- KyungSoo...-
- ¿Mmh?-
- Estás distraído -
- No, no lo estoy -
- Si lo estás, estoy preguntándote algo y no me respondes, estás distraído -
KyungSoo miró a su madre, la miró llevar a la boca un trozo de judías verdes y masticar sin que la mujer le quitara la mirada de encima.
La verdad era que sí estaba distraído, JongIn no había regresado a casa esa noche ni la siguiente y esa mañana no había estado para tomar el desayuno con él. Ese día, tampoco había llegado.
- ¿Qué pasa? - preguntó la mujer ahora tomando un sorbo del humeante café.
KyungSoo negó.
- ¿Estás seguro?-
KyungSoo asintió y comió de su tazón de arroz.
La mujer miró por todos lados en busca de algo, mejor dicho de alguien.
- Ya es tarde, es raro que JongIn no esté por aquí a esta hora - dijo la mujer.
KyungSoo frunció los labios:
- El señor JongIn se fue antes de ayer por la tarde, no a llegado por la noche ni por la mañana, hoy tampoco - respondió KyungSoo decaído.
- Ese hombre, ¿Qué se creé que es? Mi casa no es hotel de paso, si se iba a ir hubiese avisado, no puede llegar simplemente cuando quiera - SooYoung soltó con veneno.- Bueno que importa, solo lo recibí por la memoria de tú padre, si por mí fuese, hubiera dormido en la calle. Bastardo...- murmuró para si misma.
KyungSoo bajó la mirada, sus ojitos bonitos se llenaron de lágrimas que no derramó, escuchó las últimas palabras que su madre murmuró, la mujer era muy dura, JongIn había sido bueno con él, le había hecho compañia, lo había ayudado y protegido, no merecía que su madre hablara así de él.
Siguió comiendo en silencio sin levantar la mirada a su madre, no le demostraría que sus palabras habían sido muy crueles y le habían llegado al corazón.
SooYoung suspiró y se levantó del comedor dejando los platos sucios en la mesa, lavó sus manos y por último antes de marcharse tomó una manzana del frutero:
- Llegaré tarde está noche, no hagas comida para mí. Dejé dinero en el buró de mi habitación para que vayas a la escuela, ten cuidado al cruzar las calles -Dijo acomodando su cabello y mirándose en el espejo junto a la puerta de la cocina.
- Es sábado...- murmuró KyungSoo cabizbajo.
- ¿Ah si? - la mujer sonrió.- Igual puedes gastarlo en lo que quieras, diviértete - y sin más salió de la casa.
KyungSoo se quedó solo en la mesa del comedor mirando hacía la nada. La casa estaba en un silencio sepulcral y su apetito se había ido por completo. Se sentía tan solo sin la presencia de JongIn, al menos estaría comiendo con alguien y conversando de cosas triviales. Un nudo se formó su garganta y de repente sintió ganas de llorar, hacía tiempo que no se había sentido tan solo y sin la compañía de alguien. Regularmente en esos días que no asistía a clases pasaría el día encerrado en su habitación concentrado en sus estudios, pero JongIn había llegado para alterar su rutina. Tenía motivos para preparar el desayuno y la cena con esmero, también tenía alguien con quién conversar, y sin duda tenía un compañero de habitación que lo había ayudado en sus tareas, y para finalizar JongIn lo había protegido de los bravucones de la escuela. Sin duda el hombre había sido una buena compañía q para KyungSoo quien estaba sumido en una soledad de la cuál su madre no se había dado cuenta. Ahora el hombre se había marchado y KyungSoo no sabía los motivos por los cuales se había ido, pero sin duda estaba seguro de que extrañaba la su compañía.
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El Amigo de mi Padre
RomanceKaisoo Advertencias: +18 Está historia es totalmente de mi autoría, no es un plagio, soy la autora original, queda prohibido cualquier adaptación o traducción a cualquier idioma sin mi consentimiento. Todas mis historias tiene Copyright, NO PERMITO...