CHAT OF LOVE | zodiaco.

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— Buenos días alumnos, espero que hayan disfrutado sus vacaciones —Saludó la profesora entrando al salón con una sonrisa ligera.

Pero ninguno de los alumnos le respondió al saludo, todos estaban con la mirada gacha mirando el celular el cuál lo ocultaban debajo de la mesa.

Entre ellos estaban Aries, Géminis, Virgo, Tauro, Capricornio, Piscis, Acuario, Escorpio y Cáncer, hablando a través de su grupo con también los tres restantes, Leo, Libra y Sagitario, quienes no se aparecían en el salón. Todo era un silencio, y la profesora mientras tanto se acomodaba en su escritorio.

Hasta que repentinamente el silencio se vio interrumpido por el sonido de una silla caerse y unas botas impactando con el suelo duramente.

Fue entonces que cuando todos levantaron su mirada proveniente al sonido, vieron a un Escorpio salir a pasos apresurados y fuertes del salón, con una expresión de enojo y a su vez, pero muy mínima y quién solo lo vio Cáncer; tristeza.

— ¿Joven Wilson?, ¿adonde va?, ¡Joven Wilson, regrese aquí! —Pero todo intentó de detenerlo fue en vano cuando Escorpio ya había abandonado el lugar.

Un suspiro se escapó de los labios de la señora pelinegra y de nuevo el silencio fue interrumpido cuando un pelinegro se levantó de su lugar abruptamente decidido a seguirlo.

— ¡Oh Dios!, ¡¿adonde cree que usted va, joven Adams?! —Le gritó la profesora histérica al pelinegro, quién se detuvo en seco y se volteó a mirar fría y seriamente a la señora. Ésta tragó en seco.

— Gríteme lo que quiera, no me importa.

Diciendo esto, el pelinegro dio media vuelta y empezó a acelerar sus pasos, intentando encontrar al azabache de cabello ondulado quién había abandonado el lugar, y según pudo leer a través del grupo que tenían, sabía la causa del repentino escape.

Mientras tanto, dos rubios iban entrando al salón jadeando por la maratón que hicieron. 

Ah, y también un pelinegro de ojos verdes los estaba siguiendo atrás mucho peor que ellos.

— A-alguien d-deme agua siento que me voy a... —Las palabras del rubio de ojos grises quedaron en el aire al desmayarse repentinamente.

La profesora, rodó sus ojos y luego suspiró.

— No entiendo como aún no me acostumbro a esto... —Murmuró—. Bien, alguien lleve a los jóvenes Leo y Libra a la enfermería por favor y...

Sus palabras fueron interrumpidas por un pelinegro ingresando al salón jadeando.

— ... Y también lleven al joven Sagitario a la enfermería, en cualquier momento se desmayará.

Cuatro alumnos se ofrecieron a ir y se dirigieron a la entrada del salón, donde un Leo recostado con la espalda en la pared estaba jadeando y con la respiración acelerada, además de tener todo sudor por su rostro. Y donde también estaba un Sagitario tambaleándose con sudor por todo su rostro. 

Ah, y no olvidemos del cuerpo inconsciente de Libra en el suelo.

Un gran inicio para éstos tres jóvenes; la enfermería.

. . .

Mientras tanto, el pelinegro estaba corriendo por los pasillos en busca del azabache, preocupado por la situación de su amigo.

Finalmente llegó a la cancha donde, dándole un mirada al gran lugar, encontró a quién buscaba sentado en las gradas mirando al cielo.

Un suspiro aliviado se escapo de sus labios y se acercó rápidamente a donde el azabache yacía, para cuando haber llegado a éste tumbarse a su lado y mirar lo que él.