Dudas e incógnitas

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Una oleada de preocupación se instaló en su cuerpo ya débil por la última situación en la que se vio envuelto.

De verdad, si algo más llegaba a suceder, si Theo se encontraba en mal estado... No podría soportarlo. Una cosa más y lo superaba por completo.

Él tenía un límite y estaba a punto de ser rebasado, aunque sospechaba que ya había sucedido, a estas alturas no estaba seguro. Sintió su boca seca y extraña.

-¿Cómo?-Preguntó, con la esperanza de que Luna fuera más específica.

Volteó de reojo para observar a Ginny. Permanecía ahí, intacta; como si estuviera viendo a una muñeca. No emitía ni un solo movimiento, su respiración resultaba imperceptible también.

-No tengo mucha información, Draco. Solo me llamó para pedir de favor si vamos por él al aeropuerto.-Respondió desde la otra línea.

Su corazón se aceleró.

Dios.

No terminaba un problema cuando llegaba otro con gran fiereza. Cerró los ojos, cansado. Estaba angustiado por Theo, que después de tantos días sin tener noticia alguna de él, al fin había aparecido, pero algo le decía que no estaba bien... Por otro lado, no quería abandonar a Ginny nuevamente y para variar la situación de hace unos minutos no lo tenía estable.

-¿Draco, sigues ahí?-Luna lo llamó, puesto que él no había dicho nada en los últimos 30 segundos.

-Sí, sí. Lo siento, es que... Agh-Se paso la mano por su cabello, despeinándolo.-Muy bien, pasaré a tu casa en 15 minutos o lo más rápido que pueda. De ahí partimos al aeropuerto. Si puedes avisarle a Theo sería perfecto.

-De acuerdo. Ten cuidado.

-Adiós, Luna.

La llamada finalizó. Guardó el celular en uno de sus bolsillos y volvió a posar su mirada en Ginny. No quería dejarla. No en ese estado.

¿Y si la llevaba consigo?

Apretando sus labios levemente se acercó a ella.

-Ginny...-La susodicha habló antes de que le pudiera decir algo.

-Tienes que irte, lo escuché. No te preocupes. Lo entiendo.-Su voz sonaba libre de emociones... Estaba vacía.

-No quiero dejarte aquí.-Confesó.

-Tranquilo, está bien. Katherine está en casa. No estaré sola.-Encogió sus hombros, quitandole importancia.

Se le escapo un suspiro, dio media vuelta y se quedó estático. Únicamente viendo a un punto específico del pasillo.

-Espera... ¿Y si me acompañas?-Se atrevió a preguntar. La verdad es que la propuesta fue repentina e imprudente, pero no estaba sobrepensando las cosas.

-¿Qué dices? No, claro que no. No quisiera entrometerme. Tu asunto se escucha serio y no considero que sea buena idea...-Draco la detuvo.

-Ginny, por favor.-Pidió.

-Ya causé muchos problemas, Draco. Realmente no creo que sea buena idea ir. No pinto nada ahí. Te juro que quizá estaré mejor aquí.-Por primera vez, Ginny era la que hablaba con más sensatez.

Él no dijo nada, no pensaba obligarla. La comprendía, y de cierto modo sabía que ella tenía razón. Así que asintió levemente con la cabeza mientras miraba el suelo.

-Está bien, Ginny. Si necesitas algo, llámame, por favor.

-Gracias.-Armó una pequeña sonrisa, apenas perceptible.

Punto Y Aparte | DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora