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— ¡¿Cómo mierda abrimos esta maldita puerta?!, ¡esta con llave!

— Ok, ok, ok, vamos a tranquilizarnos ¿vale?, encontraremos la...

— ¡APÚRENSE, IDIOTAS, QUE ACUARIO SE ME MUERE!

— E-ehhh... ¡Sí, sí, eso!, iré a buscar a Escor... —Antes de que un nervioso Virgo pudiera finalizar su oración, Cáncer había impactado imprevista e inesperadamente el fierro que portaba entre sus manos contra la puerta cerrada con llave, haciendo un pequeño agujero ante el golpe impactado.

Virgo se giró a verlo sorprendido, pero se puso nervioso al darse cuenta de que las demás personas que estaban en el pasillo se habían girado a verlos con confusión.

Antes de poder recriminarle a Cáncer por lo hecho, éste había vuelto a impactar el fierro contra la puerta, y otra vez, y otra, y otra, y otra y más repetidas veces hasta que logró hacer un agujero un tanto grande para que se lograrán ver las piernas de Leo. Éste se agachó para que se logrará ver su cabeza y rostro y Cáncer y Virgo hicieron lo mismo. Pero al verlos, Leo los fulminó con la mirada.

— ¡Que gran idea, genios!

— ¡Al menos te saca...

— ¡OIGAN!, ¡ustedes!, ¡¿qué creen que están haciendo?!

Un grito proveniente de un hombre interrumpió lo que iba a decir Cáncer, y los dos chicos afuera de la habitación giraron su cabeza a su costado derecho, encontrándose con un hombre de figura esbelta, tatuajes en todo el brazo, cabeza pelada y botas negras y altas acercarse a ellos con el ceño fruncido y un palo de madera en mano.

Mierda, fue lo que pensaron los dos chicos al verlo.

— ¿Qué pasa allá afuera? —Preguntó Leo confundido, para cuando asomó su cabeza por el agujero hecho en medio de la puerta de madera, vio al gran hombre y abrió sus ojos en grande, empezando a rezar por sus dos amigos, quiénes observaban estupefactos y asustados al hombre.

De inmediato Leo fue donde un Acuario dormido yacía, para despertarlo e intentar salir por el agujero hecho. Del hombre se encargarían Cáncer y Virgo, claro. Primero su seguridad y la de Acuario.

Y volviendo a los dos amigos que estaban afuera de la habitación, éstos reaccionaron y se pararon a pasos torpes del suelo al ver al hombre a tan solo un metro de ellos, y retrocedieron un tanto asustados, hasta que Cáncer recordó el fierro en su mano y Virgo vio su arma asesina en el piso, al lado del hombre que dejó inconsciente.

Rápidamente se agachó y la recogió, tomándola entre sus dedos y dejándola al aire en dirección al hombre que seguía acercándose con una mirada furiosa y haciendo resaltar sus venas en sus brazos.

Mientras tanto, Leo ya estaba junto a un adormilado Acuario a su lado observando todo por el agujero, esperando que el hombre se concentré en sus amigos y así puedan escapar.

— ¡N-no te tenemos miedo! —Soltó Virgo, temeroso aún ante sus palabras con notable mentira en ellas.

Cáncer lo miró rápidamente y lo fulminó con la mirada, para luego rodar sus ojos y volver a mirar al hombre, pasando de inmediato su mirada a una llena de seguridad y valentía. Hasta que su mirada chocó con la del rubio que aún seguía en su antigua posición, y ambos se miraron fijamente a los ojos. Los dos perdidos en la mirada del otro, jurando ver galaxias en los ojos del otro.

Claro, hasta que Virgo gritó como niñita y se lanzó al hombre intentando pegarle con el jarrón, pero el hombre pelado de inmediato se zafó del castaño y con su brazo lo lanzó contra la pared, haciéndole formar una mueca adolorida a éste para luego amenazar con pegarle con el palo.

CHAT OF LOVE | zodiaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora