idiota • sookai

vingt-et-un

—Hoy es tu cumpleaños y por mi entrenamiento, no podré estar contigo.

Soobin hizo un puchero, recostado en el regazo de Kai. Ambos en aquel lugar, detrás de las gradas del patio, que tanto adoraban. Kai peinó el (ahora) rubio cabello del mayor, inclinandose para dejarle un pequeño beso en la frente.

—¿Debería faltar?

—¿Para que te castiguen? ¡Por supuesto que no! —Soobin puchereó y Kai le pellizcó el labio, riendo suavemente— Te estaré esperando a la hora que sea, incluso si son sólo cinco minutos, seré completamente feliz.

Soobin se sentó, mirando como el rostro del menor se sonrojaba, con aquellos ojitos brillantes observandolo con atención. El mayor mordió su labio, escondiendo una sonrisa, y haló al menor en un abrazo, dejandolo sentado en su regazo.

—Me portaré bien para que el entrenador me deje salir temprano —dijo, escondiendo su rostro en el cuello de Kai. Había descubierto que amaba el perfume natural de Kai, y cada vez que podía, se mantenía oliendo la piel del menor hasta sentirse satisfecho.

—Está bien —Kai lo haló de las orejas hasta que sus rostros se enfrentaran y dejó un delicado beso en los labios del mayor—. Es hora de ir a las clases.

—No vayamos —susurró Soobin, apretando la cintura de Kai con sus brazos—, quedémonos aquí lo que quedan de las clases.

Kai rió, acariciando las mejillas del mayor.

—A veces me siento en un sueño, sabes —Kai comenzó a desordenar algunos mechones de Soobin, hablando con una voz baja y muy tímida—. Sólo sé que un día le dije a Taehyun que te confesaría mis sentimientos, aún si después terminaba con el corazón roto por un rechazo, y de pronto, me estabas besando luego de que ganaran su partido.

Soobin ignoró aquel ardor que molestó en su estómago y se estiró para besar la mejilla de Kai.

—Gracias por fijarte en mí.

Soobin sintió ganas de llorar.

—Oye, Hyuka... yo... quiero contarte algo.

—¿Qué cosa?

Y Soobin estuvo dispuesto a contarle su secreto, pero el sonido que anunciaba el inicio de clases se escuchó por todo el patio.

—Dímelo más tarde, ahora debemos ir a clases.

—E-está bien...

Kai dejó un último beso en sus labios y se puso de pie, halando a Soobin consigo para irse hacia el interior del colegio.

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