UN ALFA PARA PAPÁ ADAPTACIÓN TERMINADA

Flores Blancas

Historia Original de Lucy_Trejo27

—Bien niños –mencionó Gulf en cuanto vió que todos estaban sentados en la mesa, el aroma de mantequilla levemente quemada y el dulzor de la vainilla, inundaban la cocina a más no poder, y eso solamente estaba abriendo más el apetito en los pequeños, que habían despertado con mucha hambre en aquella mañana, —tenemos que hablar de algo muy importante.

—¿Qué es tan importante? –se quejo Gaia, pues ya estaba sintiendo que su estomago lo mataría por solamente pedirle comida.

Después de la pequeña conversación que había tenido Gulf con el más pequeño de sus hijos, se había quedado la mayor parte del día pensando en sus palabras, sobre todo en las últimas que le había dicho. Gulf casi nunca pensaba mucho en algunos asuntos, pero este en especifico le estaba haciendo muchos nudos la cabeza, y es que aquellas palabras le habían hecho reflexionar al máximo, tanto así que ni siquiera ponía mucha atención a la florería –afortunadamente no hubo muchos clientes–, en el resto del día pensó y pensó, y volvió a hacerlo una y otra vez.

R

ecordaba lo que había pasado en todas las anteriores semanas, de sus pequeños encuentros con cada uno de los alfas, todos ellos le demostraban un apoyo incondicional, todos ellos se veían y mostraban interés por él, cosa que inclusive le asombraba, sus encuentros habían sido casuales, pero quizás no eran ni siquiera una casualidad más, sino que parecía que se habían hecho presentes en el momento preciso en que más los necesitaba.

Gulf lo había pensado mucho, y parecía que alguien allá arriba le estaba insistiendo en que debía ser feliz y dejar de sentirse desmoronado por la tristeza de una vez por todas, y que de una vez por todas, se diera la oportunidad de poder volver a sentirse enamorado, al principio, Gulf se negaba a creer que algo como eso pueda pasar, para él, el primer amor lo es todo, y por supuesto era el que más importaba, pero también sabía que el primer amor se mantenía en el corazón de por vida, y no se iba porque era un recuerdo feliz de lo que sentiste, su alfa es eso, un recuerdo feliz de su vida, y allí lo dejaría como un recuerdo feliz, no como uno de tristeza.

—Sé que les dije que les daría un castigo por su pequeño plan –menciono Gulf.

—¿Entonces no nos quitarás los dulces por dos meses? –los ojos de Misael se iluminaron en esperanza, ¡él ama con todo su corazón los dulces! En especial los de cereza y naranja.

—¿Dejarás que juguemos hasta las dos de la mañana? –pregunto Gaia, adora quedarse despierto hasta tarde.

—Y ¿dejarás que veamos películas de terror por la noche antes de ir a dormir? –preguntó Lale, mientras que Athez negaba con la cabeza, no le gustan las películas de terror.

—Los dulces jamás se los prohíbo, pero recuerden que no deben comer demasiados, sólo uno a la semana, o si es posible ninguno –Misael info sus mejillas en desacuerdo, —nada de jugar en la madrugada, aún están en su desarrollo, y deben dormir bien –Gaia soltó un quejido ante las palabras de su padre omega, —y sobre las películas... –soltó un suspiro, —serían en la tarde, no en la noche, a Athez no le gustan esas películas, y lo sabes, Lale.

Todos a excepción de Athez soltaron un quejido ante las palabras de su padre omega, aunque sabían que su padre se negaría rotundamente a sus propuestas, después de todo, los protege y cuida muy bien.

—Ahora –comentó Gulf juntando sus palmas haciendo que sus hijos volvieran a prestarle atención, —antes de que les sirva su buena porción de panqueques –Gulf se mostró levemente serio, —quiero que me respondan algo.