Esperar

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Historia Original de Lucy_Trejo27























—Papá, ¿cómo estuvo tu cita? –preguntó la hija mayor.

Gulf soltó un suspiro, había sido una 'cita' divertida, Gulf no consideraba que debía llamar a esa salida como una cita de pareja, pero Mew había insistido en que salieran, y lo cumplió, era la segunda vez que salía con él, pero de todas formas no sentía que debía considerarlo como algo romántico, ni siquiera Luke era tan romántico, pero era encantador.

—Supongo que estuvo bien, cariño –mencionó Gulf, los ojos de su hija brillaron con intensidad.

Lale no quería admitirlo, pero estaba sumamente encantada, el alfa que habían encontrado por casualidad en el supermercado parecía encajar perfecto con su padre omega, y debía admitir que inclusive Mew se veía sumamente embelesado por su padre omega, amaba ver como ese alfa parecía estar siempre seguro de sus acciones y sus palabras, ¡era simplemente perfecto para su padre!

—¿Volverás a tener una cita con él? –Lale estaba sumamente intrigada.

—Cariño –habló Gulf, pero su pequeño hija Athez tomó su mano con fuerza.

—Yo quiero que salgas con el director Chinawut – mencionó el más pequeño, —él... él es bueno para ti, papá.

—Sí, le doy la razón –dijo Misael, —él quedaría muy bien contigo, papá.

El alfa llorón es mucho más agradable –dijo Gaia quien se encontraba caminando al frente de todos.

—Sí, pero la mamá de Mew hace ricos pasteles de durazno –mencionó Lale, y en eso los mellizos estaba en total acuerdo.

Gulf había dejado a sus hijos a cargo en casa de la señora Suppasit, quien al verlo se había emocionado por completo, y no había dudado en abrazarlo para decirle que estaba sumamente feliz de verlo de nuevo, aunque definitivamente se había sorprendido al ver a los cuatro pequeños detrás del omega, pues Mew le había comentado que debía de cuidar de los hijos de Gulf, pero había pensado que solamente se trataba de una broma, pero descubrió que no era para nada una mentira, Gulf tenía cuatro pequeños niños y eran sumamente adorables.

Después de aquello, se había ido con Mew a cenar, mientras que los niños no dudaron en ayudar a la señora Suppasit en la cocina, y así habían obtenido un delicioso pastel de durazno que estaba sumamente delicioso.

—Cachorros –soltó en un resoplido Gulf, —¿por qué siguen insistiendo en que debo tener otro alfa? ¿No creen que eso haría enojar a su padre alfa que ahora está en el cielo?

—Papá Luke –mencionó Gaia, —él nos cuida desde allá arriba –sonrió al decir aquello, —y quiere lo mejor para todos nosotros.

—Sí, papá alfa nos cuida muy bien desde el cielo –comentó Misael y su mellizo no pudo evitar sonreír feliz de sólo pensar en su padre alfa.

—Sí, papá podrá ya no estar aquí, pero no creo que se moleste sólo porque tú quieras buscar otro alfa –dijo Lale.

—Sí, él seguramente te mandó esos alfas para que no te sintieras solo, papá –comento Gaia.

—Niños, a veces pienso que aquí los adultos deberían ser ustedes –los pequeños soltaron suaves risas, estaban felices de poder escuchar aquello.

Quizás sus hijos tenían razón, aún Gulf sentía la necesidad de negarse a encontrar a alguien más, después de todo tenía la responsabilidad de seguir adelante y cuidar de sus hijos, hasta, si es posible, cuando ellos ya encontraran pareja, quizás se preocupaba tanto por ellos que ni siquiera podía ver más allá de la felicidad de sus hijos, y se olvidaba por completo de lo que él quería.

Parte de su vida la había pasado con Luke, se apoyó en su hombro cuando se sentía triste, sonrió y bailó con él cuando se sentía sumamente feliz, se encerraba en su habitación si es que discutían, pero siempre había ese pedazo de corazón que le repetía mil veces que su alfa lo amaba y que jamás dejaría de hacerlo, Gulf pensó que a pesar de que la vida le había arrebatado algunas cosas, le había dado unas mejores.

Le había dado un alfa, le había dado hijos, pero volvió a quitarle a su alfa, Luke siempre estaría en su corazón, y tal vez inclusive jamás llegaría a irse, pensar en que podría llegar a tener sentimientos por alguien más, causaba temor en su persona.

¿Qué es lo que pensaría Luke si lo viera ahora?

¿Qué le diría si lo ve besando a otro alfa?

¿Estaría decepcionado de él solamente por no mantener los votos matrimoniales?

—¿Gulf? –el omega dejó sus pensamientos al escuchar aquella voz.

—¡Alfa llorón! –exclamó su pequeño quien al verlo sonrió.

—Golf –mencionó Gulf, —¿qué haces por aquí?

El alfa había planeado ir a ver a Gulf para poder conversar un rato y quizás y si su valentía lo permitía, pedirle una salida, pero desafortunadamente, se había encontrado con la florería cerrada, se había quedado a esperar, pensando que quizás podría llegar Gulf en cualquier momento, pero los minutos habían seguido avanzando y así se fueron convirtiendo en horas, por unos momentos estaban pensando en rendirse e irse de allí y regresar al siguiente día, pero no quería hacerlo, debía de esperar, quizás solamente faltaba poco tiempo para que el omega regresase, y entonces se había quedado, ya era de noche.

—Bueno –se sintió un idiota por unos momentos, ¿qué le diría? ¿qué estuvo más de dos horas esperando afuera sólo para verlo? Quizás inclusive pensaría que estaba loco, —en realidad te estaba esperando.

—¿C-cuánto tiempo llevas aquí esperándome? –Gulf sentía sus mejillas calientes, agradecía la poca luz que había, de ese modo el alfa no notaría la vergüenza en su rostro.

—Un par de horas –Gulf abrió los ojos en grande, —pero no importa...

—No debiste quedarte aquí, pudiste enfermar, esta haciendo frio y... –Gulf no sabía que más decir, había dejado a alguien esperando por error, se sentía sumamente culpable por todo.

—Papá, ¿por qué no lo invitas a pasar? –preguntó Athez mientras jalaba la orilla del abrigo de Gulf.

—Sí, invítalo, hace frio aquí –mencionó Gaia.

Era cierto, Golf había esperado mucho tiempo afuera.

—No es necesario, pequeños –comentó Golf mirando a los niños.

—Golf –habló esta vez Gulf, —ven con nosotros adentro, hace frio y... –relamió sus labios levemente, —será mejor entrar, podemos hablar un rato y tomar algo de té, ¿sí?

El alfa iba a negarse, pero al ver la mirada del omega, esa dulce y pequeña sonrisa suya que le estaba encantando en ese momento, su lobo le pedía a gritos que no se negará, y terminó aceptando aquella invitación.

Gulf no estaba seguro si era el destino el que insistía en que él se buscase a alguien más para que se sintiera feliz, pero quizás debía de darle la razón de vez en cuando.

UN ALFA PARA PAPÁ ADAPTACIÓN TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora