Tobio, El Voleibol & El Béisbol

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Capítulo dedicado a: SayakaShionaya, por seguir esta historia

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Capítulo dedicado a: SayakaShionaya, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!

A Sora le gustaba el voleibol

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A Sora le gustaba el voleibol.

Pero, también le gustaba el béisbol.

De hecho, era el béisbol un poco más que el voleibol...

O más bien, le encantaba el béisbol.

Kageyama no sabía qué hacer. Y justo ahora, el amor de su vida lo estaba traicionando.

—¡So-chan! Te gusta demasiado el béisbol, ¿verdad? —La voz emocionada de Shoyo se materializó en el aire, al mismo tiempo en que el niño apartaba la mirada del dibujo que estaba realizando de un dinosaurio cuello largo.

El de menor edad apartó la vista, dejando de lado el color verde con el que estaba creando el contorno circular del estómago del reptil. Tobio Kageyama fue testigo de como su propio esposo, tenía atrás de su cuerpo y en la mano que tenía el anillo de casados, una pelota especializada para ese deporte intruso y en la otra mano un guante.

Shoyo Kageyama le sonreía con radiantes al niño mientras su Sora sólo asentía rápidamente ante la pregunta expulsada. Tobio sintió que era golpeado múltiples veces, toda su cara se marcaba en el terror y sólo tuvo que apartar los ojos para ver a su bebé en sus brazos, quien se aferraba a su peluche de Vabo-chan rosado. Kazuya ya le estaba chupando la mano de felpa, y Kageyama tuvo que intervenir.

—No te lo metas a la boca —advirtió Tobio, quitando de la boca del bebé la mano de Vabo-chan sobre su boca.

Kazuya se enojó en demasía, mirando a su padre, y le sacó la lengua en modo de reproche (culpa de Shoyo, Shoyo le hacía eso mismo cuando se enojaba), pero no resultó como quería: Kazuya, con la boca abierta, sus ojos bien cerrados y la lengua afuera, fue más cómico que amenazante.

Bebé lindo... y algo temperamental.

—¡Sí, era increíble! —contó Sora con emoción, teniendo el vago recuerdo del partido que llegó a ver en el cumpleaños de su padre. El simple movimiento de un jugador de béisbol al lanzar y atrapar la pelota, la forma tan perfecta en la que su cuerpo se movía ante las reacciones dadas por el catcher... maravilloso—. El pitcher era increíble... —contó con seguridad el pequeño azabache, moviendo su cabeza con fuerza y no sabiendo hacer otro movimiento para mostrar su felicidad.

Cinco Son Multitud ³ [KageHina Family] | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora