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Capítulo 21: Motivos

Taer se sentía raro con el rifle de plasma en la mano. Jax revoloteaba a su alrededor, tratando de tranquilizarlo, al igual que Darik. Había sido idea del propio Darik entrenarle y enseñarle como manejar el rifle de plasma. Llevaban 15 minutos, y a Taer todavía le costaba coger el arma de la forma adecuada. Se encontraban en la base, en un campo de tiro interior que se situaba bajo tierra, en una de las naves industriales.

-Solo apunta y dispara - dijo Jax colocándose a su lado.

- Lo importante no es para qué sirve, sino porque la utilizas - añadió Darik, que estaba en el otro lado. Esas eran las palabras de un soldado. Un soldado hipócrita, teniendo en cuenta que días atrás estaba en el bando de la Unión. Taer intentó mantener a raya esos pensamientos. Le empezaron a temblar las manos. ¿De verdad tendría que llegar a usar un arma como esa? Gotas de sudor brotaron en su frente, deslizándose por sus sienes.

Deseaba con todas sus fuerzas no tener que llegar a disparar aquella arma, aunque sabía que se estaba autoengañando. Si quería recuperar su hogar y salvar a sus padres, tendría que luchar, y eso incluía la posibilidad de matar.

- Deja tu mente en blanco. Respira. Apunta y dispara - indicó Darik.

-No es tan sencillo - masculló entre dientes Taer. Intentó apuntar, pero el arma se tambaleaba de un lado a otro. Aun así trato de disparar. Evidentemente, falló. Taer soltó un suspiro de desesperación, a lo que Darik respondió poniéndole una mano en el hombro.

-Será mejor tomarse un descanso - dijo Darik.

-Sí, será lo mejor - afirmó Taer. Dejo el rifle apoyado en una mesa metálica cercana, pegada a la pared, y se sentó junto con Darik en un pequeño banco que quedaba justo al lado. Nada más sentarse, Taer echó la cabeza hacia atrás y cerro los ojos, tratando de disipar los nervios y el estrés.

- No te preocupes Taer - dijo Jax, intentando animarle. Taer se lo agradeció con una leve sonrisa. Los ojos cerrados todavía.

- Siempre cuesta - confesó de pronto Darik. Miraba al frente, pero hablaba con Taer. Aunque más bien, parecía como si hablara consigo mismo -. Incluso a mí, a día de hoy, me pasa.

Taer abrió los ojos y le presto toda la atención que podía. Darik continuo hablando.

- Por eso, siempre trato de recordar porque lucho - dijo Darik -. Al menos ahora.

Taer se quedó mirando a Darik, dejándose llevar por sus pensamientos. Detrás de esas palabras había pesar. Un pesar que Taer no había advertido hasta ahora. Es cierto que Darik y el resto le habían salvado y le habían ayudado a salir de su planeta, pero todavía seguía sin estar seguro de si podía confiar plenamente en ellos. Ahora empezaba a darse cuenta de que estaba equivocado y que su miedo, a pesar de ser racional, no tenía sentido. Taer tomó aire, se levantó, cogió el fusil y se acercó a la galería de tiro. Darik se quedó sentado, mirando con expectativas. Taer levantó el fusil, cerró los ojos, el pulso firme. ¿Por qué luchaba? ¿Qué le empujaba a seguir adelante? Cayó. Como si fuera una pieza de un puzzle. Luchaba por su familia. Por su pueblo, incluido Tamatu. Por su planeta. Taer abrió los ojos y disparó. Le dio a la diana.

-¡Toma ya! - grito Jax, que flotaba alrededor de la cabeza de Taer, de un lado para otro. Darik se levantó, con una sonrisa de orgullo en su rostro.

-Parece que lo has conseguido - dijo Darik mientras se acercaba-. Felicidades.

- Gracias - dijo Taer.

-No lo olvides nunca - dijo Darik a la vez que le daba un pequeño golpe en el pecho a Taer. Acto seguido, se volvió y se marchó por un pasillo cercano, dejando solo a Taer con su NEXO. Se sorprendió al ver que en el pasillo se encontraba Kyle. Al parecer, había estado observando todo el rato la práctica de tiro con Taer.

-Eres todo un maestro - dijo Kyle sarcásticamente.

-Simplemente, trato de ayudar - replicó Darik. Kyle respondió con una carcajada.

-Ayudar... Ya, claro.

-¿Algún problema? - preguntó serio Darik.

- No buscas ayudar. Solamente buscas redimirte - dijo Kyle dando un paso al frente.

De pronto, los músculos de Darik se pusieron en tensión. Aquellas palabras le habían sentado como un puñetazo en el estómago. Pero eran verdad. De alguna forma se sentía obligado a ayudar a Taer. De alguna manera se sentía culpable por lo que le había pasado a su familia y a su planeta, y sentía la obligación de remediar todo eso. Creía que esa culpa no se iría nunca, y que el único modo de mitigarla era ayudando a Taer, fuese como fuese.

-¿Y qué tiene eso de malo? -preguntó molesto Darik

- Nada. Simple y llanamente, detesto la hipocresía.

- A veces un hipócrita no es nada más que una persona en proceso de cambio - replicó Darik.

- Puede ser - añadió Kyle -. Acompáñame.

Darik así lo hizo. Kyle lo conduje a través de la base hasta otra nave industrial. Las puertas estaban abiertas de par en par, así que Darik pudo ver el interior desde lejos. Cuando entraron, Darik soló un silbido

-¿Y esto? - preguntó, sin apartar la vista de a los tres Spread en los que trabajaba un grupo de una decena de ingenieros. Montaban y desmontaban piezas sin parar. Los SPREAD medían más de 30 metros y estaban de pie. Eran robots gigantes, pero tenían la particularidad de tener que ser pilotados siempre por dos personas.

Darik advirtió una sensación de vértigo en su pecho. Los recuerdos de la misión de Eridia le asaltaron, pero luchó para mantenerlos a raya.

Dos montacargas industriales, uno a cada lado, de la misma altura, junto con una estructura de metal formada por escaleras y pasaderas, ayudaban a subir al Spread y así alcanzar las piezas más altas. Los El sonido del metal contra el metal inundaba la nave industrial. En el aire, se intuia un aroma a fuego y aceite. A Darik que le pareció como entrar en una herrería.

-Bueno, la Unión nos supera en potencia de fuego, y por suerte no somos sus únicos enemigos. Avalon, una de las empresas subsidiarias, ha decidido echarnos una mano.

-El enemigo de mi enemigo es mi amigo, ¿no? - dijo Darik, que desvió la

-Exacto - respondió Kyle.

-¿Te fías de ellos? - preguntó Darik. Aunque ya sabía la respuesta.

-No - respondió con franqueza Kyle -. Son vuestros. Los tres. Hay una zona libre no muy lejos de la base, a unos 5 km. Podréis entrenar allí.

-Gracias - respondió Darik. A continuación, Kyle se marchó. Darik se quedó mirando a los 3 Spread. La imagen de Cady inconsciente volvía a brotar en su mente cada vez que intentaba alejarse de aquel recuerdo. Pero recordó la conversación que escasos minutos antes había tenido con Taer. Sabía por qué luchaba, y eso le bastaba. "Cady se pondrá contenta cuando vea esto" pensó para sí mismo.