Gaia

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Historia Original de Lucy_Trejo27

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Decir que no extrañaba ir a la cafetería por sus preciosas y exquisitas galletas gratis que siempre Ann le regalaba, era como decir que su padre omega no tenía cuatro hijos, algo que no era real, Gaia sintió como de nueva cuenta su estómago le pedía galletas, era hambre o quizás un antojo demasiado fuerte para él, pero el problema era que sabía que su propio cuerpo no le dejaría en paz hasta que por fin obtuviera lo que quería, pero su padre no le dejaría ir a la cafetería, lo sabía.

Y todo era gracias al alfa llorón, de no ser por la conversación que habían tenido, su padre no se habría enterado de nada, pero ya era demasiado tarde para él. Soltó un quejido antes de disponerse a dejar de mirar las flores que había afuera de la florería, tenía hambre y las flores ni siquiera le ayudaban a olvidarse por completo de su amor por las galletas.

Entró con prisa a la florería, captando la atención de su padre omega que se encontraba limpiando el mostrador.

—Papá –dijo de inmediato al verlo, —¿puedo ir a comprar una galleta?

—Sabes que el azúcar no te hace bien –dijo Gulf, —además te has vuelto adicto al dulce desde que vas a consumir esas galletas.

—¡Pero me encantan! –infló sus mejillas, no era justo, él necesitaba, aunque fuera un pequeño trozo de una galleta. —Por favor, por favor, por favoooor.

—Gaia –advirtió Gulf, —he dicho que no, si quieres galletas, te las compraré, pero después.

Gaia se cruzó de brazos.

—Nada de posiciones enojadas, cachorro –mencionó Gulf.

Mientras que Gaia soltaba un largo suspiro, bueno, no obtendría lo que quería por el momento, pero sabía también que su padre omega era capaz de comprarle un helado con tal de que dejase las galletas, y con eso podía conformarse solamente por esta vez. Miró a su padre que seguía limpiando.

—¿Has pensado con quién vas a tener una cita? –preguntó a lo que Gulf dejó de limpiar. —¿O no?

—Creo que es muy presuroso tener una cita ahora mismo –mencionó Gulf, —pero la verdad no lo he pensado mucho.

—El alfa llorón es buena opción, aunque supongo que tendrías que cuidarlo, llora mucho.

—Gaia –el pequeño miró a su padre, —el alfa llorón, tiene nombre, y es...

—Golf –dijo Gaia en respuesta.

—Exacto, no puedes seguir llamándolo de ese modo.

—Pero él...

—Pero nada –mencionó Gulf, —poner sobrenombres no está bien, y sabes que tu fuiste la causa por la que comenzó a llorar, ¿o me equivoco? –por supuesto su padre tenía toda la razón, pues había sido él quien le había dicho a Golf lo que Ann pensaba sobre él.

—¿Puede venir Golf a jugar? –pregunto Gaia.

—Puedes invitarlo, pero sí él dice que no, entonces... –Gaia interrumpió a su padre.

—No se negará –mencionó el pequeño, —y más si sabe que estarás allí.

—¿Por qué estás tan seguro?

—Papá, se nota a metros que le gustas –dijo Gaia e infló sus mejillas, no le agradaba mucho la idea, pero no podía hacer mucho, de todas formas, aquel alfa le agradaba un poco, —me agrada.

—¿De verdad? –preguntó Gulf mientras miraba a su pequeño que daba un asentimiento.

A Gaia no le gustaba mucho convivir con las personas, decía inclusive que no le gustaban mucho las personas porque las consideraba como personas demasiado comunes, o por el simple hecho de verlos sonreír, decía que esas sonrisas parecían a las de las modelos que a veces aparecían en la televisión, falsas, y eso no le gustaba, y más porque podía ver que muchas de esas personas estaban por todas partes, le disgustaban, y era sincero con ello, inclusive podía decirle al presidente si no le gustaba como vestía o como hablaba, y no le interesaba si lo miraban mal por decir aquello.

—Sí, parece ser sincero –menciono Gaia, —además de que sabe jugar juegos de mesa, y eso es fantástico.

—Tus hermanos también saben.

—Sí, pero no es lo mismo –dijo el pequeño mientras negaba con la cabeza, —Lale es mala perdedora, y Golf no lo es, de hecho, inclusive puede hacer que tu ganes el juego, lo descubrí cuando jugábamos Jenga.

—¡Vaya!

—Sí, sí –la voz de su pequeño era sumamente emocionada, parecía que Gaia se había encariñado con el alfa a pesar de lo que había pasado, —deberías salir con él, así podría también venir a jugar.

—No te apresures, cachorro.

—Yo digo que sí deberías apresurarte, papá –dijo Gaia, —él se ve que está muy interesado en ti, inclusive te esperó afuera de la florería, eso fue... lindo –se encogió de hombros, —él puede ser nuestro nuevo papá alfa.

Gulf no sabía que decir en ese momento, inclusive pensó que todos sus hijos se habían puesto de acuerdo para decirles los motivos por los cuales cada uno de los alfas es bueno para él, era algo que ni siquiera él esperaba, podía ser parte de un nuevo plan de sus hijos, o quizás no lo era y simplemente se les salía decirle todo lo que ellos consideraban mejor de los alfas para que él se sintiera interesado en alguno de ellos.

Gulf estaba seguro de que un día de estos le explotaría la cabeza de tanto pensar en ese asunto, pero, de todas formas, él se había decidido por darle a cada uno de ellos una oportunidad, aunque definitivamente no sabía si podía escoger a alguno de ellos, sería peor que jugar un juego al azar.

—Puede serlo –mencionó Gulf, haciendo que Gaia elevase las cejas sorprendido por la respuesta de su padre omega.

—¿De verdad? –Gulf dió un asentimiento como respuesta. —¡Sí! –dijo Gaia mientras elevaba sus brazos, feliz por la respuesta de su padre. —Le diré a Athez que no le diga rey cuervo cuando lo vea.

—¿Rey cuervo? –preguntó Gulf.

—Es el cuento más reciente que leyó él, y no ha parado de decir que Golf es como el rey cuervo del cuento.

Quizás Gulf debía enterarse un poco más de los cuentos, pero bueno, mientras no lea los libros que tienen cosas que no le gustarán, todo está bien. El omega siguió limpiando el mostrador, pero a pesar de que quería concentrarse en sus acciones no podía del todo, ver a sus hijos tan dispuesto a tener un nuevo padre alfa de alguna forma lograba alentarlo más a querer seguir emocionado con su decisión, suponía que había tomado la decisión correcta al querer darse esa nueva oportunidad, y sus hijos le demostraban que así era, podía sentirse sumamente feliz por eso.

Así que no debía de pensar mucho las cosas, tendría que hablar con los tres alfas para poder estar en un acuerdo, y esperaba funcionase. Tener citas, ni siquiera Gulf podía pensar en él de nuevo teniendo una cita con un alfa, pero sería divertido.

UN ALFA PARA PAPÁ ADAPTACIÓN TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora