Lidiando con enrollos

397 30 27
                                    

Se retiró unos milímetros de la puerta, asombrada por lo que escuchó hace unos segundos salir de la boca de Ginny Weasley.

Ellos dos... Tal vez...

Algo le azotó con fuerza, de manera tan precipitada. Era un fragmento, pequeños recuerdos, ligeros, pero feroces que parecían tener alguna intención desalmada. Cerró los ojos, ejerció mucha presión, tanta que en sus párpados se formaron delgadas arrugas superficiales. Sintió su pulso acelerarse sin control, poco a poco los latidos subían, podía escucharlos en sus propios oídos. Pum, pum. Comenzó a temblar, era notorio en sus manos.

Oh Dios, no. No necesitaba esas sensaciones horrorosas apoderarse de ella, otra vez. Trato de volver a la normalidad, allí, a distancia de la puerta del amigo de su novio. Respiro en un intento de lograr combatir ese ataque, en vano, puesto que la respiración comenzó a desvariar, hasta que lo hacía con la boca abierta, provocando algo de ruido.

Camino deprisa al balcón, con esperanza de que el aire fresco le alejara y despejara, logro llegar, transcurrió unos minutos ahí, aguardando. Esperando resultados positivos.

-¡Mierda!-Golpeo con fuerza el balcón y dio la vuelta.

Otro intento fallido, la verdad era que no podía tranquilizarse. Ese maldito ataque de ansiedad estaba consumiéndola y Hermione no estaba en facultades para lograr combatirlo, lograr controlarlo; eso la enfurecía bastante, resultaba desesperante. Entró con cierta dificultad de nuevo, con los mismos síntomas.

Necesitaba una pastilla, sólo una...
Lo había aceptado, por su cuenta no podría calmarse y si no lo hacia pronto, nada bueno saldría de eso. El aire le faltaba, con cada segundo, parecía tener menos. Llegó a la puerta del baño con cierta brusquedad, ya que su cuerpo cayó en ésta, con complicaciones; tomó la manija y pudo abrirla, debido a que su peso estaba encima, hizo un ruido fuerte al chocar contra la pared.

-Demonios.-Farfullo entre dientes, aún respirando mediante la boca.

Se acercó al lugar donde colocó esas pastillas que trajo por si acaso y creyó que no serían necesarias en Manhattan. Justo cuando estaba por abrir las pequeñas puertas para coger lo que sería su salvación, escuchó su nombre salir de la boca de cierto rubio. Enseguida, bajo sus manos al lavabo, reposando, y tratando de respirar. Tratando de lucir impasible.

-Hermione, ¿estás bien? Escuchamos algunos ruidos.-Draco se aproximó a la entrada del baño.

Hermione hizo un gran esfuerzo para aparentar que todo estaba bien.

-Oh, sí, estoy b-bien. Sólo tengo un poco de frío.-Volteo para verlo, encontrándose con Ginny al lado de Malfoy.

-¿Frío?-La rubia asintió.-Pero estás sudando.

Podía sentirlo, su frente perlada en una fina capa de sudor, se observó por unos segundos frente al espejo. Una opresión en el pecho casi la hace gritar.

-Debes ser porque estoy sudando frío.-Sonrió, era un intento de sonrisa.-L-lamento los ruidos, no quería ocasionar interrupciones.

Camino, usando todas las fuerzas que tenía para lucir normal en medio de un ataque de ansiedad, paso al lado de Draco y siguió su camino.

-T-tengo que salir unos minutos, ahora vuelvo.-Informo y a continuación, salió del departamento.

Cerró la puerta tras de sí y se dejó caer al suelo, estaba comenzando a exasperarse aún más.

-¡Diablos!-Nuevamente, golpeó el piso en un arrebato de mal genio.

Todas esas sensaciones no desaparecían y comenzaba a pensar que quizá necesitaría ayuda. Que el asunto se le estaba saliendo de las manos. 

Punto Y Aparte | DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora