El sol se encontraba saliendo en aquel cielo sin ninguna nube acompañándolo, mientras que la luz de éste primero se hacia paso a través de las ventanas que eran ocultas sin éxito alguno con las cortinas blancas que tiempo atrás Cáncer pensó que era excelente idea colocarlas. Grave error, pues ha hecho de todo menos tapar la claridad del exterior que ingresaba a través de los cristales.
Ese día era 1 de Abril, un sábado por la mañana y el cumpleaños de nuestro querido Aries, un chico de brazos tatuados, cuerpo esbelto y de compostura grande que cumplía 19 años, siendo el mayor de todos en esa casa.
Proviene de una familia compuesta por su madre y su padre, siendo él el único hijo. Su tía, la agradable y carismática Adara, la hermana de su madre, es la madre de Tauro, su primo, con el cuál compartió y sigue compartiendo gran parte de su vida, pues son muy unidos y se tienen un gran aprecio. Al igual que él, Tauro es hijo único, por eso en su infancia solo recuerda los recuerdos vividos junto a su primo y con ningún otro niño, pues cabe agregar; que el pequeño Aries era un niño muy antisocial y poco simpático, no tenía otro amigos además de su fiel amigo, el pequeño, energético y —todo lo contrario a él— sociable Tau.
Actualmente podemos ver que Aries sigue siendo igual de antisocial y antipático, sumándole su seriedad y frialdad, aunque a veces con su toque burlón y gracioso.
— ¡Despierten, pedazos de tortolos!
Y hablando de su fiel amigo, Tauro ingresaba a su habitación con su teléfono en mano en el cuál se reproducía una canción a todo volumen para lograr despertar al de tatuajes y al rubio, quién la noche anterior se había colado en la habitación para dormir junto a él.
Y logró su cometido, pues la parejita que descansaba en paz logró despertarse y atinaron a tirarle almohadazos al pelinegro, quién se cubría el rostro con sus brazos.
— ¡ESTO ES VIOLENCIA! —exclamó el pelinegro, retrocediendo poco a poco hasta salir finalmente del cuarto, notando como su primo y el novio de éste lo miraban con cara de pocos amigos—. ¡¿Por qué me miran así?!, ¡son las siete de la mañana, despiértense vagos!
— ¡CÁLLATE, TAURO, DÉJANOS DORMIR!
Lo siguiente que paso después del grito perteneciente a Leo quién aún yacía en su cuarto, fue que una zapatilla de quién sabe quién, aterrizó en la nuca de Tauro golpeándolo terriblemente, pues mira que excelente fue ese tiro.
A continuación, y poseyendo una mueca adolorida, Tauro se giró sobre sus talones, recogió la zapatilla e ingresando sin permiso alguno al cuarto de su primo, se acercó amenazante a la ventana de éste, procediendo a gritar a todo pulmón:
— ¡DESPÍDETE DE TUS ZAPATILLAS FAVORITAS, LEO!
Y sin dudarlo soltó la zapatilla al mismo tiempo que oía como alguien entraba atolondradamente al cuarto, apartándolo bruscamente y dejando ver el rostro adormilado pero furioso de un Leo, quién observaba su zapatilla caer hasta aterrizar finalmente en el suelo, justo donde un charco de barro había, ensuciándolo cruelmente.
Adiós zapatillas Nike.
Aries gruñó entre dientes y se levanto de su cama, seguido de su pareja para luego largarse del cuarto y empezar a oír los gritos de Tauro y Leo, los cuáles supuso que ya se andaban matando.
Se dirigió al baño mientras que Piscis en cambio iba a su cuarto, donde se encontró con Capricornio durmiendo en la cama de Sagitario. Cuando lo vio, se detuvo en seco.
— ¿Qué demo...
— ¡Ah!, Piscis, buenos días —al oír la voz de Sag a sus espaldas dio media vuelta y se lo encontró vistiendo una camisa bastante holgada para su gusto y que juraba haberla visto en otro lado, pero debido a su gran cansancio solo atinó a corresponderle el saludo al de ojos verdosos.
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CHAT OF LOVE | zodiaco.
RomansaAcuario creó el grupo ''Hablemos o los castigo :)'' Doce chicos repentinamente llegan a una casa en medio de un bosque, la mayoría no se conoce, no sabe donde está ni con quienes hablan, sus padres solo los dejaron allí solos en medio de un bosque...