuelta y apretaba con mucha más fuerza el celular entre sus largos y blanquesinos dedos.

— ¡Agh, demonios! —Soltó dando una patada al aire, bajando lentamente de nuevo al suelo. Leo se quedó quieto por un segundo, mirando a la completa nada. Su mirada pasó de furiosa a asustada. En sus orbes marrones solo se lograba ver miedo y preocupación. Una gran y desastrosa preocupación que lo comía por dentro.

— Él estará bien. No es estúpido —Alentó Virgo a sus espaldas.

—  Tú no sabes lo que hablamos por última vez, Virgo.

— ¿Y qué?, ¿de qué pudieron hablar?, no son siquiera cercanos, solo compartan la estupidez de..

— ¡A Libra le gusto, joder! —Lo interrumpió abruptamente, girándose sobre sus talones, encarándolo. Una vez más, apretó el aparato entre sus dedos mientras que gritaba aquello con tal dolor que no quería sentir, pero la culpa de ser la razón por la que Libra haya desaparecido lo comía por dentro. La humedad haciéndose presente en sus ojos, aquellos ojos que se iban transformando en un mar de agua.

 Virgo se quedó quieto por un segundo, analizando la situación. No se esperaba aquello ni mucho menos. Pero ahora, lo estaba comprendiendo...

Suspiró y negó con su cabeza mientras que bajaba su mirada.

— Y a ti no te gusta...

— A mí me gusta Sagitario —Agregó Leo, en un susurro desgarrador.

Odiaba gustar de Sagitario, lo estaba empezando a odiar. Sagitario gustaba de otra persona. Él, tristemente gustaba de él y salía roto por eso. Y ahora que sabe que a Libra le gusta ÉL, no puede no evitar ponerse en su lugar. Porque ambos están en la misma situación. Tristemente...

Lo están.

Virgo levantó su mirada con clara sorpresa ante lo dicho del León.

Leo suspiró suavemente y se agachó hasta quedarse en cuclillas, balanceando el celular entre sus dedos.

— Jodidamente —Bufó y luego hizo una pausa—... Me gusta Sagitario —Susurró, aplastando con fuerza sus ojos así mismo que volvía a apretar con fuerza el aparato.

— ¿Es enserio? —Leo abrió sus ojos lentamente y suspiró suavemente.

— Lo es, Virgo... —Murmuró, no aguantándose las ganas de querer llorar. Sus ojos picaban y lentamente mientras que también levantaba su mirada, encontrándose con la lastimera de Virgo. Sonrío sin ganas—. Es una maldita y cruel verdad.

Y claro que era una maldita y cruel verdad.

Para él y para Libra.

Mientras tanto, Sagitario en el otro lado del bosque no se estaba enterando de nada. Él no era consciente de que una persona desapareció a causa de él. No literalmente. Solo que él era participe, aún si no lo sabe, dentro de aquel plan el cuál rompió más de un corazón.

CHAT OF LOVE | zodiaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora