Athez

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Historia Original de Lucy_Trejo27

Está será la última maratón que haga de está historia ya que faltan pocos capítulos.

Empezamos con la maratón

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Los cuentos de hadas, eran lo que Athez consideraba como su mundo entero, aunque jamás deseó ser un principe de esos que van en su blanco corsel, que usa trajes bonitos, conociendo princesas y asistiendo a bailes, a él lo que le enamoraba de los cuentos de hadas era la idea de un felices para siempre de conocer a la persona indicada, él era más de la idea de ver a las princesas con sus príncipes, eso le gustaba más.

—Papá –el omega miró a su hijo que se encontraba en la cocina, ya casi era hora de comer, y Gulf debía darse prisa para cocinar algo delicioso, ya casi estaba por terminar, hoy comerían ramén con algunos vegetales y carne.

—¿Sí, pequeño? –Gulf dejó de cortar los trozos de carne para mirar a su hijo, el cual tenía sus cabellos levemente revueltos, Athez era quien más dormía de todos los pequeños, y el que casi siempre llevaba su cabello despeinado por quedarse dormido en posiciones diferentes.

—¿Sabes a que príncipe me recuerda el director Chinawut?

—No, ¿a cuál?

—Al príncipe de Blancanieves –mencionó el pequeño, Gulf miró a su hijo algo confundido.

Athez estaba muy seguro de sus palabras, el director Chinawut era perfecto para hacer inclusive el papel del príncipe de Blancanieves.

—¿Por qué? –preguntó Gulf, en verdad no entendía mucho a su hijo.

Ni siquiera sabe de donde sacó esa obsesión por querer ver todas las películas y cuentos de princesas que hubiera en el mundo, era un pequeño fanático de todo lo que tuviera que ver con el mundo de las princesas, el omega no sabía como era posible que tuviera uno hijo tan obsesionado con eso, pero era agradable, inclusive él había podido leer algunos de los cuentos con su pequeño, aunque claro, como Athez no sabía leer muy bien, Gulf podía leerle las historias, y de ese modo podía mejorarlas –omitiendo gran parte de los cuentos, ya que por error había comprado los cuentos que no eran una versión más corta y en los que veían escenas que no muchos consideraban muy adecuadas para los pequeños–, así que Gulf podía considerarse un gran fanático al igual que su hijo, pero claro Athez se quedaba el puesto de fan número uno.

—Porque es muy guapo, y –sonrió hacia su padre, creo —que se enamoró de ti la primera vez que te vió.

El omega parpadeó un par de veces, el aroma de la sopa que seguía en pleno hervor se podía distinguir en toda la cocina, mientras que Athez sonreía feliz por lo que había dicho, aunque claro que su padre omega se veía más confundido que alegre.

—Cariño, no creo que...

—¡Misael me lo dijo! –mencionó de inmediato la pequeña. —Dijo que los vió, y que el director Chinawut parecía estar muy interesado en ti.

—Pequeño, yo –y volvió a ser interrumpido.

—¡Él te ama! –dijo en voz alta, haciendo que Gulf soltase un suspiro. —Además, no es como el príncipe Erick y el rey cuervo.

—¿Príncipe Erick y rey cuervo? –Gulf estaba todavía más confundido.

—Sí, papá –mencionó el pequeño, —y tú tienes la piel como Blancanieves.

Las mejillas del omega se tiñeron de un rosa pálido, mientras que en la mente de Athez, podía ver la escena perfecta, una en la que puede ver al príncipe Boon Chinawut, el príncipe azul de su padre, y como se acerca a su padre que duerme por culpa de la manzana envenenada y entonces el príncipe Boon se acerca a él para darle el beso de amor verdadero para que despierte, y de ese modo se casen. Ciertamente la escena se veía sumamente perfecta en la mente del pequeño Athez, quien soñaba despierto en todo momento, y que por supuesto ansiaba el día en que Boon le diera el beso de amor verdadero a su padre omega para que así vea que él es el amor de su vida.

—Pequeño –Athez dejó sus fantasías para ver a su padre omega, —el director Chinawut no creo que esté enamorado de mí.

—¿Por qué?

—Porque seguramente puede encontrar otro omega.

—¿Por qué?

—Porque la vida da giros inesperados.

—¿Por qué?

Gulf soltó un largo suspiro, se colocó de cuclillas para estar a la altura de su pequeño hijo y lo miró directamente a los ojos, Gulf podía ver que había demasiada ilusión en aquella mirada tan brillante de su pequeño hijo, quizás matar las ilusiones de un niño no era un plan perfecto, todavía recuerda cuando Lale por accidente lo había descubierto dejando regalos debajo del árbol navideño, tuvo que hacerla prometer que no diría nada a sus demás hermanos, y al menos no se atrevió a hacerlo y eso ya era un alivio para Gulf. Matar las ilusiones de su hijo más pequeño, no estaba en sus planes, no señor, no ahora ni nunca, él lo descubriría después, todo a su tiempo.

—¿Entonces no quieres que el director Chinawut sea tu príncipe azul? –la pregunta de su hijo lo hizo dejar sus pensamientos.

—Esta bien, si me gustaría que él fuera mi príncipe azul –el pequeño sonrió ante las palabras afirmativas de su padre, —pero no le digas que se parece al príncipe de Blancanieves.

—¿Por qué no?

—Porque puede que no le guste escuchar eso.

—Pero se alegrará cuando sepa que tú eres Blancanieves –y de nuevo el calor subió a sus mejillas, a veces sus hijos parecían que solamente querían verlo avergonzado, —él es un príncipe de cuento de hadas, y tú eres el amor de su vida.

—Athez... –pero Gulf no pudo hablar.

—Él vendrá, te dará flores, bailarán juntos, se casarán y vivirán felices por siempre, ¡igual que en los cuentos de hadas!

—Athez...

—Y vivirán en un hermoso castillo en donde podrán pasar sus días muy felices, y allí estaremos todos nosotros como sus hijos, y quizás tengan más hijos y... –el pequeño miró a su padre que tenía el sonrojo todavía más notorio, —¿tienes fiebre, papá?

—C-creo que fue demasiado cuento de hadas –mencionó Gulf mientras le regalaba a su pequeño hijo una sonrisa pequeña.

Quizás la imaginación de Athez había volado demasiado, ver a su padre sonrojado le recordaba a las hermosas rosas rojas que siempre había en la florería, ¡su padre era una rosa roja en esos momentos! Y por supuesto la más hermosa rosa del lugar.

Gulf soltó un suspiro, necesitaba seguir cocinando, aunque de tanto que había escuchado hablar a su hijo de príncipes, ya no puede dejar de pensar en él siendo prácticamente besado por Boon Chinawut, inclusive de sólo pensarlo sentía sus mejillas calentarse.

UN ALFA PARA PAPÁ ADAPTACIÓN TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora