dix-sept

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—Hey, Hyuka.

Ignorando su corazón acelerado por ese apodo por el que había sido llamado, Kai le dió una mirada a su enamorado, a la espera de que dijera lo que sea que quisiera decirle.

—A-antes de mí, ¿h-habías tenido... alguna pareja?

Kai pestañeó, confundido.

—Sí y terminamos al día siguiente —contó, encogiendose de hombros.

—¿En serio? —Kai asintió, riendo.

—Creo que confudimos amistad con amor, y bueno —dijo, soltando una risita—. No sé si recuerdas a Minjeong, pero fue con ella hace muchísimo tiempo.

—¿Minjeong? ¿La chica que expulsaron?

—No la expulsaron, sus padres la sacaron después de que la inculparan por algo que no hizo. La gente inventó que la habían expulsado, pero la historia es una distinta —Soobin notó el ligero tono de furia que Kai tenía en su voz, así que decidió no indagar sobre aquel tema— ¿Qué hay de tí?

—¿Con qué?

—Tus parejas. ¿Cuántas has tenido?

—Ah, eso. Pues... sólo tú —dijo, y Kai le dió una mirada incrédula—. ¡Te lo juro!

—Pero... ¡eres demasiado guapo, ¿cómo nadie se va a fijar en tí?!

—O sea, sí habían chicas que se me declaraban, pero hasta antes de tí sólo me había gustado sinceramente una persona —dijo, mostrandose sincero, o al menos en una pequeña parte.

—¿Era Choi Chanhee acaso?

—¿Qué? ¡No, ¿por qué lo dices?!

Kai se encogió de hombros.

—No sé, todos parecen estar cayendo por él. Heeseung es uno de ellos —comentó, columpiando la mano que tenía entrelazada con la de Soobin, ambos de pie en la parada de buses.

—Pero parece que sólo Younghoon pudo ganárselo.

—O quizás fue Chanhee quien obtuvo a Younghoon, quién sabe —dijo el menor, encogiendose de hombros—. No es como si me interesara.

Soobin pudo notar la forma en la que Kai escondía su desagrado por Chanhee, y antes de que pudiera decir algo al respecto, el bus que llevaría a Kai a su casa, se detuvo frente a ellos.

—Me iré ya —dijo el menor, dejandole un pequeño beso en la mejilla—, y olvida esta conversación, ¿sí? Siento que ha arruinado nuestro ambiente.

Soobin asintió y mientras veía a la gente subir al autobus, tomó el mentón de su enamorado y le dejó un delicado beso en los labios.

—Llámame cuando llegues a casa.

—Tú igual.

—Te veré el lunes.

Kai asintió, y dejó un último beso en los labios de Soobin antes de correr hacia la entrada del bus.

Ignorando esa sensación de que Soobin no estaba contándole una parte de su historia, tomó asiento en uno de los asientos del medio y sacó su teléfono, conectando sus auriculares para escuchar música y evitar que sus pensamientos lo molestaran.

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idiota • sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora