Capítulo 3

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JongIn se despertó muy temprano por la mañana con el dulce aroma a panqueques recién hechos y café.

El delicioso aroma a vainilla y miel inundó sus fosas nasales, y en ese precisó momento su estómago rugió.

No había sido la mejor noche que había pasado en su vida. Había sido tan incómodo dormir en ese viejo Futón que Sooyoung le había dado la noche anterior; su cuello dolía y su espalda estaba tan rígida y dolorosa que incluso poder levantarse del piso le había costado muchísimo trabajo. Quizás el paso de los años comenzaba hacer mella en él, bien decía su padre, que todo por servir se acaba.

Era toda una lastima porque él no había hecho nada a lo largo de toda su vida, ni siquiera podía pagar un buen hotel donde pasar todo ese mes completo en el que estaría en Seocho-gu.

Mirando la hora en el reloj de su teléfono móvil, se dio cuenta que a penas y eran las seis y cuarto. ¿Quién rayos se levantaba a esa hora a preparar panqueques?

Sin duda alguna, si estuviese en su cómodo hogar, dormiría un poco más hasta que se hiciera la hora de ir al trabajo. Sin embargo, se vio en la obligación de levantarse e ir asearse un poco al único baño de la pequeña casa. ¡Maldiciones!, ahora incluso tenía que ocupar un maldito baño compartido.

Sin embargo, al mirar la cama del niño - con quién compartía habitación-, se dio cuenta que KyungSoo, el hijo de JungSuk, no estába en ella.

Era algo irónico, JungSuk había sido todo un hombre de muchas palabras; era parlanchín, y siempre había algo que decir para él, en cambio, ese pequeño chiquillo a duras penas había entablado conversación con él.

La noche anterior, en la que él había llegado, KyungSoo a penas y había dado un cortes saludo sólo por educación y después de eso se había encerrado en la habitación a hacer quién sabe qué. JongIn recuerda que Sooyoung había mencionado que KyungSoo era un chico muy dedicado a la escuela, y que sus calificaciones siempre eran perfectas, así que debido a eso, asumió que el pequeño niño se sumió en su mundo para hacer sus deberes escolares.

Después de eso, la cena que había preparado Sooyoung había sido un tanto silenciosa y muy incómoda, JongIn había entablado conversaciones banales y sin sentido con Sooyoung solo por mera cortesía... después de todo, no tenía mucho que hablar con ella de todos modos. Y el niño, KyungSoo, a penas y terminó su comida, volvió a encerrarse en su habitación, lo que sucedió después, es irrelevante. Sooyoung le había dado un viejo Futón, un par de almohadas y unas calentitas sábanas, lo suficientemente calientes para cobijarlo del frío de la noche. Incluso cuando él ingresó a la habitación de KyungSoo, el chico ya se encontraba en el suave y cómodo mundo de los sueños.

No hubo ninguna conversación más con él, ni cuando minutos más tarde, Sooyoung se fue a su trabajo nocturno. Pero, eso fue bueno, JongIn tampoco tenía muchos ánimos para estar de conversador con ningún chiquillo preguntón... aunque, no estaba seguro de que si KyungSoo era uno de esos niños preguntones que todo quieren saber, desde el porque el cielo es azul, hasta, por que las nubes no son de algodón y las gotas de lluvia no son de miel cuando llueve. JongIn no estaba de ánimos para contestar todas esas palabrerías.

Unos minutos después de terminar su aseo personal, JongIn estuvo listo para salir de esa casa hasta el lugar de trabajo. Quería estar lo menos posible en ese lugar, en primer lugar, por que no quería ser una molestia y ninguna carga para esa pobre mujer viuda, y en segundo lugar, por que no quería encariñarse con ninguno de los dos, ni con el niño, ni con la mujer. Así que, trató de pasar el tiempo menos posible dentro de esa casa, sin querer interactuar con nadie.

Eso le decía a su mente, pero a su estómago no lo podía engañar. JongIn decidió que tomar un poco de café antes de ir a su trabajo, no sería para nada malo, y que no le haría daño a nadie, así que, decidió pasar por la cocina y robar un poco del café de Sooyoung, llevándose al entrar una gran sorpresa.

El Amigo de mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora