Corro por toda la casa buscando un buen lugar para esconderme. Uno donde esa cosa no me encuentre. ¿Debajo de la cama? Muy obvio. Cuando mi hermana me contó sobre ese monstruo no pensé que fuera real. ¿Dentro del closet? Muy fácil. Escucho sus pasos, arrastrándose lentamente. Le divierte darme ventaja. ¿En el armarito de la cocina? Ya no puedo llegar a él. ¿En el mueble de la tele? Perfecto. Llego al lugar y me encojo dentro. Tapo mi boca, sofoco las ganas de gritar, aguanto mis lágrimas y espero que ese bicho no escuche el palpitar inquieto de mi corazón. Lo escucho entrar en la habitación.
—No te has escondido bien —dice y me descubre.
Grito del pánico al ver a mi hermana. Continúo en shock mientras ella ríe.
—Y tú tampoco —gruñe el verdadero monstruo que al instante devora la cabeza de mi hermana. Su sangre me salpica. Antes de morir solo pienso en una cosa: ella no sabía que tenía razón.
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No intentes esconderte
Short StorySegunda colección de microcuentos varios de Imber Bles ✌🏻🍁.