Me alisto tan rápido como puedo. Ni siquiera desayuno. Mamá está llorando en la cocina. Papá, como de costumbre, no se encuentra. Mi hermano menor coloca flores nuevas en el jarrón. Prácticamente huyo de la casa. Solo quiero verla.
Hemos pasado por tanto juntas, siempre la una para la otra, desde primero de primaria. Ahora la percibo cada vez más distante. Siento que la pierdo. Y no puedo permitirme perderla.
Me rehúye en clases. Antes se sentaba junto a mí, ahora al lado de Isabel, con la que habla mucho últimamente. Mi reemplazo, al parecer.
Todos en el salón me ignoran. Estoy acostumbrada, pero eso solo acrecienta el dolor de verla también lejos a ella. Ella nunca me ignoró.
La confronto en el descanso, luego de esperar que se quedara sola en el baño de chicas.
-¿Por qué me haces ésto? ¿Por qué no quieres verme?
-Ésto no es normal. Necesito que me dejes tranquila. Márchate de una vez, por favor.
-No quiero que me abandones. No quiero abandonarte.
-No puedes seguir persiguiéndome. No puedes seguir acosándome. No puedes seguir aferrada a mí. Estás muerta. Y yo no puedo cargar con el peso de tu espíritu por siempre.
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No intentes esconderte
Short StorySegunda colección de microcuentos varios de Imber Bles ✌🏻🍁.