Capítulo 22 - Días mejores.

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Este capítulo es MUY importante, realmente tiene una escena que aclarará un poco más lo que estaba pasando con Camila y los caminos que la llevaron a perder la memoria. Todo aquí sucede por una razón, recuerda siempre y presta atención a los detalles. ¡PONGAN ATENCIÓN A LOS DETALLES!

Espero que te guste.

***

CAMILA.

Si puedo decir que odio despertarme de madrugada con ganas de beber agua y darme cuenta de que olvidé traer una botella antes de dormir, entonces lo digo, porque me mata. Otra cosa que me llama la atención además de la falta de una botella en la cabecera de la cama es el hecho de que me doy cuenta de que estoy sola en la cama. Curioso, saco mi celular para ver la hora y no me sorprende ver que son las tres de la mañana.

¿Dónde está esa mujer?

Me levanto de la cama y agarro una de las batas que cuelgan detrás de la puerta, siempre las dejamos ahí en caso de que necesitemos salir de la habitación y no queramos quitarnos el pijama o cambiarnos por otra cosa. Toda la casa está en silencio, excepto cuando llego a las escaleras y noto la luz en el pasillo que conduce a la cocina encendida y escucho algunos sonidos provenientes de allí.

—¿Qué haces despierta a esta hora en la nevera?

—¡Dios mío, Camila! —exclama y salta, sacando la mitad de su cuerpo que estaba dentro de la nevera. Frunzo el ceño y tengo ganas de reír cuando noto una mancha roja en su barbilla y otra en la punta de su nariz. —¿Quieres asustarme hasta la muerte?

Me acerco a ella con los brazos cruzados, sin apartar la mirada.

—Quiero saber qué estás haciendo a esta hora y por qué estabas tan profundo en el refrigerador. ¿Quieres resfriarte?

Es inevitable no regañarla, a veces sí que parece una niña y no una mujer adulta que ha llegado a la treintena. Descruzo los brazos para limpiarle la cara de lo que parece mermelada de fresa.

—Tienes que dejar de asustarme así, mi corazón está bailando en mi pecho.

Me río de su exageración, esta mujer puede ser dramática cuando quiere.

—¿Y? Puedo asustarte cuando quiera.

—Que graciosa. Tenía ganas de comer galletas con mermelada de fresa y pastel.

—Me doy cuenta.

Me burlo y muestro mis dedos manchados con el jarabe de fresa que le quité de la cara, Lauren presiona sus labios con torpeza y aparta la mirada de los míos.

—Ni siquiera me di cuenta de que me estaba ensuciando.

—Parece que no comiste bien. Este pastel debe estar viejo, no debes comerlo, olvidé tirarlo.

—¡Nooo! —Lauren se despierta y agarra mis muñecas cuando hago un movimiento para agarrar el bote que contenía el pastel. —Es delicioso.

—Si te gusta tanto, puedo hacer otro, pero este es viejo.

—¿Puedes haberlo ahora? —La miro con incredulidad; Pensé que era una broma, pero el brillo casi infantil en sus ojos me hace creer que está hablando muy en serio. —Por favor.

Apenas puedo resistirme a su pedido, pero resulta que tengo sueño, solo bajé las escaleras para tomar un poco de agua y volver a la cama.

—¿Has mirado la hora? Estoy cansada, pero te prometo que te despertaré con un pastel recién hecho relleno con jarabe de fresa, ¿qué te parece?

Cierro la nevera y me acerco a ella, pongo mis manos en su cintura y esbozo una gran sonrisa. Lauren hace un gran puchero de decepción, y automáticamente me inclino hacia adelante y sello nuestros labios. Ella suspira rindiéndose y toma mi rostro entre sus manos, devolviendo el beso con genuina pasión. Siento su lengua rozar mi labio inferior y luego abro la boca, permitiéndole invadir. Una bocanada de aire se me escapa cuando mi cuerpo comienza a calentarse. El ritmo del beso se acelera y sé que es el momento de romperlo.

 Stupid Wife (REMAKE) (Traducción)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora