- diecinueve

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A pesar del sol que luce en el cielo, la fecha que es se hace notar en el ambiente, Julieta nunca había sentido un octubre tan frío como ese. El cielo de la capital le da un tono grisáceo al ambiente, las nubes cubriendo lo que en otros momentos era de un azul tan vivo como el del mar. Unas gafas oscuras cubren sus grandes ojos, la mirada al frente porque debe hacerlo.

Gira a la derecha en dirección a un lugar que tiene memorizado, sus pasos rápidos como si realmente llegara tarde, aunque simplemente es para evitar encontrarse con cualquier persona en el trayecto. Inspira profundamente y hasta el olor parece distinto, las hojas anaranjadas decoran parte de la plaza Jacinto Benavente. Sonríe al ver una figura alta con la que lleva compartiendo mensajes y horas eses útlimos días. Su paso se frena al verlo despedirse de una castaña, no se acerca a él hasta que la chica desaparece de su campo de visión.

— Hola — la chica sonríe bajándose las gafas, observa el estuche que tiene a sus pies echándole un vistazo rápido—. Que distinto verte así después del rollo que llevabas la última vez que nos vimos.

— La callada de boca que metiste dejó de lado mi outfit — Julieta ríe con ganas por primera vez en días—, se te ha echao' de menos y to' — ella se encoge de hombros y hace una mueca—. ¿Vamos arriba? — la morena asiente abriendo la puerta.

Suben en silencio hasta cruzar las puertas del estudio que ha alquilado la chica para grabar ese trabajo en un par de días. El aroma que desprende su compañero es distinto al que tanto le gusta y echa de menos, pero necesita tiempo para pensar.

— Mira — coloca el violín en su hombro y hace una melodía, Julieta siente como se le aguan los ojos al escuchar lo bonito que eso queda y lo bien que se acopla a sus sentimientos en ese preciso momento—, quizás es algo arriesgado, pero he ido haciendo algo nuevo desde la melodía original y... — el chico se encoge de hombros observando el rostro de la catalana, que sonríe cómoda.

— Es buenísimo, Javi — se levanta de la silla y posa la mano en su hombro—. ¿Cómo quedaría con un piano? — el madrileño asiente acercándose a un teclado— ¿También tocas el piano? — ella se sienta a su lado.

— Lo intento, lo mío siempre fue el violín — posa sus manos sobre las teclas, Julieta se mantiene haciendo los arpegios de la melodía original—. En una parte podrías dejar solo eso — levanta las manos mientras la catalana toca la parte del tema— y poner un solo de violín.

— Puede ser después del agudo — Javier asiente, Julieta frunce el ceño—, ¿has escuchado la canción?

— No te he dicho que hice lo mío desde la melodía original — ríe levantándose de la silla y yendo hacia su instrumento—, ¿qué te parece si lo hacemos con el violín solo y luego lo vemos con el piano también? — Julieta asiente acercándose al micrófono.

— Vale — el chico empieza a tocar el principio de la melodía, la castaña se mantiene hipnotizada ante la forma en la que toca con maestría el instrumento.

— Ha pasado poco pero ha pasado...

Tocar el Cielo · Sweet PainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora