Capítulo 12

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- ¿Estás seguro de esto?-

- ¿A caso tengo más opciones, ChanYeol?

El hombre suspiró cansado, había cosas que JongIn no entendía y que claramente él no tenía la paciencia ni las ganas de explicar. Apretó un poco con sus dedos el puente de su nariz, soltando un soplido rendido.

- Mira, JongIn, si por mí fuera te daría más opciones, no me importaría un carajo lo que tú y ese mocoso hicieran, no soy quién para juzgar y menos en mi situación. Pero la verdad es qué en mi caso, BaekHyun está cerca de la mayoría de edad, ese chiquillo, ese chiquillo ni siquiera alcanza los quince años. Mires por donde lo mires, si alguien se entera, si por alguna extraña razón o circunstancia los ven, amigo mío, no creo que tengas libertad en los próximos cien años...-

Con el corazón latiendo fuertemente, JongIn no tuvo más opción que aceptar las palabras dichas por ChanYeol, el hombre tenía razón. Por eso, tenía que irse de Seocho-Gu y cuánto antes, mejor. Por eso mismo, ese mismo día había hecho sus maletas y renunciado a su trabajo, además no era como que le quedará mucho tiempo de estancia en ese lugar, solo un par de semanas más y todo se acabaría, el tiempo se había pasado en un abrir y cerrar de ojos. Tenía una pierna lastimada, unos cuantos puntos en la frente y un corazón roto.

Podría sonar ridículo y hasta cierto punto enfermo, ¿Qué hacía un hombre de su edad, enamorado de un chiquillo? Para la sociedad y el mundo entero era algo repugnante, quizás ChanYeol no lo dijera, pero JongIn estaba seguro que el hombre también lo pensaba.

Dos veces, dos malditas veces había caído volviéndose a enamorar de la misma persona, por qué si bien KyungSoo era un pequeño ser diferente y único en el mundo, no cabía duda que llevaba la misma sangre de su padre JungSuk, y JungSuk había sido hasta el momento que conoció a KyungSoo, el único amor de su vida, alguien imposible de tener al igual que ese chiquillo. No tenía caso seguir negando lo que sentía, no tenía caso seguir escapando y huyendo de sus sentimientos, el recuerdo de JungSuk nunca se iría de su mente, pero ya no estaba presente como alguien que había sido indispensable en su vida, ahora todos sus pensamientos y deseos estaban en ese chiquillo tan maduro para su edad, tan responsable, amable, inteligente, cariñoso, bondadoso y frágil. KyungSoo invadía su mente como un tifón que tocaba tierra, arrasando con todo en su camino y llevando con el rastrojos de pensamientos negativos, dejando solo pensamientos buenos y condescendientes, pensamientos de querer proteger a un ser tan frágil y loable cómo lo era KyungSoo. Pero todo estaba mal, todo era incorrecto, todo era erróneo.

A JongIn no le quedaba más que levantar del suelo y juntar los pedazos de su corazón roto y volver a casa, una casa vacía donde solo lo esperaba la soledad y el olvido, y también posiblemente un gato vago que huía de casa para merodear por las calles, por qué en las calles encontraba su felicidad.

Con el corazón estrujado y pequeño, JongIn asintió muchas veces dándole la razón a ChanYeol, el hombre lo miró con lástima.

- No hago esto por qué te odie o quiera lo peor para ti, hago esto por qué te aprecio y no quiero tener que ir a visitar los domingos de visita en la cárcel a uno de mis mejores amigos, JongIn. Sabes que tengo razón,-

JongIn volvió asentir sin levantar la mirada del suelo, le parecía más interesante mirar la nada que mirar con vergüenza a su amigo.

- Lo sé,- dijo sin muchos ánimos.- ¿Puedes dejarme solo?- pidió suplicante.

ChanYeol asintió dándole una palmada en la espalda a JongIn.

- Vendré mañana en cuánto salga del trabajo para llevarte a la estación de autobuses. No hagas mucho esfuerzo, el viaje es largo y necesitarás energía para moverte en cuanto llegues a casa.-

El Amigo de mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora