Capítulo 25

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Los días que pasaban se estaban volviendo una constante agonía para KyungSoo, ese fin de semana era el último que estaría con JongIn, el trabajo había terminado, la construcción y remodelación del establecimiento estudiantil había llegado a su fin y sin duda el futuro para ambos era incierto.

No había momento en que no pensara en el que pasaría cuando JongIn se fuera. No había una seguridad para su relación, si bien de lo único que estaba seguro era de sus sentimientos por él hombre, por otro parte su madre, SooYoung se había convertido en obstáculo y una real molestia para ambos. No lo dejaba respirar y aunque no había dicho nada directamente sobre JongIn, sabía que ese constante atosigamiento con referencia a él, eran cada vez más frecuentes y molestas, no lo dejaba salir sin antes lanzar una serie de preguntas, que además de ser indirectas, eran por más refiriéndose a JongIn, "¿A dónde vas?" Preguntaba la mujer, "¿Con quién vas? ¿Lo conozco? ¿Desde cuándo son amigos? ¿A qué horas regresas? ¿No sería mejor que se vieran aquí en casa y no en otro lugar? ¿Es solo un amigo? ¿No me estarás mintiendo, verdad?" O cuando SooYoung quería ser un poco más clara lanzaba una amenaza audaz y para nada discreta, "Si regresas con marcas en la piel, será la última vez que te permita salir, y jamás volverás a ver a ese amiguito tuyo..."

A veces KyungSoo quería gritar de frustración e impotencia. JongIn había dicho que su madre solo se preocupaba por él, pero si la mujer quería decir algo, ¿Por qué no lo decía de una vez y dejaba de andar con rodeos? Era tan estúpido darle más vueltas al asunto. KyungSoo había pensado en cada respuesta a cada pregunta que la mujer lanzaría, y en todas la respuesta siempre sería la misma, "lo amo" no había más, no había menos. Y aunque la mujer se empeñara a hacerle creer que solo era un capricho, le demostraría que no era verdad, un capricho no duraba tantos años y menos se desarrollaba desde pequeño hasta la adolescencia, se sentía estúpido por no poder hacer que el tiempo pasara más rápido y ser un adulto en su totalidad. De esa manera no tendría sobre su cuello ni a su madre ni a toda esa gente que veía mal algo que para él, era real y duradero.

Estaba nervioso, el miedo de no volver a ver a JongIn otra vez se metía en su ser, se llenaba de pánico de solo imaginar un futuro sin el hombre. Y las amenazas de su madre lo hacían temblar de ansiedad. ¿Qué haría si un día simplemente JongIn dejara de llegar al lugar dónde siempre se veían? KyungSoo se sentía como el más grande de los idiotas, amaba al hombre pero sabía tan poco de él, no sabría dónde buscar a JongIn si este desaparecía de su vida cómo la última vez, no sabía el lugar donde vivía, la dirección de su casa, su familia, su color favorito, su comida favorita, no tenía ni la más mínima idea si ese hombre, ChanYeol, era su único amigo, o si JongIn tenía un círculo social más amplio. En los momentos que pasaban juntos, KyungSoo solo se dedicaba a hablar sobre si mismo, de las quejas que tenía hacía los maestros, de lo estresante que era SooYoung, de lo incómodo que lo hacía sentir LuHan, de lo aburrido que era el mundo a sus ojos, y JongIn solo lo escuchaba y lo miraba como si todo lo que saliera de su boca fuera lo más maravilloso del mundo aún y si solo fueran cosas banales. ¿Pero, que sabía KyungSoo realmente de él? Sabía que le gustaba el café, JongIn amaba el café, sus labios casi siempre sabían al sabor amargo del líquido, porqué JongIn tomaba el café sin azúcar, sabía que ChanYeol era su amigo, que su padre fue su amigo, que ese tipo con el que lo vió del brazo también era su amigo, que le gustaba la comida que preparaba, pero la pregunta era, ¿Le gustaba por el sabor o solo por el simple hecho de hacerla él? También sabía que tenía un pequeño gatito llamado Bennett que lo traicionaba con otra familia, pero de ahí en más, KyungSoo no sabía nada.

KyungSoo suspiró sintiéndose frustrado porqué realmente no sabía nada acerca del hombre que profesaba amar, sin embargo JongIn sabía todo de él, desde lo que le gustaba, hasta lo que no le gustaba, lo que le molestaba, su comida favorita, su color favorito, su amor y pasión por Frank Sinatra, su actor favorito, sus libros favoritos, su escritor favorito, la ropa que le gustaba, JongIn sabía todo de él, conocía todo de KyungSoo y sin contar que también conocía cada rincón de su cuerpo. Suspiró cansado y frustrado recargando la cabeza en el respaldo del sillón de la sala, miró dar vueltas el ventilador en el techo y se preguntó cómo haría para ver a JongIn ese último fin de semana sin que su madre lo atosigara con preguntas. Si bien la mujer lo dejaba salir con la excusa de hacer trabajos con un "amigo" de la escuela, SooYoung exigía que obedeciera un horario, lo iba a dejar a casa de su "amigo" y cuando terminaba lo iba a recoger. Solo Dios sabe lo que KyungSoo hacía para que la mujer no se diera cuenta que a quién menos iba a ver era a un amigo que no existía y hacer trabajos que no dejaban.

El Amigo de mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora