Capítulo 14: el Toqui caza humanos

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Importante: cada publicación cuenta con palabras o conceptos marcados en negrita, los cuales tienen su correspondiente explicación al final del capítulo, en un glosario

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Mutismo. Solo silencio tras presionar el botón de mensajes de su teléfono, con sistema análogo. Corina Matus miró hacia el cuadro que colgaba frente a su rostro. El reflejo de su semblante, a través del vidrio que protegía la pintura, evidenció su tristeza. Se resistía a abandonarlo, aunque fuese él quien se alejó primero. Ese hombre, que no mensajeaba o respondía sus llamados, fue la razón por la cual aprendió a sonreír. La anciana, conocida como la indomable, quería recuperar esa capacidad.

Años atrás, cuando él era aún un niño, experimentó el amor de madre que siempre había querido sentir, aunque la naturaleza se lo hubiera impedido. Con el tiempo, ese paréntesis en su vida se cerró. Hacía dos años que él no la ubicaba, dos temporadas completas sin la disposición a conversar. A excepción de esa vez que se cruzaron, meses atrás, en la cafetería de la compañía «TeaGo!» donde el cantante había fichado. Corina conocía su orgullo. En secreto, intervino para que le contrataran. Creía que se lo merecía, por lo que esa ayuda anónima era necesaria. Recordó todas las veces que tuvo que esconderse, mientras escuchaba desde alguna calle suburbial a la banda en la que ese joven prestaba su voz. Tenía tanto talento. Pero en su adolescencia, en específico a los quince años, la confesión de Corina lo alejó por completo. Ahí fue cuando se enteró de la eficacia del botón neutralizador. No estaba de acuerdo con ese poder de montaje y manipulación. Él no dudaba en la libertad de la gente: se había propuesto luchar por ella, entregando mensajes con su voz.

No sentía arrepentimiento por asegurarle un futuro. En el momento en que los padres del chico murieron, él había sobrevivido poco más de tres años sin ellos. Luego, en cuanto lo vio, supo que ese pequeño era especial. Por este motivo, por esa conexión que pareciera no tener explicación, convenció a su hermano, Benjamín Matus, de conservarlo. Sin embargo, la única condición fue que cuidara al chico en secreto, para evitar conflictos con los otros miembros del Comité Superior. Y cómo no tendrían problemas, si el pequeño era hijo de dos de los revolucionarios más grandes que tuvo la Rebelión de los otros, enemigos totales del sistema que los Matus habían defendido.

Domo 24 [Vol. 1] El Apagón 🔞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora