vingt-huit

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—Entonces, ¿ellos están saliendo?

—Sí, eso creo. Beom dijo algo sobre "intentarlo"..

Kai sonrió cuando Soobin comenzó a columpiar sus manos entrelazadas, ambos en camino hacia el gimnasio del colegio donde Soobin llevaría a cabo su entrenamiento de basketball.

—Me parece lindo —dijo Kai, causando que Soobin asintiera a sus palabras. Seguro serán una pareja muy bonita en unas cuantas semanas.

—Pero no tanto como nosotros.

Huening rió.

—¿Crees que somos bonitos?

Soobin no respondió, en cambio, haló a Kai hacia su pecho para abrazarlo con su brazo libre y dejar un suave beso en sus labios.

—El viernes es el partido y el entrenador dijo que mañana tendremos la tarde libre —comentó, entrando con Kai al gimnasio, en donde ya se encontraban algunos de sus compañeros calentando bajo la mirada del entrenador—, y pensé que podríamos tener una cita. Podemos ir al cine, o a curiosear en las tiendas del centro comercial, quizás ir al parque de diversiones o... no lo sé. Donde tú quieras.

—¿Qué te parece si nomás no quedamos descansando en casa? O sea, lo digo porque has estado entrenando todas las tardes y con las clases, y todas las tareas que te dejan... debes estar agotado —Kai se paró frente al mayor y posó sus manos en sus mejillas, mientras Soobin abrazaba la cintura del menor con sus brazos—. Luego vendrán los exámenes de segundo parcial, y sé que me lo negarás, pero puedo notar lo cansado que estás. Creo que deberías descansar un poco.

Soobin sintió como la calidez invadía su pecho, con su corazón acelerandose por las caricias de Kai en sus mejillas en tanto lo miraba de esa forma tan bonita que a él le gustaba.

—Mi abuela me envió un video sobre una receta para un pastel, y quería intentar que tal me va haciendolo —le contó, jugueteando con sus orejas y ordenando algunos de sus mechones de cabello—. Si quieres, puedes ir a mi casa y pasamos la tarde juntos. Cocinar no toma mucho tiempo, así que podemos tomar una siesta. Sólo si quieres..

—Claro que quiero.

Kai sonrió y Soobin se acercó para reclamar sus labios, disfrutando del sabor a durazno y la suavidad que estos tenían. Separándose con el pitido que dió el entrenador.

—¡Choi, deja que el chico respire y ven a calentar sino quieres que te deje castigado luego del entrenamiento!

Soobin obedeció, dejando un último beso en los labios de Kai mientras le entregaba la mochila y corría hacia la cancha.


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idiota • sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora