Despertó únicamente por una pesadilla que tuvo como sueño, se incorporó de golpe, y la luz del día le cegó por un momento los los ojos, provocando que los cerrara. En cuanto los abrió nuevamente, miró a Harry, que dormía en posición fetal, muy tranquilamente, sin respiración agitada o una leve capa de sudor que cubriera su frente, en cambio, ella se encontraba justamente así, se frotó los ojos y pasó la mano por su rostro, sin duda había comenzado el día de mala manera. ¿Por qué tenían que regresar las malditas pesadillas? en los últimos meses era raro que tuviera alguna, desaparecieron, y ahora volvian.
Le dedicó una mirada más a Potter, con suma delicadeza salió de la cama y habitación no sin antes ponerse su bata roja, cerró la puerta en silencio. Sintió el frío de la estancia, un cambio radical, pues en su cuarto la temperatura se mantenía estable, agradable, calentita, se pasó los brazos alrededor de ella misma, dándose algo de calor y fue directo al baño, tocó la manija, sin embargo se detuvo antes de poder girarla, escuchó el ruido de la regadera, seguramente Draco estaba duchandosé. Alejó su mano y caminó hasta la barra de desayuno, sin sentarse en los taburetes, puso toda su atención en un reloj que se encontraba arriba de los estantes y algunos gabinetes de la cocina, en la parte más alta de la pared.
Eran exactamente las 7:30 de la mañana, aquel reloj era aburrido, su contorno que parecía ser de plástico color negro, las manecillas y números por igual. Hermione hizo una mueca al verlo, tenía que cambiar ese reloj.
-Buenos días.-Saludó Draco y la chica se sorprendió.
Nunca oyó cuando él salió del baño, volteó y sólo tenía una toalla cubriendo su cintura, no era nada distinto de otras veces, pero en la cabeza de Hermione apareció una pregunta: ¿Por qué siempre le tocaba verlo en esos momentos?
-Buenos días.-Regresó el saludo, logrando no mirar más allá de su rostro.-¿Quién compró ese reloj?
Por un minuto, la mirada platinada fue directo al dispositivo.
-Harry.-Contestó, regresando su vista a Hermione.-¿Por qué?
-Es aburrido.-Dijo, mirando aún ese reloj que no le gustaba para nada.
Draco río.
-Pero realiza su función al menos, es lo que importa.-Comenzó a secarse el cabello con otra toalla pequeña que tenía en manos.
-Compraré otro.-Aseguró.
-¿Qué haces despierta a ésta hora?-Se interesó.
-¿A ésta hora?-Alzó una ceja.-Suelo levantarme temprano.
-Vamos, Hermione. Te levantas después de que Harry y yo nos vamos a trabajar.-Él inició a caminar.
-De acuerdo.-Hizo morritos, cruzándose de brazos, otra manera para tratar de darse calor.-Me dieron ganas de entrar al baño, pero estabas usándolo.
-Algo me dice que mientes.-Comentó, mientras se aproximaba hacia la chica.
Se puso algo nerviosa, pero se relajó cuando Draco llegó a la cocina. Era raro, estaban manteniendo una conversación a las 7:30 de la mañana, con Draco semidesnudo, únicamente con una toalla alrededor de su cadera.
-¿Qué es ese algo?-Apoyó los codos en la barra, mirándolo.
-Ahhh...-Se quedó sin palabras por unos segundos, su acción a medias, al parecer quería abrir el refrigerador, pero su mano no había abierto la puerta aún.-Lo que quería decir...-Parecía que no coordinaba sus palabras con lo que realmente pensaba.-Es decir...-Los ojos de Granger estaba puesta en él, ella no lo sabía bien, pero presentía que su mirada lo ponía nervioso.-Olvídalo, no sé en realidad porque lo dije.
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Punto Y Aparte | Dramione
FanfictionYa han pasado dos años, desde que Draco tomó ese avión, para irse a Manhattan. Dejando su ciudad natal: Londres, a la chica que ama: Hermione Granger y toda su vida. Lo único que dejó fue una carta para su enamorada, explicando su abandono. Era un c...