Serendipia {Trilogía Inefable #1}

16

Hace ya dos semanas que acepté la oferta de Ace de darme clases, aunque todavía no hemos comenzado con ello. De hecho, la misma tarde que me lo sugirió tuvo que hacer un viaje exprés a Los Ángeles para controlar los negocios que tiene por allí. Me dijo que tenía que hacerse cargo de algunos asuntos en persona y desde entonces no he vuelto a verle.

Me había hecho a la idea de que se ausentaría por apenas unos tres días, pero ya van catorce y no sé qué pensar. A lo largo de esta última semana he controlado varias veces el impulso de escribirle un mensaje para preguntarle si va todo bien. No quiero que piense que estoy continuamente pensando en él porque no es verdad en absoluto..., al menos no toda la verdad.

Todas las noches salgo a fumar a la terraza y mis ojos van solos instintivamente a comprobar si la luz de su casa está encendida. Cada vez que me doy cuenta de lo que hago me riño a mí misma, tratando de evitar que Ace ocupe más tiempo del necesario en mi cabeza. Somos amigos, nada más, así que tengo que actuar como actuaría con cualquiera de las chicas.

Para tratar de evadirme de todo el circo que me he montado yo sola en la cabeza, uno de esos días decido invitar a las chicas a cenar a casa después de clase. Sorprendentemente hace buena noche para estar a finales de noviembre, por lo que decidimos sentarnos fuera al calor de la chimenea que tengo ahí.

—Mi madre está encantada con tus fotos, tía. Si ya teníamos claro que ibas a hacer las prácticas en su firma, ahora está prácticamente asegurado —le dice Cher a Gigi con una sonrisa de pura felicidad.

—¿En serio? ¡Ay, cuánto me alegro! —celebra la aludida mientras deja su copa para aplaudir—. Estaba muy nerviosa porque, por mucho que sea tu madre, si no doy la talla no me cogerá. Puse todo mi empeño en tener un buen concepto para hacer las fotos y no paré hasta que quedaron exactamente como yo quería.

—Pues enhorabuena, porque es probable prácticamente al cien por cien que te coja para hacer las prácticas con ella. ¡Ya te estoy viendo abriendo desfiles en la semana de la moda de París!

Las dos amigas se funden en un cálido abrazo, celebrando la información. Todas aplaudimos, alegres por ella, y Brooke le da un beso como Dios manda a su novia al que reaccionamos con silbidos burlones.

—Yo aún no he mandado mi solicitud a Cravath & Sullivan.

Mi confesión hace que mis amigas me miren con sorpresa dado que soy una de las personas que más emocionada está con la perspectiva de hacer las prácticas. He tratado de completar mi solicitud varias veces, pero siempre me quedo atascada por una sencilla razón: estoy aterrada. Me da pavor la perspectiva de que, aunque he hecho todo lo que he podido, tal vez no me cojan. Estoy tan acostumbrada a que todo salga según lo tengo planeado que pensar en que no pueda ser así me aterroriza.

—¿Cómo? ¿Por qué no? Eres la que más ilusionada está por hacer las prácticas, llevas hablando sobre ello desde el año pasado —me pregunta Faye con ojos tristes.