- KyungSoo, baja y desayuna conmigo,-
- No tengo hambre mamá, tomaré el desayuno más tarde,-
- No te estoy preguntando KyungSoo, te espero abajo.-
KyungSoo miró a su madre salir de su habitación y cerrar la puerta, con pesadez se levantó de la cama y entró al baño a quitarse la neblina abrumadora de sus ojos, una neblina no causada por el sueño interrumpido, era una bruma de desveló, de noches sin dormir y de llorar en la oscuridad de su habitación.
Dos semanas, habían pasado dos semanas sin tener noticias de JongIn desde lo que ocurrió en el hostal. Lo extrañaba tanto que el sentimiento de abandono le estaba pasando factura. Para su edad, una ruptura amorosa era más que dolorosa.
Sin embargo, no daba cavidad a qué JongIn simplemente se hubiese ido sin decirle nada, así nada más, sin explicaciones y sin despedidas. Había ido al viejo hotel en reparación muchas veces en busca de respuestas, después de haber pasado varios días buscándolo, lo único que encontró fue como poco a poco el personal se hacía menos, y como los trabajadores limpiaban restos de escombro y guardaban herramientas. El trabajo había terminado.
Con el corazón en la mano, buscó con la mirada alguna señal de JongIn, o incluso de ese hombre imprudente. Pero no hubo señales de ninguno de los dos. En cambio, un hombre sonriente se había acercado a él preguntándole el motivo de su visita. KyungSoo había preguntado por JongIn y ChanYeol, pero el hombre le había dicho que ninguno de los dos se encontraba ahí:
- "Oh, JongIn se fue unos días después del accidente y ChanYeol terminó su trabajo ayer, se fue en cuánto le dieron luz verde."-
El hombre a penas se había ido, todos esos días de búsqueda fueron en vano, ChanYeol evitó que lo mirase, se había escondido de él.
Mirándose en el espejo del baño, notó que debajo de sus ojos se asomaban unas grandes ojeras, sus labios estaban resecos y agrietados, sus ojos rojizos e hinchados por qué sin querer por la noche había vuelto a llorar, su pobre corazón se sentía herido, su pecho dolía ante el recuerdo de JongIn.
Se enjuagó la cara y trató de ocultar las ojeras con algo de crema humectante, aún se veían, pero en caso de que su madre preguntase algo, le diría que estaba en semana de exámenes. Una mentira más, una mentira menos, ya daba igual.
Bajó las escaleras pesadez, sintiendo como si en sus piernas llevase kilos de cemento. La verdad era que no quería ver a su madre, no quería desayunar con ella, solo quería encerrarse en su habitación y quedarse allí para siempre.
- Siéntate,- SooYoung dijo en cuánto lo miró entrar a la cocina.
KyungSoo obedeció, se sentó sin ganas de nada a desayunar con su madre.
El silencio era aterrador, solo el sonido de los cubiertos moviéndose en los platos se podía escuchar, KyungSoo a penas y jugaba con la comida, moviendo de un lado a otro el tenedor en el plato. SooYoung sorbió un poco de café y mirando a KyungSoo por fin rompió el silencio.
- ¿Qué es lo que te pasa?-
KyungSoo detuvo los movimientos en el plato, sin levantar la mirada y restándole importancia a la pregunta de su madre contestó:
- Estoy en semana de exámenes,-
La mujer no era estúpida, había notado el comportamiento extraño de su hijo. Ya no había un desayuno esperando por las mañanas cuando regresaba del trabajo, ya no había olor a café, ya no había un almuerzo preparado y cubierto diligentemente sobre la mesa, y sobre todo, ya no había sonrisas de KyungSoo. Quizás no pasaba demasiado tiempo con él, pero las veces que lo hacían el chiquillo sonreía, y debes en cuando conversaban de su día a día en la escuela.
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El Amigo de mi Padre
RomanceKaisoo Advertencias: +18 Está historia es totalmente de mi autoría, no es un plagio, soy la autora original, queda prohibido cualquier adaptación o traducción a cualquier idioma sin mi consentimiento. Todas mis historias tiene Copyright, NO PERMITO...