Dioses, Monstruos y un Ajolote

420 49 49
                                    


Hola a todos, ¿como estan?
Nueva semana, nuevo capitulo.
Tarde en elegir que poner, que borrar y que guardar para más adelante, sin mas pre-ambulos, disfrutenlo

_________________________________________


Prisión del Tártaro, Hades.



-Zeus esto es una locura, simplemente una locura- Hades argumento.



El rey del mundo de los muertos no llevaba sus típicas ropas reales, había tomado una armadura hoplita, constaba de una coraza, brazaletes, grebas y faldón, aunque agregaba un par de pantalones, todo de color negro con detalles de flores y rosas en un espectral color purpura, debajo de una túnica negra decorado con imágenes de empusas, creaturas femeninas aladas; su armamento era un escudo, una espada, una horquilla de dos puntas y su arma más poderosa, un sencillo casco de la edad de bronce negro con un velo de seda purpura, este casco lo hacia prácticamente intangible e invisible a cualquiera que lo enfrentara.



-Estas seguro de esto, ¿cierto?- Poseidón pregunto.



El dios de los mares llevaba un armamento más avanzado que su hermano mayor, el enorme traje recordaba a un voluminoso traje de buceo antiguo, el rostro de Poseidón era visible atreves de una escafandra hecha de acero azul, sobre un traje voluminoso hecho de una cota de malla de patrón de conchas marinas, en sus hombro había un par de cañones de agua a alta presión, sostenía su tridente con un gran guantelete en la derecha, con un cañón de arpones/garfio, mientras el guante de la izquierda tenia un mecanismo para un taladro cónico, un grueso cinturón venia equipado con una bobina de cables conectados a los arpones en su brazo derecho, tenia pesadas botas con un mecanismo de agarre compuesto de varias placas alrededor de anclas neumáticos.



-Más o menos Poseidón, pero si hay alguien que podría ayudarnos, es ella...creo- fue la respuesta nerviosa del rey del Olimpo.



Zeus tenia razones para dudar de esta decisión, incluso con aprobación del resto de dioses, no era 100% seguro que se pusiera de su lado, llegaron a un puente custodiado por un gigantesco ser de múltiples cabezas y brazos que resguardaba una puerta de bronce tallada con 12 candados.



-Lord Zeus- la creatura saludo, su nombre era Briareo, uno de los tres hecatónquiro.



-¿Esta listo todo?-



-Como ordeno, su hijo Heracles y sus hoplitas esperamos sus ordenes-



Frente a la puerta habían soldados en armaduras doradas de alta tecnología que aun mantenía la estética griega, al frente estaba uno de mayor altura y contextura poderosa, con una piel de león cubriéndolo y un garrote de madera con los colmillos de un animal incrustados y un arco decorado con serpientes, todos expectantes a lo que el padre del Olimpo ordenara.



-Heracles-



-Padre, estamos listo, solo falta que des la orden-



-Espero no equivocarme. ¡Soldados del Olimpo! ¡En formación!- Zeus ordeno.



El rey del Olimpo no llego sin prepararse, su armadura, consistía de una túnica blanca multicapa, la primera era abierta al frente con bordes azules con decoraciones doradas, la segunda tenia un borde dorado con diamantes engarzados, encima llevaba una armadura de hoplita hecha de platino, sus grebas con grabados de toros y alas también poseían bobinas, su cinturón sujetaba el faldón blindados alrededor de las piernas y la túnica, el pectoral poseía varios segmentos móviles que le daban la apariencia de una musculara, en la espalda tenia unas placas que formaban la columna con bobinas pequeñas a cada lado y un par de mayor tamaño sobre los omoplatos; el casco era similar al macedonio, con alas a cada lado del soporte de una crin azul y una mascara que cubría sus mejillas, nariz y boca; del lado izquierdo llevaba un brazalete en el bíceps grabado con un águila del que salía electricidad hacia el guantelete de la mano que contaba con varios generadores de bobina, en que sostenía la cabeza de un mayal del lado izquierdo tenia una hombrera esculpida en forma de Gorgona, que hacia juego con el escudo linterna en su brazo, el escudo estaba decorado con la escultura de un monstruo de rostro femenino de hermosas facciones a pesar de su piel escamosa, su cabello se componía de siete largos dragones de cuerpo serpentiforme y una espesa melena de león con pinzas de escorpión, dos a cada lado, cubrían el espacio vació entre la escultura y el borde segmentado en que habían bobinas.

El Lich y El Dragón, Parte IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora