-Laura, ¿Puedes....? Siento que me dará un ataque de asma o algo- Dice Tyler con una mano en su pecho y la pelinegra asiente.
-Se que va a sonar muy difícil de creer o que pensaran que estamos locos -Empieza a decir captando la atención de todos- Ha...
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●●●HISTORIA Y UN MOMENTO.
•Stiles.
La manada había partido hacia más de una hora, alguien había llamado a la policía por todo el escándalo y mi padre al saber enterarse de que era en la casa de Derek encabezó a las patrullas que vendrían. Nos encargamos de dar nuestras declaraciones y decirle a la policía que esos hombres habían irrumpido en el lugar con armas, los que estaban vivos fueron detenidos y arrestados por mi padre que dijo que se encargaría de todo lo demás.
—Esto....todo aquí está roto —resopla Laura lanzando otra cosa a la bolsa que tiene a su lado.—Todo es basura.
Estábamos limpiando el loft, recogiendo la basura, quitando la sangre del piso y las paredes, desechando todo lo que sé rompió durante el enfrentamiento con los cazadores. No pareció bien dejar a Derek con todo este desastre, así que con los niños lo estamos ayudando aunque el clima aún esté un poco tenso.
—A Derek le tocara reemplazar muchas cosas y no creo que este feliz de saber que tiene que ir a hacer compras —una risita escapa de mis labios al imaginar a un pobre vendedor tener que lidiar con el mal genio del lobo.
En la cocina se oye como Derek y Miguel revuelven cosas, como el mayor resopla y gruñe a cada tanto. Ambos salen de la cocina con bolsas llenas también.
—Niños, ¿por que no sube a asearse mientras nosotros terminamos lo que queda?— Les digo al ver a Miguel bostezar y con sus manos, ropa y cara manchadas aun de sangre seca.
A decir verdad; los tres tienen ese aspecto.
—Oh ¿seguros?—inquiere el menor de mis hijos y yo le sonrió.
—Si cielo, vayan a descansar un poco— tomo su cara entre mis manos y dejo un beso en su frente.
Hago lo mismo con Laura cuando pasa por mi lado, luego se despiden de Derek y nos quedamos solos. Suelto todo de golpe sentándome en el sofá con la cabeza entre mis manos y trato de contener las lagrimas, la rabia y las ganas de gritar que golpean fuerte mi pecho haciéndome temblar.
—Stiles— llama el hombre que se sienta junto a mi— Ellos están bien, ¿entiendes? Están bien...
