Capítulo 1: La mágica voz

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Clara Miller:

— Vamos Clara, apúrate que llegaremos tarde a clases.
— ¿Desde cuándo a ti te preocupa tanto si llegamos tarde o temprano?
— Desde que me enteré que Hugo Ramírez estará en nuestra clase, tengo que dar una buena imagen.
— Pues relájate porque son apenas las siete y diez de la mañana y la primera clase comienza a las ocho.
— Si lo sé, pero tenemos que llegar antes.
— Valeria, te acabo de decir la hora, o sea faltan cincuenta minutos para entrar a clases.
— Cuarenta y nueve y si continúas hablando serán cuarenta y ocho, así que termina.

Valeria es mi mejor amiga y la verdad es todo lo contrario de mí. Odia la escuela, solo piensa en fiestas, le da lo mismo aprobar que reprobar, pero si hay un chico que le interesa, ahí si se transforma. Yo por otro lado soy la nerd de la escuela y diría que la invisible si no tuviese la amiga que tengo.

Me terminé de vestir lo más rápido que pude. La verdad es que podría vestirme dos minutos antes de entrar a clases pues nuestra escuela es a tiempo completo, es decir que dormimos allí.

Mi nombre es Clara Amberly Miller tengo quince años y voy a primer año de secundaria. Y soy la chica nerd con la amiga loca. Somos como el diablo y el ángel.

— Bueno ya estás lista, así que vamos — me agarró de un brazo y tiró de mi hasta sacarme de la habitación.
— Valeria cálmate, aún tenemos que desayunar.
— ¿Desayunar? ¿Tú estás loca? No hay tiempo, vamos para el salón de Literatura ya.
— Pero tengo hambre — me quejé.
— ¿Y a mi qué? Acaso me ves cara de galleta o algún derivado.
— No, pero si me soltaras el brazo podría comerme una galleta o algún derivado.
— Clara, son las siete y veinte, vamos a llegar tarde — insistió mi quisquillosa amiga.
— Valeria, amiga de mi vida — le agarré los hombros — nos quedan aún cuarenta minutos para entrar a clases, si me dejas ir a la cafetería a comprar algo de comer podremos llegar a clases lo más rápido posible.
— Bien, vamos a la cafetería.

Vale y yo comimos unas tostadas con mantequilla de maní a la velocidad de la luz, pues mi queridísima amiga seguía con su apuro. Cuando por fin terminé de comer después de sobrevivir a una casi asfixia por estarme apurando mientras comía nos levantamos y fuimos al salón de clases. Y adivinen qué, estaba vacío. Es que era de esperar, eran apenas las siete y treinta y seis. Mientras llegaban los demás ayudé a Valeria a hacer su tarea que no la había hecho, normalmente. Tras unos minutos de espera el salón comenzó a llenarse, pero para decepción de mi amiga el tal Hugo no aparecía por ningún lado. Justo a las ocho la profesora de Literatura entró en el salón y comenzó su clase. Llevábamos cinco minutos de clase cuando esta es interrumpida por unos golpecitos en la puerta.

— Adelante — dijo la profesora luego de mirar por el pequeños cuadrado de cristal que poseía la puerta.
— Buen día — saludó un rubio de ojos verdes que recuerdo haber visto en alguna revista de moda de Valeria — lamento la tardanza, es que no encontraba el salón.
— No se preocupe señor Ramírez, tome asiento — el chico siguió la orden de la profesora y se sentó dos mesas antes de la mía. La clase transcurrió normal, al igual que las próximas.

Al sonar el timbre indicando la hora del recreo, nos levantamos de nuestros puestos y abandonamos el salón. Traté de encontrar a Valeria con la mirada pero no la encontré, ni siquiera sé en qué momento salió del aula. Me dirigí al patio del colegio y allí la encontré con un grupo de chicas haciendo una especie de cola para tomarse fotos con Hugo. Me senté en un banco bajo un árbol que daba sombra y saqué un libro para deleitarme con la lectura. No había pasando ni un minuto y levanté la vista del libro para encontrarme con la peor escena de mi vida. Aiden Collins y Jessica Lewis besándose. Aiden es mi crush desde hace unos cinco años, él va un año por encima de mí. Somos el típico cliché de la chica nerd que se fija en el popular de la escuela, pero con la diferencia de que él no se fijaría en mí, y no lo digo porque sea fea, sino porque siento que no estoy a su nivel.

— Y esos dos idiotas desde cuándo están juntos — dijo Valeria apareciendo detrás de mí por arte de magia.
— Ay, me asustaste — me quejé.
— Ay, perdón — me respondió en broma e hizo una pausa — lo siento mucho.
— No te preocupes, él y yo jamás estaremos juntos de todas formas.
— Jamás digas jamás — me motivó.
— Bueno, cambiemos de tema, ¿Ya terminaste tu sesión de fotos con el Top Model?
— Si, mira que bien quedaron — y me enseñó como trece fotos diferentes con ese chico.

El resto del día continuamos las clases como de costumbre. Y las niñas de mi salón excepto yo se le lanzaban a Hugo cada vez que tenían una oportunidad. Al llegar las cuatro de la tarde me fui con Vale a nuestro dormitorio. Mi amiga se tiró en su cama con el móvil y yo me puse a hacer tarea. Luego fue la hora de la cena y a las ocho a dormir. Yo, como toda nerd que soy cumplo las reglas al pie de la letra, pero esa noche no podía dormirme. Cuando tengo insomnio tengo dos opciones, la primera es componer canciones y en ese momento no tenía ganas de hacerlo y la segunda es cantar. Con cuidado me levanté de la cama y miré la hora en el reloj digital que colgaba sobre la puerta, eran las nueve y uno. Valeria milagrosamente estaba dormida. Salí de la habitación y me dirigí a la azotea de la escuela. Una vez allí arriba me salió sola la letra de I Hate You I Love You, cantaba tranquila y sin miedo pues a esa hora nadie anda deambulando por ahí. O eso creía. Me escondí detrás del tanque de agua al escuchar pasos hacia la azotea.

— Bro, te juro que escuché una chica cantando aquí — dijo una voz masculina que no pude descifrar de quién era.
— Jay te estás volviendo loco, aquí no hay nada.
— Tyler es en serio, era una voz...— hizo una pausa buscando la palabra correcta — mágica.

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Holi! Cómo están?
Espero que archi mega super duper bien y bienvenidos a mi nueva historia:
LOS COLORES DE TU VOZ.
Espero de todo corazón que les guste.
No olviden que los amo un mundo y hasta un próximo capítulo.

LOS COLORES DE TU VOZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora