Conejo 8

379 10 0
                                    

Hoy hemos vuelto a ver tierra. El sol se alzó por encima de una delgada franja verde. Los pájaros nos acompañan revolo- teando en torno del barco. La espesura que se ve hacia el Este es la isla de Kuba y las montañas que se divisan son las de Ku-banacán. No es nuestra intención tocar tierra, pues no es necesario aún hacernos de provisiones ni establecer contacto con los nativos; deberemos, en lo posible, evitar encuentros que puedan provocar confrontaciones. Si bien ésta es tierra de tainos, nunca se sabe cuándo acechan los canibas.
Los hombres se han visto más tranquilos al ver suelo firme nuevamente, a pesar de que ahora resulta más peligroso navegar cerca de la tierra.
Por la noche, estando el cielo estrellado, hemos visto caer una lluvia de fuego sobre el mar. Fue algo maravilloso, aunque mis hombres sentían miedo de ser alcanzados por las gotas de fuego. Parecía furia desatada por Huitzilopotchtli. De pronto todo cesó. El mar, el cielo y las estrellas, todo fue quietud. Maravilloso.

El Conquistador - Federico AndahaziDonde viven las historias. Descúbrelo ahora