CHAT OF LOVE | zodiaco.

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— ¡Cuando vuelvas a casa, te juro, pero te juro, Leo Edwards, que estás castigado por todo un año!

Leo lloriqueó mientras sentía como su mamá tiraba de su oreja fuertemente después de haber hablado con el oficial y haber pagado la fianza para la libertad de todos. 

Sus amigos lo observaban con lastima. Auch. No quisieran estar en su lugar...

— Al menos, ella pagó la multa... —mencionó Capricornio, encogiéndose de brazos. Piscis observó como su mejor amigo era regañado por su madre y se río.

— Y también el hermano de Cáncer que por cierto ¿dónde está? —cuestionó curioso Sagitario, mirando a Cáncer.

— Está afuera fumando —se encogió de hombros, desinteresado en lo que estaba haciendo su hermano después de que le haya hecho un sermón de más de diez minutos.

— Oigan... ¿Y esa mujer de ahí? —la pregunta confusa de Tauro los hizo girarse a ver hacia la puerta de entrada, donde encontraron a una mujer esbelta, pelirroja, con un vestido pegado al cuerpo y curvas envidiables. 

Capricornio trago grueso al reconocerla y cruzar miradas con ella.

Era su madre.

La mujer sonrío y se acercó a ellos, pero éstos aún no sabían quién era ella —excepto Virgo por claras razones— y solo la observaban con confusión, hasta que se detuvo enfrente suyo.

— ¿Usted es...

— Hola, cariño —la mujer interrumpió a lo que iba a preguntar Aries y se dirigió a Capricornio, quién obtuvo las miradas y ceño fruncidos de sus amigos. Virgo suspiró sabiendo quién era esta mujer—. Me presento, por si mi hijo no les comentó de mí; soy Carolina Anderson, madre de Capricornio Anderson —se presentó y les sonrío a los demás, quiénes abrieron sus ojos en sorpresa. Más que nada Sagitario, el cuál casi se ahoga con su propia saliva. 

Espera espera espera... ¡¿Qué?!, era lo que pensaba Sag en estos momentos. En ningún momento se iba a imaginar que aquella mujer de apariencia refinada y elegante... Era la madre de su ''ex casi algo''. Ya que, ahora ya no eran nada...

Un suspiro abandonó sus labios y bajó su mirada recordándose mentalmente que con Capricornio ya no eran nada, hasta que regresó a la realidad cuando oyó a la madre de éste seguir hablando.

— ¿Me pueden dar un segundo para hablar con él, chicos? 

— Claro... —susurraron todos en unísono, excepto Sagitario. La mujer les sonrío y de inmediato empezaron a alejarse del lugar, dejando a un Capricornio con la mirada gacha. Sabía lo que se vendría.

Los chicos se dirigieron a la salida y salieron por ésta, donde divisaron a la madre de Leo y a éste discutiendo, o más bien... La madre del rubio lo regañaba y éste mostraba un pucherito arrepentido de sus actos. Cáncer sonrío al verlo ahí... Tan bonito, tan hermoso, tan tierno. Solo ahí, existiendo y con su madre delante suyo regañándolo... Pero aún así, era tan bonito para Cáncer.

Manteniendo una sonrisa boba, no se dio cuenta de que le hablaban.

— Cáncer, ¿Cáncer?... ¡Cáncer, concha tu madre! —visualizó unos dedos chasquearse delante de sus ojos y frunció su ceño, un tanto confundido.

Cuando giró su cabeza hacia su lado derecho se encontró con su mejor amigo, el rubio de ojos griseos. Le sonrío apenadamente.

— Perdón, Li, no te había escuchado.

— Créeme que ya lo noté —Libra rodó sus ojos, pero luego sonrío y miró con burla a su amigo—. Lo estabas viendo a él, ¿cierto? —Cáncer lo miró con sus ojos abiertos, pero de inmediato se negó, solo que Libra no le iba a creer—. ¡Por Dios, Cáncer, eres tan obvio!, tus ojos te delatan, cariño —se rió suavemente, está vez dirigiendo su mirada a Leo.