El Dragon en el Reino Elfico

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Hola queridos lectores, hoy les traigo un nuevo capitulo, agradecimientos a Cambia_Formas por ayudarme a este escribir este y otros capitulos.

Espero les gustela interaccion de Issei con los elfos y la Holocaust Scripture

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Holocausto es una palabra que se asocia a un evento en particular, la matanza sistemática de judíos durante el tercer Reich, pero su significado es más antiguo y relacionado al sacrificio religioso de animales, una victima, un buey, cabra o carnero era descuartizado, sus restos colocados sobre una pira de leños y prendido en fuego hasta consumirse como ofrenda para congraciarse con los dioses, era esa la misma doctrina de la Holocaust Scripture, con el fuego se purificaba el pecado del alma y los elfos debían ser purificados, pero por ahora, el grupo que conformaba la escritura se encontraba descansando de su labor divina, y los miembros de las tropas regulares hacían negocios con los esclavistas

-Son 1,500 elfos, a 20,000 coronas, un donativo grande para el culto del dios del fuego-

-Deja de tratar de estafarnos, que esta guerra no se financia sola, 200 coronas por los hombres y mujeres, 300 por los mas jóvenes, 400 por las que son puras todavía- uno de los capitanes teócratas respondió.

-Negociador duro eh…- el esclavista sabia que sus pocos guardias no podrían ni en un siglo derrotar a los ahí presentes y mas a los que portaban tan extrañas armaduras.

Los miembros de la Holocaust Scripture usaban armaduras y objetos de los más variopintos, cada vez que preguntaban por aquellas armaduras, el maestro del grupo contaba la historia que su antecesor le indico que contara, eran armaduras de los más crueles guerreros que el mundo haya visto, la realidad era que los trajes recreaban a los personajes favoritos del jugador Fudõ Myõ-õ, los primeros ítems creados y encantados con Tier Magic en el Nuevo Mundo, usando hechizos secretos del gremio y cuyo valor solo era superado por el equipo de las Black Scripture, lo que ponía a la escritura del dios del fuego solo por detrás de la del dios de la oscuridad en cuanto a poder.

Mientras descansaban, escucharon y vieron una centella roja cruzar el cielo describiendo una curva, era el segundo incidente en esa región en varios meses, y por informes de lo sucedido en el reino santo y el reino dragón, muchos se preguntaban que clase de fenómeno era este que presenciaron, el maestro de la escritura saco un telescopio y quedo sorprendido por lo que vio.

-¿Qué demonios?-

-¿Qué sucede maestro?- una joven pregunto.

-No lo sé Kuro- Cellan, maestro de la escritura respondió a su joven discípula, viendo aquel objeto surcar el cielo -¿había alguien de los nuestros en ese lugar?-

Aquel suceso también había sido visto por un grupo de elfos que se encontraban mas cerca y pudieron observar mejor aquel evento; habían visto que aquello que surcaba el cielo tenia forma de un dragón.

-Capitán Maedhros, ¿Qué hacemos?- un joven elfo pregunto superior.

Maedhros era un viejo elfo con casi 400 años, moreno y de cabellos blancos, las cicatrices en su rostro indicaban que había visto de todo en su vida, esto seguro era algún truco de la teocracia, por suerte había logrado que las tropas bajo su cargo se hicieran con un muy buen equipo, cada uno tenia un gambesón verde sobre el que se había puesto una armadura que era una mezcla entre una lorica segmentada y cota de malla cuyas piezas semejaban hojas color ocre, de la cintura caía un faldón abierto al frente, las protecciones en sus brazos eran unos brazaletes a juego con la armadura, llevaban botas con suelas segmentadas, equipo elfico de buena calidad; las posibilidades de regresar a salvo al sur eran buenas, hasta que un soldado explorador llego a darle malas noticias.

-Capitán, un derrumbe bloqueo el camino por el que íbamos a escapar-

-Mierda… buscaremos por donde llevar a esta gente-

Uno de los soldados bajo su cargo le mostro el mapa, analizándolo con sumo cuidado, había dos opciones, la primera, más segura y más tardada, rodear la montaña varios kilómetros al oeste, un viaje para el que muy pocos estaban preparados, la segunda más rápido y casi suicida, tomar rumbo noreste y descender al sur por un viejo paso de montaña; el camino hacia aquel paso no era algo fácil, pasaba por nidos y guaridas de muchas creaturas peligrosas, trols, ogros, lobos lunares, entre otros, a los que les atraía el olor de la sangre, olor que los heridos tenían, también pasaba cerca de donde la teocracia había llevado sus tropas.

-No nos queda más opción, hay que ir al noreste-

-Pero capitán…-

-Tenemos poco tiempo para llegar y pasar sin que nos vean, así que tomen a los heridos, iremos por las montañas-

La movilización de toda esa gente empezó, a pesar del riesgo, si no lograban cruzar, sufrirían el mismo destino que otros miles de sus hermanos y hermanas sufrieron en esta guerra, muertos o esclavizados; el camino a cruzar era uno de los caminos de piedra que aún quedaban en pie, habían desmontado pueblos enteros con tal de construir fortalezas para que el ejército sostuviera las fronteras lo más posible, algo que permitió a muchos nobles escapar a lo más profundo del bosque de Evasha mientras los vasallos morían en el frente.

-Cuanto silencio-

-¿Capitán?-

-Hay mucho silencio, más de lo usual, ni el canto de aves, ni el sonido de los animales-

-¿Significa algo?-

-Nada bueno, ¡listos a usar sus armas!- ordeno.

Con forme se acercaban al paso de la montaña no encontrar rastros de vida animal, aumentaba la tensión y la incertidumbre de que, en cualquier momento, serian atacados, los arqueros mantenían sus arcos a la mano, la infantería y caballería tenía una mano en sus armas cuerpo a cuerpo, hasta que llegaron al paso de montaña.

-¡Exploradores! ¡Adelántense 1400mts por delante! ¡quiero saber que tan seguro es el paso! ¡por arriba y por abajo! Nos refugiaremos más adelante-

Los exploradores se dividieron en dos grupos, el primero se adelantó gracias a los caballos, el segundo, uso ítems de invocación para llamar a varios ejemplares una especie conocida como Hræsvelgr, una creatura similar a un grifo de cuatro alas y con una cornamenta de ciervo sobre su cabeza; empezaron la exploración del primer tramo, aquel deslave no había afectado el camino seriamente y no se avistaban grupos de la teocracia, por lo que el grueso del grupo pudo avanzar sin problemas. Llegada la noche y establecieron un campamento para darse un descanso y atender a los enfermos y heridos.

-Capitán, ¿cree que estaremos seguros una vez crucemos el paso?-

-Solo nos estamos ganando tiempo, el bosque termina 223,000km más al sur antes de llegar a las praderas del reino de Velgiam, la extensión y el terreno nos ayudara, pero… este grupo de la teocracia, arrasaran todo si no encontramos como…-

-¡Capitán Maedhros!- uno de los jinetes de los Hræsvelgr descendió cerca, era una joven elfa de cabellos rubios -avistamos un grupo de la teocracia acampando por la ladera de la montaña, 17km al noreste-

-¿Bandera blanca con un candelabro de siete brazos en azul?-

-No, roja con una calavera alada en llamas de oro

-Hablando del diablo… ¿Los siguieron? ¿Se aproximan hacia acá?-

-Tomamos la dirección contraria antes de separarnos, pero dudo que sepan de este paso-

-Hay que mantenerlo así, Eüfen, al amanecer llévense a todas las personas de aquí-

-Si señor, pero, ¿no pensara…?-

-¡Atención soldados! ¡hay un grupo de la teocracia cerca! ¡salvo los jinetes, necesitare voluntarios para que los retengamos lo mas que se pueda! ¿Quién me acompaña?-

A la mañana siguiente, cinco miembros de la Holocaust Scripture llegaron cerca del paso de la montaña, tenían indicaciones de averiguar que era esa cosa que surco los cielos el día anterior.

-Lady Camille, ¿alguna idea de que sea?- una joven pregunto a la mujer mayor del grupo.

-No tengo la más mínima idea Kuro… atención, esto es lo que haremos, Tadashi y Clyde, al frente conmigo, Karmine y Kuro, cuidaran la retaguardia-

La mujer llevaba una armadura roja de estilo chino, asimétrica, del lado izquierdo tenia un brazo de apoyo al suyo, mientras que del lado derecho tenia un enorme brazo blindado; observó su entorno lista a usar las habilidades de su armadura, no sabían que estaban buscando o si era hostil, pero con seguridad nada bueno. Estaban a punto de entrar al paso, cuando fueron recibidos por una lluvia de flechas encantadas, rápidamente se refugiaron detrás del escudo que Lady Camille desplego de su brazo derecho.

-Kuro, Clyde, rodéenlo y búsquenlo-

-En seguida- ambos respondieron

La joven Kuro llevaba un cheongsam corto hasta la mitad de los muslos, botas y guantes, todo de color azul claro con patrones de pavos reales blancos, a sus espaldas llevaba unas alas de mariposa color cian claro que le permitían volar; Clyde un muchacho que era un poco mayor tenía una armadura de color azul y rojo con aspecto de insecto, llevaba en la espalda cuatro largas patas de araña terminadas en cuchillas que le permitía una mayor movilidad al escalar.

Kuro alzo vuelo y empezó a atacar de donde salían las flechas para permitir que sus compañeros contratacaran, su traje le permitía vuelo y realizar ráfagas continuas de bolas fuego, logro sostener el ataque mientras Clyde escalaba la pared de piedra y se acercaba a atacar, sus patas de araña se movían en sucesivas ráfagas de golpes que perforaban a sus oponentes con suma facilidad, una de sus patas atravesó a uno de sus atacantes y lo estampo contra el suelo, noto que se trataba de un elfo, alrededor de 30 soldados por eliminar, mientras que del otro lado se encontraban unos 20 que continuaban atacando desde el otro lado.

-Subiré si no les importa- uno de los miembros, que portaba una armadura dorada con joyas en forma de cuchillas insertadas, comento antes de usar un hechizo de vuelo.

-Ten cuidado Tadashi-

De las joyas en su armadura saco una daga que clavo en uno de los soldados y lo arrojo contra los demás, esta exploto dejando una papilla sanguinolenta y varios heridos, a los cuales arrojo sus dagas explosivas, dejando una estela de cadáveres despedazados.

-Una tropa de elfos- Camille comento al ver al grupo que los ataco.

-Uno traía esto- Clyde le entrego un mapa.

-Un camino directo al sur… por este paso-

-Lady Camille, este esta vivo todavía-

Traía arrastrando al capitán Maedhros, el elfo tenia varias heridas por las explosiones, además de perder su brazo derecho y ambas piernas

-Buen trabajo Malak- la mujer tomo al elfo del cuello y lo alzo -dime, ¿hay más elfos cerca?-

-Que te follen, puta- Maedhros respondió con un escupitajo.

-Eso lo confirma, vamos a por los demás y luego seguiremos al grupo que esta en este paso- uno de sus brazos izquierdos desplego una cuchilla y lo apuñalo en el estomago -te dejaremos aquí para que mueras mientras vamos por tu gente, espero que vivas lo suficiente para cuando regresemos-

Maedhros quedo en el suelo desangrándose, seguro moriría en unos cuantos minutos, suplicaba a los dioses de su pueblo que su gente hubiera logrado cruzar a salvo, que su hija Elda llegase a salvo a la capital del reino elfo, sabia que su hija era hermosa, tanto como su madre lo fue durante su juventud y la época en que se conocieron, atraía la mirada de muchos jóvenes y esperaba que encontrase alguno que la tratase como se merecía, aunque con el rey Callön en el trono, solo podía esperar que fuera el lugar con menos peligros, aunque también estaba su extraño comportamiento cuando ella era sometida en combate. Las formas del mundo terrenal se volvían difusas sombras mientras la luz se le iba de los ojos, solo pudo ver una silueta de un rojo carmesí frente a él.

-Pobre sujeto- Issei comento al ver al elfo que habían dejado ahí.

Los ecos de una batalla lo habían atraído a esta masacre, tal como decían los rumores, la Holocaust Scripture se estaba encargando de masacrar a la población de elfos en esta región; ya había visto lo que le hacían a los elfos, una táctica de intimidación efectiva en cualquier guerra, aterrar a las fuerzas enemigas dejando muestras muy grafica de lo que les sucedería si llegaban a ser capturados. Ya que no había nada que hacer, extendió sus alas para irse y continuar su búsqueda cuando algo lo estampo contra la pared de roca, lo arrastro hasta la parte superior y lo arrojo en medio de los cadáveres.

-¡¡¡Muere infeliz!!!-

Issei esquivo otro ataque del Hræsvelgr, la creatura era dirigida por una hermosa chica de piel morena cabellos blancos atados en una cola, de ojos con heterocromia esmeralda y rosada, su rostro de suaves facciones, por su figura, estaba a la par de Lakyus, tanto en capacidades de combate, como en atractivos; su arma era un martillo cuya cabeza semejaba carneros en cada lado.

-Pagaras por lo que le hiciste a mi gente-

-Eh… creo que se a confundió…- esquivo otro embate de la bestia alada.

La elfa lo ataco varias veces, cargando con su montura, con su martillo o usando hechizos de viento, ataques que Issei esquivo tratando de hacer que se detuviera, pero en vista que esa opción no seria posible, contraataco; detuvo la embestida del grifo, sosteniendo sus zarpas delanteras por encima de su cabeza, esquivo varios embates del pico dentado de la creatura por acto reflejo cuando recordó, “¿Qué estoy haciendo, tengo una armadura con placas mas duras que el diamante”, dejo que le diera una mordida para poder noquearlo con un cabezazo , derribando al animal y a su jinete.

-¡Frostwing! ¡maldito! ¿Qué le hiciste a mi Hræsvelgr?-

-Es muy pequeño para ser un Hræsvelgr- comento en voz baja, luego pensó, “Además de que solo hay uno” -¿quieres detenerte y escucharme?-

-Solo escuchare tus huesos rompiéndose- aplicando artes marciales y se lanzo a atacarlo -¡Ability Boost! ¡Pace of Wind! ¡Body Strengthening! ¡Capacity Building! ¡Heavy Blow!-

Aquella elfa se movía con la gracia de una bailarina y la velocidad de una corredora olímpica, y sus golpes con el martillo eran muy poderosos, cada cual dejaba un cráter de hasta un metro de diámetro, se limito a desviar sus ataques y a hacer que quemara sus artes marciales, algo que tardo dado a su elevada resistencia.

-¡¿Por qué no te mueres?!- el ultimo golpe de su martillo impacto de lleno en la cabeza, pero para su sorpresa, lo que se fracturo fue su martillo.

-¿Terminaste?- le pregunto mientras sostenía el mango del martillo, mientras ella forcejeaba por liberarse -oye nena, no tengo tiempo para tus juegos, estoy ocupado, así que si te rindes…-

-Ni muerta me rendiré ante un maldito de la teocracia Slane, ¡soy Elda Siris Grøndblad! ¡Y juro que…!-

Issei le tapo la boca y la acerco a él, tomo al Hræsvelgr con la cola y alzo vuelo, procedió a usar su habilidad Stealth para pasar desapercibido; pudo ver a un ejercito guiado por los miembros de la Holocaust Scripture, sabia que las guerras no eran baratas, ninguna nación podía sostener una si no sacaban redituó a los avances de las tropas, ejemplos sencillos, Japón invadió China, Korea y los países del océano Indico por sus recursos, la URSS y Estados Unidos fueron a Medio Oriente por los yacimientos de petroleó, tomando en cuenta que la guerra llevaba un poco más de 120 años no era sorpresa de que la teocracia sacara fondos con el saqueo y la venta de esclavos.

-Vaya ejercito… si sigues peleando no podre sostenerte- la elfa forcejeaba en su agarre, gemía, pataleaba y trataba de golpearlo atreves de las escamas.

Para su mala suerte, el Hræsvelgr se despertó y empezó a arañarlo, entre ambos, le hacían perder la estabilidad a la hora de volar, la bestia alada empezó a morderlo y darle zarpazos hasta que logro forzar la articulación de una de las alas, obligándolo a maniobrar para no caer de golpe, cosa que termino ocurriendo debido a la insistencia de ambos, por suerte fue a varios kilómetros de la teocracia.

-¿Qué parte de “no podre sostenerte” no entendiste?-

-¡¡¡Muere!!!- lo ataco usando su martillo, el cual termino rompiéndose debido a la diferencia de materiales -¡maldito!-

Elda empezó a golpearlo usando sus puños mientras lo insultaba, su Hræsvelgr lo ataco desde atrás tratando de derribarlo con aruñazos y mordidas, Issei pensó, “¿les pego y me voy volando? ¿O le doy unas nalgadas para que aprenda?” en cualquier caso tenia las de ganar, tomo a la bestia alada por las patas y la arrojo a unos arboles.

-Quédese en el suelo Firulais- luego volteo a la chica que ya tenia sus manos enrojecidas -ahora en cuanto a ti… ¡no huyas!-

La elfa trato de golpearlo, pero en un rápido movimiento, Issei esquivo dejando que el golpe pasara muy cerca de su cara, la sujeto de ambos brazos y la llevo al suelo con facilidad, se subió sobre ella para detenerla.

-¿Cómo…? ¡S-suéltame!-

-No hasta que te calmes-

-Maldito teócrata… cuando me libere… Frostwing- su bestia alada seguía aturdida.

Elda empezó a sentir miedo, estaba a merced de ese hombre, había escuchado las cosas que los hombres de la teocracia le hacían a las mujeres elficas, se imagino como abusaba de ella, atándola de ambas manos, ahora con sus manos libres y retirar las placas de su armadura para luego ir y desgarrar la camisa de su gambesón, dejando expuestos sus pechos para masajearlos, luego seguiría con la parte del pantalón, con sus bragas como única defensa que caería luego de que metiera una de sus manos a su entrepierna con el fin de humedecerla, procedería a desvestirla y a posicionarse en medio de ella para luego tomarla en un acto tan, tan…

-¡¿¡Me estas escuchando!?!-

-¿Eh?- Elda noto que aun tenia su armadura puesta, la había soltado y Frostwing aun seguía noqueado.

-¿Qué diablos te pasa mujer? Te pusiste a jadear y a balbucear cosas sin sentido- Issei comento.

-¿C-cosas… sin sentido…?- la elfa se dio la vuelta rápidamente mientras sostenía su cara sonrojada, le había pasado frente a un humano.

Elda tenia cierto fetiche extraño que la hacia jadear, fantaseaba cuando un hombre la sometía físicamente al punto de balbucear cosas como suplicas lascivas, cosa que le gano ser vista con malos ojos por sus congéneres y ser una vergüenza para sus padres.

-¿Qué diablos le pasa a la gente de este mundo?-

-T-tú no te iras- tomo el asta de su martillo para atacarlo.

Ataco y para sorpresa de nadie no pudo pegarle ni un golpe, ataque tras ataque, eran detenidos con facilidad y solo se termino cansando aun más.

-Acabare contigo… aunque sea… lo ultimo que haga… vengare a mi familia… maldito teócrata-

-Madre santa…- detuvo el arma y la sujeto con fuerza -en primera, no soy de la teocracia Slane, segundo, encontré a esos elfos así, tercero, si hubiera querido te hubiera despedazado hace mucho-

En ese momento el Hræsvelgr ataco, pero este fue detenido al instante por un coletazo, Elda vio a su bestia alada ser sometida con suma facilidad, cosa que le llevo a preguntarse, ¿Qué era él?.

-Sí tu no mataste a mis compañeros, entonces, ¿Qué haces aquí?-

-Busco algo- la libero a ella y a su bestia alada -algo que aparece en el cielo, algo inusual-

-¿Inusual?- hizo memoria y recordó.

Los rumores decían que hace un par de semanas, una gran creatura alada surco los cielos envuelta por nubarrones rojos, arrojando rayos y fuego; pensó que talvez podría usarlo para que él ayudase a su pueblo, si era la mitad de fuerte de lo que decía, talvez podría frenar a ese ejercito de la teocracia.

-Puede que sepa algo, pero no será gratis-

-¿Qué quieres a cambio?-

-Quiero que detengas al grupo de las Holocaust Scripture- respondió -unos refugiados necesita cruzar ese paso de montaña para refugiarse en el sur, hazlo y te llevare con alguien que puede decirte lo que necesitas-

-¿En serio? Y si no saben nada que me sea de utilidad, ¿Cómo me lo compensaras?-

-Eh bueno…- Elda medito, eso no lo había pensado, pero era eso o dejar morir a su gente -si no tiene información, y-yo me… veré como pagártelo-

-¿Eh?-

-¡Ya me escuchaste! ¡Veré como pagártelo!-

-E-esta bien, que carácter- extendió sus alas -Bien, dirijámonos a donde esta tú gente- 

Ambos emprendieron vuelo por encima del paso, Elda rezo mentalmente porque la gente tuviera esa información y esperaba que lo que buscara fuese no fuese una amenaza para ellos.

-¡¡¡Aun están aquí!!!- señalo a un grupo de elfos en un estrecho paso de la montaña.

Issei noto que detenía al grupo avanzar, un derrumbe de las laderas.

-¡Señorita Grøndblad!- uno de los guerreros elfo se acerco a ellos, desenvaino su espada contra el acompañante de la elfa -¿Quién es este?-

-Tranquilo, Garland, vino a ayudarnos; una legión de la teocracia esta cerca, hay que movilizar a la gente-

-No podemos mover esas rocas, ni llevarlos volando, en cualquier caso tardaríamos mucho-

-Demonio- Elda medito, si no podían moverlos, debían enfrentar a ese grupo que se acercaba, pero no tenia ni las tropas ni las armas, habían muchas mujeres con niños de brazo, ancianos, enfermos y heridos, debía planear muy bien como distribuir las tropas para poder…

-Hagan retroceder a su gente, les hare espacio para cruzar-

-¿Eh?-

-Si, esta ranura es lo suficientemente amplia para que me pueda meter y hay una roca sosteniendo todo-

-Oye espera- Elda lo detuvo de seguir -esas son varias toneladas de piedra, nadie seria capaz de levantarla más de un metro por muy fuerte que sea-

-Solo mira y sorpréndete-

Issei se introdujo lo más profundo y lo mejor que pudo, clavo sus garra en la roca solida y empezó a ejercer fuerza, al ver que de verdad la roca se estaba levantando, empezaron a hacer espacio para que no cayera una piedra encima de ellos, vieron con sorpresa como aquel derrumbe era elevado por encima de la cabeza de una persona hasta quedar en paralelo de ambos lados, poco a poco empezó a desplazarse al centro, hasta que finalmente pudo ejercer más fuerza.

-¡Draconic Root!-

La armadura cambio a una versión más robusta y voluminosa, de sus enormes brazos y espalda empezó a salir fuego rojizo y mientras que lentamente alzaba vuelo para abrirles camino; Elda vio asombrada aquel acto de fuerza pura, recordó una historia que su padre escucho de un comerciante de la teocracia, cuando aun había buenas relaciones con ellos, “cuentan que en una tierra lejana, el hijo de un dios sostuvo los pilares del mundo sobre sus hombros como parte de unos trabajos que le dieron gloria e inmortalidad” solo podía compararlo a aquella historia, tal fuerza era algo que solo un dios podría tener.

-¡Crucen! ¡rápido!- ordeno mientras mantenía abierto el paso a los elfos.

La multitud paso con sus carretas fueron pasando tan rápido como podían, Issei solo pensaba en su busqueda cuando le vino a la cabeza un plan, ya que los comerciantes habían visto que las mercancías del reino hechicero dejaban muchas ganancias, podía sacar una tajada si podía hacerse con los almacenes donde guardarlas antes de su distribución a los comerciantes, no había ley que lo impidiese, también hacerse con locales importantes en las ciudades y en caso de que algo le pasara, podía dejarle los negocios a Nfirea, por ende, esas propiedades pasaban a ser parte del reino hechicero en caso que alguien pusiera precio a su cabeza.

-Esa es la ultima carreta, danos un par de minutos para poder…-

El elfo termino en el suelo por una flecha que atravesó su cráneo, era la gente de la Holocaust Scripture quienes habían llegado a capturarlos, los soldados regulares tomaron una formación de falange para atacarlos y protegerse de las flechas.

-Llegaron más rápido de lo esperado-

-¿Qué hacemos ahora?- Elda pregunto, al igual que el resto había desenvainado su espada.

-¡Atraviesen el paso!- Issei ordeno -háganlo rápido, yo me hago cargo de ellos-

-Pero si apenas puedes…-

-¡Que crucen maldita sea!-

Los elfos emprendieron la retirada, tan pronto como hicieron esto, los de la teocracia iniciaron el primer ataque con flechas, por lo que Issei inclino un poco la losa al frente para hacerlos retroceder con el derrumbe.

-Deténganse todos- Cellan ordeno -este tipo cree poder contenernos, pero le mostraremos que no es así, Kuro, ve a cortarles el paso-

-Enseguida maestro-

La chica alzo vuelo, pero tan pronto tomo altura, un haz de energía cruzo muy cerca de su pecho, vieron que aquella armadura estaba cargando electricidad en su joya frontal, Cellan ordeno a otros dos de sus subordinados atacar Tadashi, el de las joyas explosivas y Karmine, quien portaba una armadura de oro y podía invocar armas de todo tipo para el combate, ambos lo atacaron con tal de hacer que las rocas cayeran sobre él, aunque en un principio parecía que lo estaban logrado, esto en realidad era porque los elfos lograron pasar y solo estaba bajando aquel montón de rocas detrás suyo.

-Impresionante, hay que acabar con él y luego ir por los elfos-

-Concuerdo con usted Lady Camille; acaben con él-

Tan pronto dio la orden, los miembros de la escritura atacaron, primero quienes usaban ataques a distancia, Kuro con sus llamaradas, Tadashi con sus dagas explosivas, Karmine con las armas de su traje; ante este ataque, Issei no se movió recibió de frente cada golpe sin inmutarse, en comparación a las Pléyades, estos eran muy débiles, tanto que si fueran ellas seis contra todo este grupo, habrían muerto en relativamente poco tiempo, tenia que ganarle tiempo a los elfos, así que debía empezar a pelear, solo camino hacia sus atacantes quienes enviaron a seis de los suyos a hacerle frente.

Recibio al que tenia patas de araña en su espalda, con las cuales arrojaban 20 estocadas por segundo, mientras otro de ellos arrojo un arpón con cadena hacia su cara, el cual no le hizo ni un rasguño, solo llamo su atención, permitiendo que su compañero clavase las puntas de las patas en las articulaciones de brazos y piernas, para que su compañera, lo atacara por la espalda

-¡Pierde movilidad en las piernas!- lo apuñalo con una daga en la base de la columna.

-Con eso bastara para que podamos seguir con nuestro camino, excelente trabajo Karina-

-Gracias a ti Clyde, ya no podrá mover las piernas y…-

-Son unos idiotas- Issei replico -si creen que estas armas me harán algún daño, se equivocan-

Con una patada a los bajos dejo al tal Clyde sollozando en el piso y arrancar las patas de su espalda, lo siguiente fue derribar a chica del traje de insecto contra el suelo y romperle el brazo; su próximo oponente fue el que usaba un arpón como arma y un sujeto con traje de cuero rojo que sostenía un pesado bastón de druida con una joya de la que salían llamaradas.

-Muere- el tipo del arpón le lanzo otro ataque directo al cuello.

-Llamaron de Mortal Kombat- Issei chisto luego de atrapar el arpón -Ermac quiere su traje y Scorpio su kunai-

Lo jalo con fuerza y estampo un golpe directo a su cara, el otro tipo le empezó a arrojar un torrente de fuego de manera desmedida, apartándolo de sus compañeros a lo que respondió sujetando la joya y luego destrozándola en mil pedazos.

-Nunca sacaron Team Fortress 3- lo redujo con un cabezazo bien dado.

Los siguientes fueron los que atacaban a distancia, paso a su forma Bishop y respondió con una lluvia de misiles, la chica en traje de hada, el tipo de las dagas y el de las lanzas derribados; los dos miembros restantes empezaron a atacarlo, Cellan usando unas granadas de humo verde amarillento, Camille realizando ataques eléctricos desde sus brazos derechos, luego desplego un par de discos de sierra en sus brazos derechos que imbuyo en rayos y los estrello contra su cara, pero no resulto lastimado, esquivo el ataque del enorme brazo izquierdo y la arrojo contra el muro de la montaña.

-¿Te perdiste el casting de Pacific Rim 2?- Issei burlo mientras aun le arrojaban aquellas granadas de humo -¿quieres dejar de arrojarme estas cosas?-

Atrapo una en pleno aire y se la arrojo al resto de soldados, vio como estos empezaban a farfullar y a retorcerse de miedo, entendía para que eran esas granadas, un gas alucinógeno talvez, que dejaba a quienes lo inhalaban temblando de miedo; teniendo en cuenta algunas acciones y habilidades de este grupo, eran casi como un juego de Evil Pieces estándar, cada miembro tenia una habilidad especial que complementaba con las de sus compañeros, pero en combate directo, eran pésimos si no era contra alguien más débil que ellos.

-Háganse un favor, regresen a su nación y no vuelvan- Issei amenazo.

Camille lo ataco, pero con tan mala suerte que la arrojo al suelo donde le arranco los brazos de la armadura, la mujer tenia sus dos brazos, pero el tercero parecía ser dirigido por una prótesis interna, el cual arranco con suma facilidad y lo observo detenidamente.

-Me pregunto si… naa, no necesito esto- arrojo el brazo como chatarra -como dije, regresen a su nación, la opción es, que yo vaya y les haga una visita sorpresa-

Extendió sus alas y se marcho volando a toda velocidad, los miembros de la teocracia curaron a sus heridos, luego se quedaron meditando sobre lo sucedido, ¿Qué clase de fuerza era esta para poder ir contra ellos sin ningún esfuerzo? Talvez fuese hora de llamar refuerzos de la Black Scripture para hacerle frente a este nuevo enemigo, por lo pronto tendrían cautela, informarían a sus superiores y se replegarían.

Algunos kilómetros al sur, los elfos habían logrado hacer distancia con el tiempo que se les otorgo, agradecían infinitamente al guerrero con armadura por sacrificarse por ellos de esa forma, eso hasta que escucharon un estruendo acercándose.

-¿Qué demonios…? Oye Elda, tu amigo está aquí-

-¿Mi amigo?-

Issei aterrizo cerca de ellos, sin ningún rasguño, sorprendiendo a todos.

-¿Cómo es que…?-

-Les dije que yo me encargaría, y si son inteligentes, se retiraran a su nación-

-¿Los derrotaste?- Elda.

-Si- respondió tranquilamente -ya cumplí mi parte del trato, hora de que cumplas tu parte-

-De acuerdo, buscare a las personas que vieron a aquella creatura-

-¿De que trato hablan?- Garland pregunto a la elfa.

-Ese rumor de la gran creatura alada, él la esta buscando-

-¿Nos ayudo para buscar un rumor? Algo me huele mal aquí-

-Aprovechemos este respiro y que el siga buscando su rumor-

Garland estaba de acuerdo, dejo que Elda llevase ante él a quienes habían visto aquel fenómeno en el cielo, y no fueron pocos, escucho a todos y a cada uno, recopilando pequeños detalles, algunos decían que aquella creatura envuelta en nubarrones poseía un cuerpo alargado como serpiente, cuatro alas que abarcaban una extensa área y dos cuernos largos al frente, se desplazaba desde el noroeste en dirección al este abarcando kilómetros con la tormenta que lo seguía; siguió recopilando información hasta que llego la noche y se monto el campamento, los que podían moverse improvisaron cercos con su magia y las carretas para poder dormir tranquilos a la espera del alba y poder marchar, Issei se quedó fuera del cerco, montando una pequeña empalizada lo suficientemente lejos de los refugiados como para no encariñarse con ellos, pero también cerca por si los de la teocracia no habían hecho caso a su amenaza.

-Esto no parece lógico, si nos buscara, hace tiempo que nos habría encontrado-

-Tienes razón Ddraig… ¿Por qué Ryuuteimaru vino a este mundo?- se recostó contra uno de los troncos -esto es un quebradero de cabeza-

-Quebradero de cabeza debe ser el que tiene la gente de Gown tratando de analizar el cañón de plasma, esa es tecnología 1,000 años más avanzada a cualquier cosa que exista en este mundo-

-Si, fue buena idea de que les bloqueáramos acceso a esa tecnología-

Realmente no lo hizo porque si, aparte de que Azazel pudo haber puesto cosas vergonzosas sobre él, podían activar la autodestrucción de nuevo y esta vez no estaría él para apagarlo, pero las implicaciones éticas de darle el poder de convertir países en yermos radiactivos era algo que no queria tener encima; Azazel y Ajuka le explicaron de muy sencilla que la magia, como la electricidad, puede verse alterada por el entorno en que se propaga, un cable de cobre la llevara en forma algo ordenada, el aire la llevara en forma desordenada, y un entorno altamente irradiado que hasta un hechizo de iluminación se volvería una bomba en potencia, en el mejor de los casos, o en un agujero negro espontaneo.

-Je, el problema es… ¿y si vienen a este mundo?-

Ambos temblaron ante la idea de confrontar a las potencias de su mundo, no podía confiar que vinieran con buenas intenciones, de seguro varios gobiernos humanos estaban enojados con los gobernantes de las naciones sobrenaturales, aun si no hubiera mundo sobrenatural, tener acceso a los recursos y poder mágico abriría toda una línea de desarrollo bélico, en cuanto a un hipotético enfrentamiento, si la mejor arma era el mecha de Azuth Aindra, con aviones de ultima generación lo derribarían, ya fuesen F-35 vtol, Chengdu J20 o Sukhoi Su-57, la supremacía aérea estaría declarada para los gobiernos humanos de la Tierra por simple alcance ya no se digan con la superioridad de los helicópteros, tanques y vehículos blindados. Talvez podrían hacerle frente a una tropa de soldados de a pie durante un rato, pero la ventaja de comenzar el combate con la distancia a su favor, la superioridad de dotar a todas las tropas con equipo defensivo equiparable a gambesón reforzados o armaduras de placas, ante solo poder equipar a unos pocos con algo más o menos de menor calidad; la munición estándar y especial, explosivos y dispositivos similares que causarían bajas por miles, ante flechas, lanzas, espadas y escudos.

¿Qué sucedería si algún bando, humano o sobrenatural hiciese alianza con alguna nación de este mundo? Se pregunto, razones les sobraban a cada cual para hacer una alianza con un lado u otro, en el caso de las naciones humanas, Re-Stize sería otra nación títere con tal de deshacerse de Ainz Ooal Gown, la teocracia Slane vendería las otras naciones con tal de que su ideología político-religiosa se expandiese por todo el mundo, el reino santo Roble lo haría con tal de librarse de la amenaza demi humana, el consejo-estado Argland, la alianza de ciudades-estado Karnassus y el imperio Baharut no sabía que harían

Si se trataba de las naciones sobrenaturales la cosa era aun más seria, talvez los guardianes de Ainz podrían ir contra el sequito de Sirzechs, durar un rato, pero al final perderían, talvez Sebas Tian seria quien durase más por no subestimar a sus oponentes o al menos esa era la impresión que le dio, pero los demás serian humillados ante enemigos que habían visto guerras a lo largo de siglos, incluso hasta milenios, en cuanto si Sirzechs y Gown peleasen, la diferencia la haría el grn poder del Gremory y los recursos con los que podría reforzarse, según lo que investigo la magia de nivel más poderosa conllevaba un tiempo de espera entre uso y uso, podía ir desde un par de días hasta varios años, pero los diferentes sistemas de magia de su mundo eran mas libres, si quería bombardear un área extensa pero sin comprometer lo que esta fuera del perímetro, podía usar cualquier sistema de magia o incluso combinar dos diferentes, sin necesidad de esperar largos periodos luego de lanzar el hechizo

-¡Sorpresa, sorpresa!- Elda entro a donde se encontraba él -te traje algo de comida-

-Gracias- tomo el plato de sopa que le había traído, retrajo su casco y comenzó a comer -esta deliciosa, muy buena, mis felicitaciones al cocinero-

-Eh, si le diré eso… ¿te sirvió la información que te dieron?- pregunto con curiosidad.

-Si, de hecho tengo idea de a donde debería ir después y podría ir a buscarlo-

-¿Iras a buscarlo? ¿tanto te quieres ir a buscar a esa creatura?-

-Si se topa con un Dragón Lord las destrucción de una parte del mundo será mi responsabilidad-

-¿Tú responsabilidad?-

-Digamos que en parte, esta aquí por mi-

Elda se pregunto si ese humano estaba blofeando o de verdad tenia que ver con esa creatura, pero si esa cosa era tan poderosa, talvez podría aprovechar su poder en beneficio del reino elfo, mejor dicho, de su gente, ya que el rey no cuidaba a su pueblo, ¿Qué tal si él lo hacia? Solo debía darle un incentivo.

-¿No puedes quedarte con nosotros? Al menos hasta llegar a la capital-

-No puedo, como ya dije, es mi responsabilidad… ¿Qué estas haciendo?- pregunto mientras la elfa se le subía encima.

-Mi gente necesita que alguien nos proteja de la teocracia Slane- se deshizo de la parte superior de su armadura -y para eso estoy dispuesta a lo que sea-

Se quito la parte superior de su gambesón, dejando sus pechos desnudos a disposición del castaño, sabia que los hombres humanos se sentían atraídos a las mujeres elfas y de otras razas por un extraño fetiche de relaciones inter-especies, siempre y cuando estas fueran atractivas al ojo humano, y este atractivo seria un rostro y cuerpo humano con las justas características de otras especies, como orejas, color de piel y cabello, la cola era opcional, pero también un cuerpo curvilíneo, esbelto en la cintura y voluptuoso en pechos y caderas, algo que ella tenia moderadamente, pero suficiente para llamar la atención de un hombre.

-N-no pienses mal de mi- volteo su rostro avergonzado -esto lo hago porque necesitamos llegar a la capital, no es que ofrezca mi cuerpo a cualquier hombre, así… ¿Q-qué dices?-


-Sabia que se me olvidaba algo, mi nombre es Issei Hyo…Welsh, Issei Welsh, y tu eres Elda Siris Grøndblad. Y si señorita, tenemos un trato- Issei no se lo pensó dos veces, deshizo su armadura para poder disfrutar esa ocasión.

Después de un largo y arduo camino en el que perdieron a muchos por heridas y enfermedad, logro que los refugiados llagaran a Crecent Lake, más salvos que sanos, el lugar no era una fortaleza, era más un palacio en medio del lago en forma de luna creciente, Issei se sorprendió, y no en el buen sentido, era una copia del Rivendel de las películas de Peter Jackson, con mas arboles, pero no había murallas que la defendieran, ni torreones o revellines, ni siquiera estaban en un sitio bien ubicado, había al menos tres montículos desde donde podrían defender el lago, el cual había sido tomado por múltiples casas de madera toscamente armadas en imitaciones del estilo arquitectónico del palacio, pero ni rastros de una muralla o algún sistema de defensa. Al recibirlos llego una comitiva de jinetes elfos liderados por una hermosa elfa con el cabello rubio rizado, tan bien proporcionda con ojos heterocromos de anaranjado y verde.

-Capitana Menelumia-

-Estúpida, ¿Por qué los trajiste aquí? La teocracia pudo seguirlos-

-Capitana yo…-

-Silencio, tonta, por tu culpa la ciudad no podra…-

-La teocracia no los sigue-

-Elda, ¿Quién es este tipo?- señalo a Issei que se mantenía en su armadura.

-Él es…-

-Belzard Hyoudou- Issei respondió -ayude a su gente a llegar aquí-

-¿Tienes la costumbre de hablar cuando no te preguntan nada extranjero?- Menelumia lo cuestiono.

-¿Tienen por costumbre dejar a la gente de su reino a su suerte?-

-Ten cuidado con tus palabras extranjero, nuestra raza es fuerte y los que no sobreviven son los menos aptos para sobrevivir-

-El darwinismo social nunca a funcionado, menos en las sociedades en plena guerra-

-No me vengas con palabras rebuscadas escoria o tienes idea de que tan poderosa soy, fácilmente podría derrotar al mas fuerte de la Holocaust Scripture-

-¿La señora con la armadura de tres brazos? ¿o el tipo con traje de espantapájaros?-

-¿Te enfrentaste a ellos? Tuviste suerte de sobrevivir-

-Les patee el trasero a toda la escritura y les dije que se regresaran por donde vinieron- vio como los elfos se rieron de él -¿No me crees? Porque no bajan de esos ponis y le muestro que tan fácil seria derrotarlos-

-Cuando te mate me quedare con tu armadura-

Menelumia y sus mejores tropas desmontaron y sacaron sus armas, eran siete contra uno, desenvainaron sus espadas y atacaron, Issei se mantuvo quieto, mientras las espadas chocaban contra él, menguando su filo; el acero elfico era superior a cualquier otro acero, refinado en hornos a muy altas temperaturas, forjado y moldeado mientras era mágicamente bendecido, templado en aceites sagrados y afilada con piedras que concebían bendiciones de filo, dureza y resistencia a la oxidación, se veía endeble y quebradizo ante esta armadura escamosa.

-¿Ya calentaron?- pregunto al verlos temerosos -¡Oh! ¿Me estaban atacando? Bien creo que es mi turno-

Deshizo la armadura en su brazo derecho y fue directo a la capitana, a la cual aparto del grueso del grupo y la tumbo al suelo, tan pronto uno de los suyos reacciono, rompió la espada con la mano desnuda y la coloco contra el cuello del elfo.

-¿Es suficiente?-

-Es suficiente para mi- alguien respondió.

Se trataba de un elfo de gran altura, vestido con una larga capa dorada con estampados de flores en verde esmeralda, debajo se podían notar partes de armaduras en sus hombros, brazos y piernas, llevaba un atuendo azul medianoche con estampados de oro, en su cintura llevaba tres cinturones, dos de cuero con hebillas doradas que sujetaba una espada y una daga, y una seda rojo sangre que sujetaba sus pantalones y de la que colgaba un medallón dorado con el grabado de un árbol, de su corona dorada surgían varias ramas por las que tenia tallados varios símbolos, sus ojos eran negro profundo el derecho y plata brillante el izquiwrdo; junto a él venia una comitiva de varias elfas cuyas armaduras sobresaltaban sus abundantes atributos, todos montaban enormes alces con cornamentas de unos 2mts de ancho, con monturas de plata, pero el del rey tenia uno con armadura de cuerpo completo hecha en oro.

-¡Majestad!- los elfos se arrodillaron ante él.

-Belzard…- Elda le hizo una seña al dragón para arrodillarse.

-No me arrodillo ante nadie- esta respuesta tuvo una reacción adversa de parte de los elfos.

-¡¿Nadie?¡ ¡¿Me crees nadie?! ¡Yo soy Callön Finröd Nilvælein Celegörm Lothlórien! ¡gobernante del bosque de Evasha! ¡el ultimo de los altos reyes del norte! ¡guardián del Medwediewii sagrado! ¡portador de Lightbringer!- desenvaino una espada y le apunto a la cara.

Era una longsword hecha de un metal celeste, su pomo tenia una perla roja atrapada en un aro, el mango estaba grabado con ramas que formaban la copa de un árbol en la guarda, de esta salían dos ramas que formaban el filo de una hoja hueca que se estrechaba hacia el final, en medio tenia un una gema verde, Issei no sabia si era un diamante o una esmeralda, pero sabia que por su tamaño, corte y algunas cosas que investigo cuando estaba comprando anillos de boda, esa piedra era muy, muy cara; el arma emitía un aura sagrada, tenue, pero talvez tenia una sorpresa.

-No me inclino ante nadie- fue la respuesta de Issei antes de apartar la espada, luego volteo a Elda -ya traje a tú gente hasta aquí, ya no tengo asuntos en esta nación-

-Así que, ¿tu trajiste a esta gentuza?- Callön pregunto de forma altanera hacia la elfa -¿Cuál es tu nombre?-

-Gelda Siris Grøndblad, majestad- respondió de rodillas.

-¿Grøndblad? No serás, ¿hija de Feldren Grøndblad?-

-Es mi abuelo, mi madre se llamaba Cailin Sores, mi padre Grendiwood Merios Grøndblad-

-Ah si, Cailin- Callön formo una malévola sonrisa y luego volteo al guerrero en armadura -¿te pagaron por traerlos? No verdad, toma-

Arrojo un Leaf, la moneda de los elfos, una pieza de oro moldeada como una hoja, Issei la atrapo con su cola antes de que cayera en el lodo.

-Ahora vete y no vuelvas nunca o cortare tu horrorosa tu cabeza-

-Agradece que no me paguen por matarte- Issei amenazo.

Dejo salir un poco de su aura antes de emprender vuelo rumbo a su hogar, lo hizo para que el rey entendiera una cosa, lo pudo matar en ese mismo lugar; Callón no quiso darle más vuelta al asunto y se retiro al palacio.

Issei llego a su terreno ya entrada la noche, reviso que todo estuviera donde lo dejo, los materiales que Ainz tomaría de su mina habían desaparecido, en su lugar dejaron el recibo que les pidió, los cilindros de gas estaban ahí todavía; no había nada destruido, salvo la puerta principal, la cerradura había sido rota y estaba atrancada con una silla desde dentro, con mucho esfuerzo la abrió, atento para atacar a quien hubiera entrado, su deseo de matar se calmo cuando vio de quien se trataba, las Blue Roses se encontraban ahí, Gagaran se había hecho con su sofá, las gemelas y Evileye bajaron su cama a la entrada y Lakyus se quedo en el suelo, solo con una sabana debajo y una almohada, temblando con algo de frio, ¿Por qué razón se encontraban ahí? No le interesaba ahora, tomo su chaqueta y la puso sobre Lakyus, salió a la entrada y se recostó en una silla.

-Ah, regresaste-

-Ah eres tú Caperucita, ¿no me deberías evitar?-

-Descuida, descuida, ya te perdone- Lupusregina puso una gran sonrisa frente a él.

-¿Me quieres ver la cara de estúpido? ¿Qué quieren ahora? Y tú…- agarro a alguien que estaba usando invisibilidad por la pierna -¿para dónde Ricitos de Oro?-

-Oye espera…- Solution tuvo que dar saltos mientras la llevaba afuera -suéltame en este instante insecto-

-Déjame pensarlo… aug, ¿me mordiste?-

-Y a la próxima te morderé otra cosa- Lupusregina respondió muy enfadada

-¿Qué diablos quieren? ¿Y qué hacen en mi casa?-

Nación Minotauro

En una llanura prístina con un lago tranquilo en medio de su extensión, el cálido sol fue cubierto por oscuros nubarrones, las aguas cristalinas se enturbiaron, las verdes hierbas siempre tranquilas se agitaron y los arboles siempre perennes se curvaron ante el poderoso viento, una tormenta como nunca antes vista se anunciaba, pero esta de pronto amaino, lentamente fue perdiendo fuerza mientras descendía, la enorme tormenta se disipo dejando solo un enorme objeto tan grande como un campo de cultivo que descendía a gran velocidad, en forma similar a una mantarraya o un cangrejo, con dos tenazas al frente, hecho de un metal rojo como sangre, con cuernos de oro por todas partes y perlas negras como si estuvieran hechas con la noche, aquella cosa se quedo levitando sobre el lago para luego hundirse en sus aguas; todo esto fue atestiguado por una minotauro que acompañaba a la caravana de Rabbidmen rumbo al reino hechicero, no tenia idea de que era aquello y no quería averiguarlo, ya tuvo suficiente con aquellas ruinas llena de monstruosidades, en la que esperaba que esas cosas se quedaran ahí para siempre.

El Lich y El Dragón, Parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora