UN ALFA PARA PAPÁ ADAPTACIÓN TERMINADA

Complicado

Historia Original de Lucy_Trejo27

El amor es complejo, tan complejo que inclusive ni siquiera el más inteligente de los científicos podía dar una conclusión respecto al amor, en los planes de Gulf, jamás había estado presente enamorarse, pero terminó haciéndolo, se enamoró perdidamente de Luke Ishikawa.

Gulf lo recuerda claramente, como si hubiera pasado ayer, el alfa no era tan codiciado por los omegas, y Gulf no era como si tuviera más de cien pretendientes persiguiéndolo por la escuela, el omega jamás imaginó que encontrarse cara a cara con el alfa fuera el momento justo para un flechazo, pero lo fue.

Luke era todo lo que describían las novelas de romance, era atento, le daba color a sus días oscuros, era dulce como la miel, y hacía pequeñas acciones que solamente causaban que el omega se sintiera cada vez más perdido en el amor, era inevitable no poder sentirse sumamente enamorado de él, tan grande había sido ese sentimiento, que habían terminado por querer estar juntos para siempre, y por un pequeño accidente, Gulf había quedado en cinta.

A pesar de la preocupación que Gulf sentía al saber que tendrían un cachorro, Luke le demostró que no era un obstáculo, ni siquiera alguna excusa para dejarlo, sino que era una oportunidad más para ambos, una bella luz del amor que se tenían, y Gulf no podía estar más de acuerdo con las palabras de su alfa.

Pero a veces la vida, no podía seguir en su curso, no con colores pasteles y llena de flores, a veces había grietas inmensas que demostraban un abismo gigantesco después del campo de flores, y Gulf había llegado a aquel abismo en cuanto dejo de sentir a su alfa. Cruzar aquel abismo para seguir adelante, era un reto, Gulf podía ver a sus hijos del otro lado, podía verlos correr entre las flores, pero... el problema era que él todavía no podía encontrar el camino para pasar aquel abismo oscuro, y quedar al otro lado.

—Papá –la voz de su pequeño hijo lo hizo dejar de mirar con atención los pétalos marchitos y maltratados de las flores, miró a su lado izquierdo, encontrándose con Athez y esos hermosos ojos marrones grandes que tenía, sonrió hacia su pequeño.

—¿Sí, cariño? –preguntó el omega.

—¿Por qué estás triste?

Gulf entreabrió sus labios al escuchar la pregunta de su hijo, el omega no se había percatado siquiera de tener tristeza, él se sentía normal, como en cualquier día, no sentía nada en ese momento, aunque los recuerdos habían invadido sus pensamientos por unos momentos, él presentía que no había algo más allá.

—No estoy triste, pequeño –mencionó Gulf, —estoy feliz.

—No –negó el niño con la cabeza, —sólo arrancas pétalos marchitos cuando estás triste.

El omega soltó un suspiro, quizás se había sumido demasiado en la tristeza de nuevo, necesitaba algo de ayuda, y él lo sabía, ya había pasado un tiempo desde que su alfa se había ido para siempre de su vida, y parecía no querer aceptarlo, no del todo, sabía que todo eso era con el paso del tiempo, pero por cada día, semana y mes que transcurría, parecía que su corazón lo extrañaba más y más en lugar de siquiera olvidarle un poco.

—Pequeño –canturreó Guld haciendo que su hijo menor sonriera en el proceso, —quizás sí estoy algo deprimido.

—¿Deprimido?

—Sí –dijo Gulf, —es cuando sientes una tristeza, pero mucho más fuerte.

Athez dejó de mirar a su padre omega para pasar su vista a los pocos pétalos de rosas que se encontraban en el suelo, mirando sus bordes quemados y aplastados, pero lo demás se veía inclusive mucho más fresco, a veces el pequeño podía comparar un poco a su padre con aquellos pétalos. Athez tiene un recuerdo muy fuerte que a veces rondaba por sus pensamientos, y es que recordar como su padre omega le decía que Luke se había ido a un lugar mucho más alegre y lleno de colores hermosos y muchas flores, mientras lloraba, hacía que en ella creciera el sentimiento de tristeza, porque a pesar de su edad, sabía que su padre estaba hablando de que su padre alfa se había ido para siempre a una mejor vida.

E

l pequeño comparaba a su padre omega con los pétalos levemente marchitos, por la razón de que Gulf a pesar de que se sentía destruido por completo, marchito como una flor muerta, no era así, Athez, pensaba que a pesar de los bordes quemados por lo que había pasado, su padre seguía siendo el mismo la mayor parte del tiempo, sabía que lo hace por ellos, y eso es lo importante, pero también el pequeño podía distinguir el pequeño toque de tristeza en su mirada cuando su padre tenía que atender a un alfa que llevaría flores para su omega.

Por eso no le había parecido tan mala idea que su padre omega consiguiera a alguien para que volviera a estar feliz como antes.

—¿Tendrás otra cita con el director Chinawut? –preguntó Athez.

—¿Q-qué? –Gulf abrió sus ojos en grande al escuchar aquello.

—Lale dice –relamió sus labios, —que te gusta más Mew.

—Hija yo...

—Y Gaia siempre le grita que el alfa llorón es mejor para ti –mencionó el pequeño.

Gulf apretó los labios levemente, y Athez al no recibir una respuesta clara de parte de su padre decidió que lo mejor era seguir hablando.

—Misael y yo queremos que el director Chinawut sea nuestro nuevo padre alfa –comentó el pequeño, sintiendo como el calor subía a sus mejillas, —se ven tiernos juntos...

—Cariño –Gylf negó lentamente con la cabeza, —¿por qué insisten en lo mismo?

Athez se encogió de hombros.

—Queremos verte feliz... –mencionó Athez.

—Soy feliz teniéndolos a ustedes cuatro a mi lado.

El pequeño negó frenéticamente con la cabeza.

—No mientas papá.

—No estoy diciendo mentiras, pequeño –Gulf se colocó en cuclillas para poder ver mejor a su hijo a los ojos, —no miento, en verdad... me siento feliz de tenerlos a!ustedes conmigo, no necesito un alfa...

—Papá... –el pequeño soltó un suspiro corto, —te ves feliz, pero todos nosotros sabemos que no lo estás, te vemos triste cuando atiendes a parejas, o cuando las ves paseando en los parques a donde nos llevas a jugar...

Gulf demostraba muchas emociones al ver parejas, al principio se sentía feliz, pero ese sentimiento iba siendo invadido por la tristeza al recordar a su alfa.

—Papá Luke... a él no le hubiera gustado verte triste... –dijo el pequeño niño, —pero –sonrió levemente, —te ves muy feliz cuando estás con ellos.

—¿Ellos? –Athez asintió con la cabeza.

—Ellos logran hacerte sonreír, eso es lindo...

El amor es complicado, tan complicado que ni siquiera Gulf se había dado cuenta de que olvidaba un poco a Luke cuando alguno de esos tres alfas se acercaba a él y hablaban, tan complicado, que ni siquiera se había dado cuenta hasta ahora de que ellos intentan ayudarle un poco a que olvide la tristeza y que la cambie por alegría. Las mismas sensaciones que había sentido cuando Luke estaba allí para él cuando se encontraba triste.