Pequeños

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Historia Original de Lucy_Trejo27






















Decir que Golf se encontraba nervioso, era poco, inclusive el alfa pensaba que podría llegar a ser tan torpe como para tirar algo que es importante para el omega y terminar por romperlo, pero debía controlarse, nunca pensó que arriba de la florería, se encontraría la casa del omega, era un lugar grande, y los cachorros del omega no dejaban de ir de un lado a otro, justo a sus habitaciones, Golf prestaba atención.

Cada detalle llamaba por completo su atención, la estancia estaba casi cercana a la escalera por la que tuvieron que subir para estar en la parte de arriba, la estancia estaba compuesta por una alfombra cuadrada en el suelo con diseños de flores dibujados de tonos anaranjados fuertes, había una mesa pequeña con patas de acero moldeado y con la parte superior de la mesa hecha de cristal con las esquinas protegidas por madera, solamente había dos sillones, uno largo en dónde se podían sentar cuatro personas, y otro en donde podían sentarse dos, había un televisor pequeño, por lo que podía apreciar, era de los viejos, toda la casa estaba pintada de color hueso, y Golf se percató que Gulf tenía en varios muebles floreros, con flores artificiales.

—Por un momento pensé que tendrías flores frescas aquí –comentó Golf a lo que Gulf lo miró.

—Las flores frescas tienen un periodo de vida corto, mi tiempo a veces es limitado, así que no podría darme a la tarea de cambiarlas seguido –era cierto, a veces Gulf tenía que ocuparse de muchas cosas a la vez, ni siquiera podía darse a la tarea de ver, aunque sea un programa de televisión, —siéntate –invitó el omega a lo que Golf dió un asentimiento, —¿te gusta el té de lavanda y manzanilla?

—Me gusta cualquier tipo de té –dijo el alfa.

Gulf dió un asentimiento para después retirarse hacia la cocina para poder preparar las bebidas calientes. Mientras el omega se dedicaba a estar en la cocina, los pequeños niños estaban en sus habitaciones, buscando juguetes.

El primero en salir había sido Misael, quien animado se acercó corriendo al alfa llorón –Gaia había insistido mucho en que le dijeran así–, para poder mostrarle su oso de peluche favorito.

—Señor Golf –el mencionado sonrió levemente al escuchar eso, los pequeños eran adorables, —¡mire! –Misael dió un par de saltos mientras le mostraba al alfa su peluche.

Golf no dudó en tomar el oso de peluche con su mano, sintiendo la suavidad de este mismo bajo su tacto, era un oso de peluche blanco, con detalles de pequeñas manchas de color marrón en forma de corazones, con una adorable sonrisa en el rostro y unos ojos bordados de color negro.

—Su nombre es Anouk –mencionó el pequeño, el alfq elevo una ceja al escuchar eso.

—¿Por qué ese nombre?

—Es una palabra de Misael inventó –mencionó Lale quien se acercaba sonriendo, —¡Oh! El peluche que te regalo Luke.

—Sí, siempre lo cuido bien –dijo Misael.

—¿Lo extrañan? –preguntó Golf, quería saberlo, después de todo, ellos habían pasado una pequeña parte de su vida con su padre alfa.

—Sí –dijo Lale, —papá Luke era muy importante para todos, siempre había estado con nosotros.

—Yo ni siquiera lo recuerdo –mencionó Misael, después de todo no había podido pasar el suficiente tiempo con su padre alfa, era un bebé cuando él murió.

Golf pudo ver el semblante triste en el rostro del pequeño, Golf a veces podrá pensar que sus padres podrían ser inclusive demasiado estrictos o inclusive demasiado sobreprotectores y que solamente se querían meter a controlar su vida, pero los quería, le habían dado buenos recuerdos desde siempre, y sobre todo su madre alfa, ver a esos niños que habían perdido a corta edad a su padre alfa, le hacía pensar en lo que él hubiera hecho si eso mismo le hubiera sucedido, quizás inclusive se habría quedado totalmente devastado y sin pensar mucho en lo que podría llegar a pasar o siquiera poder sonreír de nuevo.

Esos pequeños eran valientes, sonreían junto a su padre omega, disfrutaban de los días, y no parecían para nada tristes en ningún momento, inclusive habían pensado que encontrar un nuevo alfa para su padre omega sería una grandiosa idea para que no se sintiera solo, Gulf es igual de valiente que ellos.

—Hey, pequeño –habló el alfa mientras colocaba su mano sobre la cabeza de Misael y le daba leves caricias, —no te pongas triste, ¿o crees que a tu padre alfa le hubiera gustado verte así?

Misael negó levemente con la cabeza. Golf le regaló una sonrisa para después devolverle el oso de peluche al pequeño para que lo abrazará.

—El pequeño Anouk está contigo –dijo el alfq, —puede que él no esté aquí contigo, pero sé que les dejó algo para que no lo olvidasen y para que pudieran sentirse!inclusive mucho mejor, para que no lo extrañasen, para que supieran que él esta con ustedes, tal vez no!físicamente, pero aquí está –mencionó Golf mientras señalaba justo en medio de su pecho, —siempre lo tendrán en su corazón, pequeños.

Misael sonrió al escuchar esas palabras, Lale al ver aquello no pudo evitar contagiarse de esa sonrisa, las palabras de Golf habían hecho que ambos niños se sintieran reconfortados.

—¡Alfa llorón! –Golf no sabía qué hacer con respecto a Gaia y esa insistencia en llamarlo de aquel modo, el pequeño niño se acercó corriendo hacia el alfa para después mostrarle un juego de jenga en una mochila pequeña transparente. —¿Sabes jugar?

—¿Jenga? –Gaia asintió. —Soy un experto.

—¿De verdad? –los ojos de Gaia brillaron al escuchar eso.

—Todo el mundo es experto, Gaia –mencionó Lale mientras rodaba los ojos, —es un juego fácil.

—Pero siempre pierdes –mencionó Gaia, Lale le mostró la lengua por breves segundos a Gaia para después alejarse.

—Voy por Athez, seguramente ya se quedó dormido.

—Alfa llorón, hay que jugar –mencionó Gaia animado.

—Lo haré si me dices por qué te encanta llamarme de ese modo –Gaia le entregó la pequeña mochila al alfa.

—Es que siempre que iba a la cafetería, te veía llorando –dijo Gaia.

—¿Cafetería? –Gaia abrió los ojos en grande al escuchar la voz de su padre omega detrás, Gulf dejó las tazas de té en la mesa, mientras que Gaia se giraba sobre su eje para encarar a su padre. —¿Por qué estabas en una cafetería?

—P-por nada... –respondió Gaia.

Pero el pequeño sabía que no se iba a librar fácil de su padre omega, no hasta que diera explicaciones.

¡Su más oscuro secreto iba a ser revelado!

No más galletas gratis de la cafetería, Gaia sabía perfectamente que seguramente ese sería su mayor castigo.

UN ALFA PARA PAPÁ ADAPTACIÓN TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora